38

1.3K 81 82
                                    


** No os podéis imaginar lo que os recomiendo escuchar la canción y ver la letra. Gracias a esta maravilla se me ocurrió la novela, y siempre diré que la música puede llegar a curar el alma**

Pedri González

Miraba a traves de la ventana del avion el manto negro sobre el que estabamos volando. La noche solía ser mi momento favorito del día, pues era el único momento en el que podía apreciar lo que pasaba dentro y fuera de mí mismo. Tal como estaba ocurriendo en estos momentos.

Cerré mis ojos escuchando la letra de la canción que tanto le gustaba a Abril, Savior Complex. La letra era en inglés pero yo me había encargado de aprenderme la traducción para sorprenderla, pues de otra manera era demasiado malo como para impresionarla.

Llámame cuando aterrices
Conduciré de nuevo
Una mano en el volante, una en tu boca
[...]
Soy una mala mentirosa
Con un complejo salvador
Todos los esqueletos que escondes
Muéstrame el tuyo y te mostraré el mío
[...]
Todos los malos sueños que escondes
Muéstrame los tuyos

Fue tarde, fue demasiado tarde cuando decidió mostrarme todo lo que estaba escondiendo. Fue demasiado tarde y yo me encontraba mentalmente vacío, no podía seguir aguantando el complejo que tenía de querer arreglar todo. No podía seguir aparentando este complejo salvador (savior complex), tal y como escribió la cantante Phoebe.

Cerré los ojos de nuevo transportándome a sus brazos, aquellos en los que había conseguido recuperar la paz que sentí perdida tras la muerte de Fernando. Una paz que me había sido arrebatada de nuevo.

Sentí como las lágrimas caían por mis mejillas lentamente ante todo el sufrimiento interno que estaba teniendo lugar debido a lo que había pasado. ¿Cuántas personas habría con el corazón roto caminando por ahí como si nada?. Limpie mis lágrimas con la manga de la sudadera e intente regular mi respiración.

No podía presentarme en Cibeles así ante todos los aficionados, pero es que tampoco me sentía bien para celebrar el mundial, no cuando Abril estaba cada vez a más kilómetros de distancia en coma. No cuando no habían dejado que me quedara, cuando no me habían dado a elegir. Todavía podía sentir la rabia en mi interior al ver las intenciones de los chicos por sacarme de allí.

Sabía que lo hacían con la mejor intención pero no era lo que yo quería, no lo era. Subí más el volumen de la música, tenía la canción en bucle y solo me dediqué a cerrar mis ojos, intentando obviar todo el barullo que los chicos estaban haciendo delante. Sin embargo, uno no podía conciliar el sueño tranquilo en este avión.

Sentí como alguien se sentaba en el asiento junto a mi y ya me estaba preparando para soltar un borderío pero al ver el rostro de mi madre me quité los cascos con cuidado.

-¿Mamá? -susurre-

- Hola pequeño -cogió mi mano- me han dejado pasar -asentí entendiendo-¿has podido dormir un poco? -me miraba atenta y ante una madre un hijo no podía fingir-

Dos lágrimas que no pude controlar cayeron por mis mejillas, otra vez me estaba ahogando en mi propio llanto.

- Ven aquí mi vida -me acerco con cuidado y escondí mi cabeza en su pecho, como hacía cuando era niño- llorar es de valientes -susurro acariciando mi pelo y solloce- todas tus emociones son válidas Pedri... siempre, ¿entendido?

- Cre.. creo que si -asenti con dificultad-

- Va a pasar -sus caricias bajaron a mi espalda- todo va a pasar y se que va a ser difícil -apreté su brazo- pero se que Abril tiene muchas cosas pendientes todavía contigo -sonreí apenado-

Savior ComplexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora