Savior Complex

27

⚠️⚠️ Contenido subido de tono ⚠️⚠️

Abril Brown

Arrugue mi nariz y abrí poco a poco mis ojos, pequeños rayitos de luz entraban por la ventana, los cerré de nuevo disfrutando de esta sensación. Sentí el agarre de Pedri en mi cintura y como mi espalda descansaba sobre su pecho, no podía ver su rostro y ya lo estaba extrañando.

Si algo llegaba a pasar no me lo perdonaría, no quería dejarlo, no quería que pasara nada que me separase de él. Escuchaba su respiración tranquila sobre mi cuello y no quise moverme para no interrumpir su tan preciado sueño. No era de piedra y sabía que él también tenía momentos en los que lo pasaba mal por la muerte de su hermano, pero no lo demostraba frecuentemente frente a mí.

Empecé a acariciar su brazo y terminé por juntar mi mano con la suya delicadamente, como si fuera de cristal. Hacía bastante tiempo que no me sentía en paz en un lugar, y había descubierto que entre sus brazos me sentía así, que no necesitaba nada más.

Me perdí contando los dedos de su mano derecha, aun sabiendo que teníamos cinco,  y en la longitud de su brazo. Apenas noté que dejó un beso en mi cuello, sonreí interiormente. Aún seguíamos desnudos bajo las sábanas y era la mejor sensación del mundo, se sentía como el paraíso. Estaba en casa.

- Buenos días cosita -me estremecí al escuchar su voz ronca -

- Buenos días Pedri -sentí mis mejillas enrojecer, menos mal que no me veía-

- Quiero verte -dejo otro beso más cerca de mi mejilla-

Me di la vuelta algo avergonzada y me deleité ante la imagen que tenía frente a mi. Su pelo estaba alborotado y sus ojos marrones brillaban más que nunca. Sentí mi interior saltar de alegría y acaricie su mejilla, no podía dejar de mirar la simetría y perfección que su rostro portaba.

- ¿Cómo puedes ser tan... -callé al darme cuenta que estaba hablando en voz alta-

Sentí como una sonrisa pícara asomaba en sus labios y me acerco más a él, su respiración cerca de la mía, su nariz rozando la mía... me iba a desmayar aquí mismo.

- ¿Tan... -levantó su ceja-

- Nada -aguante una risa al ver su ceño fruncido e hizo un puchero-

- Eres mala -sus manos se dirigieron a mi trasero y alcé una ceja-

- Y tú un pervertido -le saque la lengua-

- Es tu culpa por ser tan bonita -negué con mi cabeza y deje un beso en su mejilla-

- Eres todo lo que está bien Pedri -me acurruque en su pecho y sentí su cabeza sobre la mía-

- Que me lo digan a mi por tenerte entre mis brazos Abril -suspiro y sentí como sus manos acariciaban mi espalda-

Levante mi cabeza y busqué sus labios, no me cansaba ni de ellos ni de él, nunca podría hacerlo. El beso se intensificó y me puso sobre él, sentí su erección en todo su esplendor y sonreí pícaramente, sus ojos se tornaron más oscuros por un momento.

- Amo todo de ti -sus manos acariciaban mis piernas, mi abdomen, mi cintura, mi cuerpo- amo tu cuerpo, amo que tu rostro sea lo primero que veo por la mañana a veces, tus ojos, tus labios -me besó de nuevo y torne el beso con más fuerza, lo necesitaba aquí y ahora- maldita sea amo hacerte mía, cuando ayer gritabas y gemías mi nombre -sentí mi zona interior mojarse, no podría aguantar mucho más- te amo tanto Abril -suspire-

No se como lo hice pero introduje el miembro de Pedri en mi entrada y me dejé caer sobre él, desnuda y expuesta ante el, montandolo sin miedo, solo con amor y deseo. Se levantó con fuerza y me abrazó por la cintura, aún sentado me sacaba más altura.