La familia de Jenna

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Después de una noche sin dormir a causa de la emoción, por fin se hizo la hora, me arreglé y desayuné lo más rápido posible hasta que sonó el timbre de la casa, salí corriendo a abrir y me encontré con su sonrisa que enamora a cualquiera.

—Buenos días. ¿Estás lista para la aventura? —preguntó con muy buen ánimo.

—Obviamente —busqué mi maleta y me despedí de mi padre con un abrazo. Guardé la maleta en la parte de atrás del auto y nos montamos en los asientos traseros, ya que el manager de Jenna es quien está manejando.

El viaje a Los Ángeles duró poco más de 6 horas, fue entretenido, Jenna y yo no parábamos de hablar y hacer planes de las cosas que haremos estas dos semanas. Llegamos a su casa y estuvimos toda la tarde viendo pelis como forma de descanso del viaje tan largo.

Jenna recostó su cabeza en mi hombro y yo recosté la mía sobre la suya, sentía como mi corazón se aceleraba al sentir a la morena tan cerca de mí. Podía percibir la fragancia de su cabello, olía a coco. Podía escuchar su respiración, lenta y pausada, indicándome que se durmió. Me llenó de paz y sin darme cuenta también me dormí.

Para cuando desperté me encontraba sola, ahora estaba arropada con una manta. Busqué a Jenna con la mirada por la sala, pero no había rastro de ella. Me inundó el olor a comida, así que fui a la cocina para encontrarme a la chica cocinando, vaya imagen tan perfecta, ojalá pudiera ser así todos los días por el resto de mi vida.

—Buenos días —me saludó al verme allí parada.

—¿Buenos días? —pregunté confundida—, ¿qué hora es?

—TN, son las 8 de la mañana —me informó mientras me miraba de reojo.

—No puede ser, nunca había dormido tanto en mi vida —me sorprendí, aproveché y me estiré para eliminar los rastros de sueño.

—Vaya que estabas cansada eh —rió un poco—. Toma asiento, ya voy a servir el desayuno —me pidió.

Comimos mientras hablábamos del viaje hacia la casa de sus padres, se mostraba emocionada por ver a su familia después de varios meses, pero yo estaba nerviosa, no me sentía preparada para conocer a los parientes de Jenna.

Una vez terminamos de desayunar salimos en dirección al pueblo de los padres de la actriz. El camino fue entretenido, íbamos cantando a todo pulmón y hablando y contando chistes pésimos, pero lo disfrutamos.

Después de un largo viaje en auto, Jenna estacionó al frente de la casa de sus progenitores, bajamos y tocamos la puerta, que fue abierta por Aliyah, una de las hermanas de Jenna.

—¡JENNAAAAA! —la chica saltó a los brazos de la mencionada, cayendo las dos al suelo, me fue inevitable no reír ante tal escena, ellas al escuchar mi carcajada, rieron también, ambas se levantaron—. Soy Aliyah —se presentó sin saber que yo ya sabía el nombre de cada miembro de su familia—, ¿y tú eres...?

—Soy TN, un placer —le tendí la mano, pero prefirió abrazarme. Le devolví el gesto con un poco de sorpresa, no me esperaba tal confianza de parte de la chica, pero no me desagradaba, al contrario, me gusta.

—El placer es mío cuñis, pasen —quedé paralizada ante el apodo, vi por el rabillo del ojo como Jenna golpeaba a Aliyah y se ponía roja como un tomate, he de suponer que yo me veo igual.

Las hermanas entraron a la casa y yo las seguí todavía en shock, fuimos a la sala donde se encontraban los padres de Jenna.

—¡Buenas! —saludó la morena a sus padres, mientras se lanzaba a abrazarlos, éstos les respondieron el saludo muy felices de ver a su hija. Al rato se separó de ellos, se acercó a mí y tomándome de la mano me acercó a sus padres—. Ella es TN —me presentó sonriente.

—Señores Ortega —les tendí primero a Edward y después a Natalie—, un placer conocerlos.

—Nos alegra por fin conocerte, Jenna no para de hablar sobre ti —comentó Natalie, por instinto vi a la mencionada, quien estaba roja por la confesión de su madre.

—Espero que sólo sean sobre maravillas —le guiñé a la señora, ganándome la risa de los señores Ortega.

—Ay cuñis, la tienes loquita, obvio habla puras maravillas de ti —Aliyah pasó su brazo por mis hombros—, y lo hace con una sonrisa tonta en el rostro —me susurró, no pude evitar sonrojarme por completo, la chica se rió al ver mi reacción ante su comentario.

—TN, mejor vayamos a caminar por ahí —me sugirió Jenna, un poco incómoda por las confesiones de parte de su familia. Me tomó de la mano y me arrastró fuera de la casa.

—¿Entonces es cierto? —le di una sonrisa pícara una vez estuvimos afuera.

—Mentiría si dijera que todo es falso —bajó la mirada a sus pies, me puse al frente de ella para obligarla a detenerse, alzó sus ojos hasta los míos, por un momento sentí como me faltaba el aire.

—Jenna, tú también me tienes loca, desde el primer día —confesé sin apartar la mirada de sus ojos.

Sin darnos cuenta nos estábamos acercando demasiado, hasta que un perro grande como un bulldog salió corriendo chocando con nosotras, haciendo que ambas perdiéramos el equilibrio y caímos al piso, nos miramos y no pudimos evitar reírnos ante la situación.

Me levanté de primera y le tendí la mano para ayudarla a ella, la tomó y seguimos caminando, todavía con las manos juntas, y así estuvimos hasta que se hizo tarde y teníamos que volver a la casa de los Ortega para cenar. Gracias al cielo, conversamos sobre cosas triviales y no se mencionó nada que nos pusiera incómodas.

Al terminar de comer vimos una película tipo comedia, y nos reímos tanto que nos dolía el estómago. Una vez se dio por finalizada la peli todos nos fuimos a dormir, Jenna y yo compartimos habitación, pero por suerte o desgracia, habían dos camas, así que cada una durmió en una.

Primer Amor || Jenna Ortega x TN FemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora