Sin contacto físico

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Después de 10 minutos, por fin llegó el yet que nos llevaría a Los Ángeles, quisiera decir que llegamos rápido, pero no, volar desde Nueva York a Los Ángeles es un gran recorrido, pero fuimos lo más rápido que pudimos, espero que a Percy no se le haya ocurrido cambiar de lugar.

Pasaron cinco horas cuando llegamos al aeropuerto, subimos a una camioneta del FBI que nos llevó hasta el punto señalado, se podía ver una cabaña.

Pude ver cómo varios agentes rodeaban la cabaña, una vez recibieron la señal, derrumbaron la puerta y todos entraron. Me obligaron a quedarme en el auto, por si acaso Percy huye y me quiere hacer daño.

Después de un rato pude ver como sacaban a Percy arrestado, por instinto bajé y quise entrar a la casa, pero no me lo permitieron. Estaba tan enfocada en la seguridad de Jenna que olvidé a Percy por un momento.

Después de un minuto la vi.

Por fin la vi.

Mi impulso fue salir abrazarla, pero un policía evitó eso, estaba luchando, prácticamente pataleando para poder acercarme a ella. Grité su nombre, me vio, su mirada era vacía, no percibí ningún brillo en ellos. Me vio por unos segundos y luego desvío la mirada para montarse a la ambulancia que estaba allí, rogué que me permitieran irme con ella al hospital, no me lo negaron.

Salí corriendo y me monté junto a ella, tenía la mirada perdida en un punto fijo frente a ella, no me miró en todo el trayecto.

Percy me la pagará bien caro por hacerle daño tanto físico -tenía varias heridas en su rostro, brazos y piernas, está cubierta por una sábana, así que no pude ver si tenía heridas en el torso-, como psicológico. No le pedí que me mirara, no quiero incomodarla. Dejé de verla y me fijé en cualquier cosa dentro de la ambulancia.

Al rato sentí como frenó el vehículo, dando a entender que llegamos al hospital, donde tratarían las heridas de Jenna, bajé con ella y vi como la llevaban a una habitación, no me dejaron pasar, así que me quedé afuera de éste.

Una hora después llegó la familia de la morena, estaban preocupados, incluso tenían los ojos cristalizados. Los vi y fui a abrazarlos a cada uno de ellos, les informé las condiciones en las que se encuentra Jenna, diciendo que tiene varios moretones y que ahora se encuentra un psicólogo hablando con ella para saber su estado mental, no me han informado todavía que tal está.

Habían cuatro sillas afuera de la habitación, les dije que se sentaran ellos porque iría a comprar café, les pregunté si querían, pero negaron, sentían el estómago cerrado a causa de la preocupación y nervios.

Salí y me dirigí al Starbucks más cerca que había, estaba a un par de cuadras. Caminé a paso rápido, entré, compré el clásico Caramel Macchiato y me fui de regreso al hospital, pero antes de entrar varias personas se me atravesaron y me empezaron a hacer preguntas sobre la salud de Jenna, hice lo posible por ignorarlos, pero no me dejaban ir, tuvieron que acercarse varias personas de seguridad para poder zafarme y entrar al hospital.

Fui a la habitación de Jenna, vi que afuera solo estaban Edward y Isaac, ambos parados junto a la puerta, me acerqué a paso rápido, vi que el resto de la familia estaba dentro de la habitación de la chica, entré y la vi, estaba sentada con la típica bata de paciente.

En su lado derecho estaban Natalie y Aliyah, en una esquina estaba Markus junto a Mía y Mariah. Me acerqué a Jenna a paso lento, estaba nerviosa, ella no quiso verme cuando estábamos en la ambulancia, esperaba recibir el mismo trato otra vez, pero no fue así.

Cuando estuve a su lado me observó, nuestras miradas se cruzaron, ahora sí podía percibir un poco más el brillo en sus ojos, pero no es el mismo que antes. Lentamente moví mi mano para tomar la suya, pero al sentir mi tacto ella apartó la mano de inmediato, la miré a los ojos, pude percibir miedo en ellos.

¿Qué hiciste con ella Percy? Era lo único que me preguntaba.

-Entiendo, sin contacto -asentí lentamente comprendiendo que está sensible después de lo que pasó. Me levanté y me fui dirigiendo a la puerta para salir, pero su voz me llamó.

-TN, quédate por favor -volteé a verla, tenía los ojos cristalizados, su voz sonaba tan desgarradora que me dolió demasiado. En ese momento juré que destruiría al responsable de esto.

Asentí y me acerqué de nuevo, la familia salió de la habitación, les dije que podían irse a casa, que yo me quedaría esa noche con ella, reprocharon al momento, pero les prometí que los llamaría en caso de que pasara algo. Se despidieron de Jenna y se fueron, dejándome a solas con ella. Tomé asiento en la misma silla en la que estaba Natalie anteriormente.

-TN -me llamó al borde del llanto-, estaba tan asustada, me confié demasiado, debí hacerte caso -empezó a llorar-, debí bajarme de ese auto, debí rechazar la invitación de Percy, pensé que no me haría nada por la amistad que teníamos, no esperaba esto... no me imaginé que sería capaz de... -quise abrazarla, Dios, de verdad quería, pero ella no quería contacto, así que tuve que soportar verla sufrir, sintiéndome tan impotente, como cuando la vi en la video llamada.

-Bebé, tranquila ¿si? Ya pasó, no dejaré que te vuelva a tocar ni un solo pelo, ni él ni nadie más que quiera hacerte daño, lo prometo, es más, lo juro, daré mi vida de ser necesario, me duele demasiado verte así de destruida -ya en este momento estaba derramando algunas lágrimas.

-Te amo TN, en serio no sabes cuánto, pero me incomoda el contacto, me recuerda a cómo me tocaba él, era de una forma tan brusca y desesperada que dolía demasiado.

-También te amo Jenna, más que a mi propia vida, y entiendo por completo tu incomodidad, por eso esperaré, te esperaré el tiempo que sea necesario para que te adaptes de nuevo, no importa si tengo que esperar meses, años, no importa, siempre estaré allí para cuando estés lista para abrazarme -prometí dándole una media sonrisa.

-No te merezco, eres perfecta, te amo -me volvió a decir.

-Tú también eres perfecta Jenna, siempre lo has sido, te amo demasiado -le dije. Tomé un poco de mi café que estaba casi olvidado.

-¿Caramel Macchiato? -preguntó sabiendo de todas formas la respuesta, asentí-, te conozco muy bien -soltó una carcajada seca.

Vi cómo movía su mano lentamente para acercarla a la mía, al sentir mi mano alejó la suya por instinto, pero se armó de valor y terminó de tomar mi mano, tomé la suya sin apretarla, por si acaso no le gusta. Nos miramos a los ojos unos segundos, volví a tomar un poco de mi café, lo dejé en una mesita que estaba a mi lado, le pregunté a Jenna si quería dormir, aceptó y se acostó en su camilla, y yo me acomodé mejor en la silla para que no se me hiciera incómodo, más de lo que ya es obvio.

Sin soltarnos la mano nos quedamos dormidas.

Primer Amor || Jenna Ortega x TN FemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora