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Pedri González

Pare en seco e intente regular mi respiración al escuchar el silbato del árbitro, la primera mitad contra Japón e ibamos empatados. Fuimos hacia el vestuario y antes de entrar por el túnel principal mire hacia las gradas, Abril y Sira miraban en nuestra dirección con rostros preocupados.

- ¿Qué está pasando ahí fuera? -dijo Luis Enrique una vez estuvimos sentados en el vestuario y cerraron las puertas, se hizo el silencio- ¿no vais a responder?

- No en todos los partidos vamos a meter 7 míster -dijo Ferrán y le mire para que cerrara la boca-

- No, pero el fútbol que tiene esta selección debería ser más que suficiente para llevar ventaja a Japón en estos momentos -señalo hacia la puerta- sin subestimar nunca al otro equipo. Os veo relajados y no quiero jugadores así en el campo ¿me habeís entendido? -asenti y mire mis botas- estamos en un mundial, muchos jugadores darían lo que fuera por estar en el sitio en el que estais sentados -suspiro- solo quiero que disfruteis de esto, que disfruteis del futbol como sabeis hacerlo -suspire- vaciar vuestras mentes en este momento, es el último partido de la fase de grupo, merecemos esto y la afición lo merece -dijo cálidamente-

¿Vaciar mi mente? Se me hacía dificil últimamente, sobre todo cuando hacía varios días del partido de Alemania y por lo tanto, varios días desde que no había hablado con Abril. El ambiente era tenso, apenas nos mirabamos y todo por mi puta insegurida y culpa, la culpa de estar alejando a Fernando con las acciones que estaba tomando. Pero es que Fernando tampoco iba a volver, por lo que no sabía que hacer para arreglar la mierda en la que estaba metido.

- ¿Pedri? -escuche la voz de Luis y mire a mi alrededor, todos se habían ido-

- Perdón -sentí mis mejillas más rojas aún-

- No estás concentrado Pedri -era más una afirmación que una pregunta-

- Yo... -trague saliva-

- Sé que tienes un peso encima muy grande -suspiro y me miro- pero se sincero y si no estás en condiciones de jugar, otro debera ocupar el puesto en la segunda mitad.

- Estaré bien -me limite a decir y salí del vestuario-

No lo estaba. Mi cabeza daba vueltas y mi pecho dolía. ¿Ansiedad o tristeza?, ¿Ambas?. Los gritos en el estadio solo hacían ponerme más nervioso, no entendía lo que pasaba pero solo quería que terminara el partido para poder acostarme en la cama o quizás si no fuera tan cabezón, refugiarme en los brazos de Abril.

Perdimos. Perdimos el puto partido y aunque pasamos a la fase de grupos el míster no estaba contento, sobre todo cuando se entero de que por unos minutos estuvimos eliminados del mundial. Volvimos juntos todos de vuelta a la residencia, el viaje de vuelta fue tranquilo pero más callado de lo normal. Habíamos pasado pero no se sentía como si hubieramos ganado. Suspire y deje mi cabeza caer contra el cristal del autobús.

Mañana tendríamos el día libre y si todo estuviera en orden me hubiera gustado pasarlo con ella, invitarla a dar un paseo o a cenar, solo los dos. Suspire por enésima vez en el día y baje del autboús, pude ver como Abril caminaba con Sira hacia la puerta del hotel, se veía más cansada y triste estos días, y solo pensar que pude causarlo me pone enfermo.

- Deberías disculparte con ella -escuche a Ferrán decirme- tal y como yo hice contigo el otro día.

- Estoy bien -me defendi-

- El cuento -me señalo- se lo cuentas a otro -rodee los ojos- voy a dormir con Sira en la habitación de sus primas, ya que se han ido de viaje unos días al desierto -asentí algo apenado-

Savior ComplexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora