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Abril Brown

Respire detenidamente por última vez y me sequé la boca con la toalla del lavamanos, tire de la cadena con las pocas fuerzas que tenía. Limpie el sudor de mi frente y mire el reloj en mi muñeca, eran las 6 de la mañana y no había podido dormir nada porque me había pasado la noche vomitando.

Hoy era el día, hoy era la final del mundial de Qatar. Apoyé mi brazo en el retrete y mi mejilla sobre la palma de mi mano. Agradezco que Sira se hubiera quedado con su hermano a dormir, ya que no se sentía bien y necesitaba de su compañía. No me hubiera gustado que me hubiera visto así. No me encontraba nada bien, pero necesitaba apoyarles, necesitaba ver esta final, sentía que no vería otra en mucho tiempo.

Me pasé el resto de la mañana en la cama sin poder hacer mucho más que dar vueltas en la misma. No baje a desayunar, no tenía ánimos de ver a nadie, ni de comer, pero Sira se encargó de subirme el desayuno.

- Si no bajas tú tendre que subirte el desayuno yo -se encogió de hombros con una sonrisa-

- Gracias Sira -le regale la mejor sonrisa que pude-

- ¿Preparada? -salto en la cama- estoy muy nerviosa Abril -asenti-

- Si claro -recoste mi cabeza en la almohada de nuevo-

- ¿Te encuentras bien? -se sentó más recta en el colchón y su mirada paso a una más seria, mierda-

- Si si -dije rápidamente- solo que me ha costado dormir hoy -hice una mueca- estoy nerviosa por la final  Sira y por lo que viene después.

- Todo irá bien ya veras -me miró detenidamente- y con el tambien -la mire- estoy segura.

- No estoy muy segura de ello pero... -suspiré- tengo cosas más importantes en las que pensar ahora mismo  -dije desganada-

Y era verdad, mucho tenía encima con mis problemas como para seguir llorando por el chico canario. Confiaba en la vida, confiaba en lo que tenía destinado para nosotros, y fuera lo que fuera lo aceptaría porque estaba cansada, muy cansada de seguir teniendo expectativas sobre las personas.

Mis padres llegan en dos días y yo tendría que quedarme aquí una semana para esperar otras pruebas que me estaban haciendo, por lo que independientemente del resultado de hoy, no podría viajar con la selección de vuelta a casa.

La tarde pasó muy tranquila, Sira fue a comer con su familia y yo me uní con ellos, adoraba a su madre y era como una segunda madre para mi. Las primas y la amiga de ellas también se unieron, cuya voz cada vez se me hacía más molesta. Había intentando llamar la atención de todas las maneras posibles, pero el colmo llegó cuando menciono por millonésima vez a Pedri.

- Pedri tiene pareja -dijo Sira seriamente y me atragante con el agua que estaba bebiendo-

- ¿Qué? -dijo la chica molesta- no es cierto.

- Si lo es -mierda la que se iba a liar si se enteraba el canario- pero el chico es muy reservado -Sira finge una sonrisa hacia la chica-

- A mi me dijo que no tenía nada ni quería tener nada -dijo mirandome y sentí como su mirada quemaba- solo busca un rato de diversión, ¿porque no dárselo?

Se me quitó el apetito de repente, ¿sería verdad que Pedri le había dicho eso?¿no significaba nada todas estas semanas para él? Sentí como mis ojos picaban pero intenté no ponerme a llorar ahora frente a nadie, me prometí no volver hacerlo durante estos días y así sería.

Al terminar de comer fuimos a pasar la tarde a una cafetería hasta que la hora del partido se acercara, jugaban a las 8 de la tarde. Las primas de Sira me dijeron que su amiga solía ser muy fantástica y mentir para llamar la atención, pero no pude evitar sentirme decepcionada del chico aun sin saber la verdad. Y sentirme decepcionada no era por esto, sino por su actitud durante toda la semana.

Savior ComplexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora