Savior Complex

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Pedri Gonzalez

Moví mis caderas suavemente sobre Abril, bajo las sábanas de una de las habitaciones de la casa que teníamos en Tegueste.

- Pedri... -gimió y acelere mis movimientos- tu familia nos va a escuchar -suspiro y cerré mis ojos-

- Que nos escuchen -solo quería estar con ella ahora mismo- solo quiero hacerte mía ahora mismo Abril.

Seguí un buen rato moviéndome sobre ella, introduciendo mi miembro en su entrada y sacándolo con todo lo que tenía.

- Estoy llegando cosita -murmure y ella arañó mi espalda, llevando sus manos hacia mi parte baja, haciéndome delirar y llegar más rápido-

- Yo...yo tambien Pedri -gemí al estar llegando-

- Dios... Abril dime que eres mia y de nadie mas -demande mirándola a los ojos mientras llegaba-

- Soy tuya -susurro y mordió mi labio- solo tuya -di mi ultima embestida y me corrí fuera de ella-

- ¿Llegaste? -pregunte aun con mis brazos sobre ella y escaneando su rostro-

- Si amor -acaricio mi mejilla-

- Vale... si no, puedo seguir -sonreí haciendo que ella lo hiciera-

- Gracias -asintió- estoy satisfecha -asenti y me dejé caer sobre su pecho-

Abril empezó a acariciarme el pelo y me permiti cerrar mis ojos. Ayer llegamos a mi pueblo y habíamos venido todos a una casa de campo que compré en la montaña, cerca del mar. Era la excusa perfecta cada vez que yo venía a Tegueste para juntarme con mi familia en verano y en navidad, y ahora era la primera vez que veníamos con Fernando.

Mi familia, sobre todo mi madre y mis tías babeaban por el pequeño. Se había levantado temprano y como mi madre estaba haciendo el desayuno, prácticamente me lo había quitado de las manos. Y yo había aprovechado para volver con Abril un rato más a la cama.

- Fernando está con Rosy, ¿no? -escuche decir a Abril-

- Si, están preparando el desayuno con mis tías -murmure buscando su mano y la entrelace con la mía-

- ¿Vamos a verlo? -busque su mirada y rei-

- ¿No quieres estar conmigo ya? -hice un puchero-

- No seas dramático -soltó una risa que fue música para mis oídos- me perdería contigo en cualquier momento -acarició mis labios y cerré mis ojos- y en cualquier lugar.

- Te amo cosita -bese su rostro repetidas veces y me levanté- yo también echo de menos al pequeño y no han pasado ni dos horas -reímos-

Abril y yo nos dimos una ducha rápida y salimos ya vestidos con ropa de playa para estar preparados. Hoy sería el primer día de Fernando en la playa y estábamos un poco nerviosos por ver cuál iba a ser su reacción.

Hacía bastante calor y salí del cuarto con simplemente mis bermudas. Abril llevaba un bikini que le quedaba de escándalo y que hacía que de nuevo, mariposas revolotearan en mi interior. Sin embargo, se había puesto un vestido de playa que la hacía ver como una auténtica princesa. Su pelo largo y a consecuencia del sol cada vez más claro, hacía contraste con esos ojos verdes o grises, nunca lo sabría.

- Buenos dias mama -pase por detras de mi madre y deje un beso en su mejilla-

- Buenos días cielo -mi madre me miró- buenos días preciosa -Abril beso la mejilla de mi suegra-