Madre

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Este fue el día más lento de toda mi vida, la ansiedad hacía que viera la hora a cada segundo, necesitaba respuestas ya, ¿qué pasó con mi madre? ¿fue tan grave que mi padre ni siquiera se digna en mencionarla? Ni siquiera sé su nombre.

Pero por fin terminó mi hora de trabajo, así que manejé a casa, apenas crucé la puerta, saludé a mi papá y me puse a cocinar, dijo que hablaríamos durante la cena, así que entre más rápido esté la comida, más rápido tendremos la charla que he estado esperando desde que tengo memoria. Una vez nos sentamos en la mesa a comer no esperé más tiempo y le pregunté con una mirada interrogante.

—¿Qué pasó con mamá? —vi como terminaba de tragar y tomaba un poco de agua, carraspeó antes de hablar.

—Pues... —se puso a pensar, supongo que buscando las mejores palabras para explicarme, suspiró pesadamente— tu madre y yo nos conocimos en un hospital, yo estaba allí visitando a un amigo que estaba ingresado —comió un poco, lo imité sin despegar mi mirada en él, una vez tragó de nuevo, prosiguió—. Se llamaba Laura, era tan hermosa, inteligente, graciosa, agradable... simplemente una mujer grandiosa, pero algo estaba mal con ella: tenía cáncer, afectando uno de sus pulmones. A mí jamás me importó eso, la amaba de todas formas y ella a mí. A los meses nos volvimos pareja, después casi un año de noviazgo ella quería que tuviéramos relaciones, cosa que yo quería evitar, para ese tiempo ya los dos pulmones estaban afectados, y créeme, conseguir un par de pulmones nunca fue fácil, eran caros y no disponíamos del dinero. En fin, si teníamos relaciones ella podría salir mal de ello, pero insistió tanto que me rendí ante sus encantos, procuramos no ser tan salvajes, pero eso no evitó que ella quedara embarazada, el condón estaba roto —explicó, se llevó un bocado más a la boca, lo imité otra vez, estaba tan absorta en la historia que se me olvidaba comer—. El embarazo fue difícil, tenía prohibido salir del hospital, duró los 9 meses encerrada, si salía o hacía mucho esfuerzo sería un riesgo tanto para ella como para ti. La cosa fue que cuando faltaba poco para el día de la cesárea, que era la mejor forma para que nacieras y que sus pulmones no fallaran, pero ella hizo un movimiento brusco, obligándola a darte a luz por parto natural, sus pulmones estaban comprometidos —poco a poco fue bajando el tono de su voz, miré sus ojos y noté que se le cristalizaron —logró completar el parto, pero a los minutos... ella ya... no... —no pudo continuar, estaba llorando, rápidamente me levanté de mi lugar para abrazarlo y consolarlo.

—Gracias por contármelo, y perdón por presionarte y obligarte a decirme —estaba acariciando su espalda para consolarlo, sin darme cuenta yo también estaba derramando lágrimas en silencio.

—Siempre permito que hagas lo que quieras y seas feliz porque no sé si podría llegar a perderte, tu madre tenía cáncer, lo cual significa que tal vez puedas tener lo mismo, los doctores te hicieron un chequeo para ver si estabas sana, y así fue, pero no está del todo cerrado la posibilidad de que lo hayas heredado- me abrazó fuerte y yo le devolví el gesto -eres lo más importante en mi vida, cada vez que te veo la veo a ella, te pareces tanto.

Le sonreí y tomé asiento para terminar de comer, el resto de la cena transcurrió en silencio. Subí a mi habitación analizando todo. Vi la hora, decidí que no era tan tarde como para escribirle a Jenna.

* Jenna <3 *

¿Estás disponible?

Eso no se pregunta, siempre
estoy disponible para ti jsjs.


La llamé apenas leí el mensaje de confirmación.

—Hola —saludó cuando contestó llamada—, hablaste con tu padre ¿verdad?

—Vaya que eres buena intuyendo —afirmé.

—Fue cosa de lógica, es la hora de la cena y tú dijiste que hablarías con él durante ésta, ¿quieres hablar sobre eso? —preguntó asegurándose de que estuviera preparada para hablar sobre mi madre.

Tomé aire y empecé a contarle la historia de mi madre. Escuchó todo en silencio, sin interrumpirme para no hacerme sentir incómoda.

—Y ésa es la historia —terminé casi en un susurro a causa de la tristeza—. Me hubiera encantado conocerla —agregué suspirando.

—Ay TN, no sabes la impotencia que siento al no poder estar allí para abrazarte y consolarte —compartió su tristeza.

—Ya quiero verte, me haces falta —admití.

—Yo también, después de la cena de navidad pasaré por tu casa y me quedaré contigo por unos días, te lo prometo —sonreí ante su propuesta.

—Aquí te espero —dudé un momento hasta que lo dije—. Te quiero mucho Jenna, hablamos luego ¿si?

—Yo también te quiero mucho TN, mañana hablamos —colgó.

Juro que dormí con su "te quiero mucho TN" repitiéndose en mi cabeza.

Primer Amor || Jenna Ortega x TN FemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora