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Pedri Gonzalez

Los meses pasaban y poco a poco me sentía mejor, pero esa sensación extraña en mi pecho no se desvanecía. Compartimos la noticia con nuestros amigos más cercanos, los cuales la gran mayoría, se pusieron muy contentos.

A los chicos del club les había tomado bastante por sorpresa, sobre todo a Xavi. Me habían visto tan hundido que no creían que fuera a rehacer mi vida de un modo u otro. Pero es que yo tampoco lo creía. Necesitaba cambios en mi vida, pues de lo contrario nunca podría avanzar.

Danielle estaba muy emocionada y ya había empezado a organizar las cuestiones básicas de la boda, empezando por la fecha. La boda se celebraría en ocho meses, algo temprano pero no me importaba. Nuestras madres nos estaban ayudando muchísimo, básicamente se encargaron de todo el tema relacionado con el catering, el lugar donde se celebraría y las tarjetitas de invitación junto los pequeños detalles.

Escuché el sonido de la puerta y al abrirla, vi a mi novia con un montón de bolsas de ropa. Le ayudé a dejarlas sobre la mesa de la cocina. Se veía emocionada y feliz. Se veía bonita.

-Hola amor -dijo lanzándose a mis brazos, reí ante su buen humor-

-Hola guapa -dije dejando un beso en su mejilla- ¿y esa alegría hoy?

-No sé, estoy feliz -dijo dejando un casto beso en mis labios- ¿te acuerdas de mi amiga aquella que conoci mientras estudiaba en Holanda? Voy a llamarla ahora mismo para invitarla a la boda -dijo feliz- es un amor, un poco tímida pero cuando la conozcas te va a caer genial.

-Me parece genial -dije al verla feliz- voy a llamar para que traigan la cena en el plazo de una hora -dije dirigiéndome a la cocina-

-Valeeee -dijo tecleando en el teléfono-

Abril Brown

Estaba en mi tiempo para comer en una pequeña cafetería en Amsterdam, la cual se encuentra justo al lado del trabajo de prácticas. Las oficinas de Ferrari estaban en pleno centro de la capital holandesa. Hoy me encontraba comiendo sola porque mi compañera estaba con un virus, así que hoy no tendría compañía en el descanso.

Con mi sándwich en la mano observaba a las personas que pasaban por la calle. Casi todo el mundo se veía apurado, sin tiempo para dejar escapar una sonrisa o una muestra de tranquilidad. Sin embargo, para mí, una de las capacidades más importantes del ser humano es la capacidad de observar sin juzgar. Por lo que supuse que esas miradas y sonrisas tristes tendrían un motivo escondido.

Mis pensamientos se vieron interrumpidos cuando escuché que mi teléfono vibraba en mi bolso y una alegría inmensa inundó mi ser cuando vi el nombre de Dani en la pantalla del teléfono.

- Dani -dije feliz-

- Bonita -dijo muy alegre- ¿cómo estás?

-Ahora en mi tiempo libre, estoy comiendo ¿Tú que tal? -dije bebiendo de mi vaso de agua-

-Muy feliz, tengo que decirte algo y no puedo aguantarme las ganas Abril -dijo nerviosa-

-A ver suéltalo ya -dije animando a que hablara-

-Te quiero invitar... y quiero que estés aquí sí o sí -dijo dejándome con las ganas de saber-

-La que está nerviosa ahora soy yo -dije pensando en lo que podría ser-

-Te invito... A MI BODAAAA -dijo gritando-

-¿QUEEEEE? -dije sin poder creérmelo- ¿es enserio?

-SIIIIII AMIGA -dijo emocionada haciendo que me emocionara-

Savior ComplexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora