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Esa misma tarde, los cuatro chicos estaban frente a la casa de Lana, esperando a que ella abra la puerta, ella rápidamente tomó el colchón que estaba en el medio de la sala y lo puso donde se supone que iba a ser su habitación, en las tres semanas que llevaba viviendo allí no tuvo tiempo de acomodar nada.

La rubia abrió la puerta con la respiración agitada, Tom sonrió ampliamente al verla, al igual que todos, pero él era el más feliz al parecer.

- Estábas ocupada? Podemos venir en otro momento - dijo Bill, Lana negó con la cabeza, haciendose a un lado para que pudieran pasar, solo había una mesa con unas seis sillas en el salón, junto a una television que estaba en el suelo, la única decoración eran sus cuadros, los cuales estaban dispersos por toda la casa. Tom miraba atentamente cada uno de ellos mientras todos se sentaban en la mesa, Lana tomó su cuaderno de bocetos junto a un lapiz y una goma.

- Alguna idea? Soy toda oídos - dijo la rubia.

- Yo quiero estar en el centro! - respondió rápidamente Bill, provocando que Lana sonría inconscientemente. Ella empezó a hacer un pequeño boceto del azabache en el cuaderno.

- Me gustaría que todos estuvieramos con nuestros instrumentos - propuso Gustav, y así continuó la tarde, con una lluvia de ideas. Tom solo se limitaba a mirar a Lana, se veía aún más hermosa cuando estaba concentrada, tratando de escuchar todas las propuestas de la banda y plasmarlas en su cuaderno.

(...)

Lana bostezó cuando todos ya se habían ido, antes de que diera un paso más hacia su habitación. Unos leves golpes en la puerta hicieron que abra ésta nuevamente, dejando ver una silueta alta, suspiró levemente al ver que se trataba de el de trenzas.

- Estuviste aquí hace menos de un minuto... Literalmente - dijo Lana con una notoria molestia, quería ir a dormir.

- Así tratas a tus visitas? - respondió burlonamente mientras ponía sus manos en sus bolsillos.

- Solo dí que quieres.

- A ti - Lana rodó los ojos, Tom sonrió de oreja a oreja mientras la miraba atentamente.

- No hagas que me arrepienta, puedo hacer otros planes para el sábado - amenazó ella, el de trenzas rió, mientras alzaba las manos en forma de derrota.

- Está bien... Solo quería verte de nuevo, que dura eres - la confesión de Tom provocó que Lana sonriera levemente, mientras negaba con la cabeza.

- Nos vemos, Romeo - cerró la puerta, dejando a Tom con las palabras en la boca, él rió bobamente para si mismo mientras caminaba en dirección a su casa.

- Te gusta? - la voz de su gemelo hizo que diera un pequeño salto del susto.

- No digas tonterías... Solo la quiero para una noche y ya - mintió tan descaradamente... En realidad no la quería solo para tener sexo con ella... Quería hacerlo, pero al mismo tiempo quería pasar más tiempo con Lana, conocerla mejor, hacerla reír, pero el simplemente no quería admitirlo.

- Entonces aléjate de ella, será incómodo estar con Lana luego de que te la hayas cogido, además la veremos todos los días, vivimos literalmente a metros de ella - la voz de Gustav sacó a Tom de sus pensamientos, Bill asintió con la cabeza, dándole la razón al rubio.

- A mi me cae bien... Además, es muy linda cuando dibuja - los tres voltearon a ver a Georg, el cual tenía una sonrisa boba en el rostro. - Que? - dijo él al notar como todos lo miraban mientras trataba de no sonreír.

- No me digas que a ti también te gusta - dijo Bill burlonamente. Tom apretó los labios mientras miraba como Georg negaba con la cabeza rápidamente.

- Apenas la conozco... Pero tengo que admitir que me atrae un poco - Tom no dijo nada y se fué a su habitación, cerrándola un portazo - Dije algo malo? - preguntó Georg mientras miraba a Gustav y Bill.

- Que bicho le abrá picado ahora? - dijo Gustav, Bill tenía la mirada fija en la puerta de la habitación de su hermano, rascó su nuca mientras pensaba - Bueno... Alguien tiene hambre? - quería cortar ese momento incómodo, niguno había visto así a Tom, ni siquiera Bill y eso que se conocían de literalmente toda la vida.

(...)

Martes 7:26 a.m

Lana bostezó mientras buscaba algo de ropa limpia, se había terminado de bañar, ese día empezaba la universidad, la mudanza la tenía ocupada y más el trabajo, tuvo que atrasar sus clases, se maquilló mientras se miraba en el espejo, secó su cabello y se puso ropa, unos pantalones anchos de color verde militar que eran sostenidos por un cinturón negro y una camiseta blanca ajustada con tirantes que le llegaba arriba del ombligo. Desayunó rápido y salió de su casa con su mochila puesta y colocó su skate en el suelo, viendo como su querido vecino de trenzas apenas y llegaba a su casa.

- De fiesta un martes? - al escuchar la voz de la rubia, Tom sonrió de oreja a oreja. La miró a los ojos, esos ojos negros brillantes que tanto le gustaba mirar.

- No le digas a mis amigos, menos a mi hermano, me matarán si se enteran - Lana rió negando con la cabeza.

- Me vas a deber una... Pero deberías preocuparte más por esto - la rubia señaló su cuello, el cuál estaba cubierto por mordidas y chupones, el de trenzas soltó una carcajada.

- Deberé tener mas cuidado la próxima - se detuvo un momento para ver a la contraria, mirándola de pies a cabeza - A dónde vas tan temprano, eh? - rápidamente Lana miró su reloj y apretó los labios.

- Te tengo que dejar, llegaré tarde - musitó la rubia, ignorando la pregunta del chico. Antes de que se suba a su skate, Tom tomó su muñeca - Si vas a decir algo, dilo rápido, realmente no tengo tiempo.

- Quieres que te lleve? Puedo darte un aventón - Lana volvió a ver su reloj, suspiró y miró a Tom, el cuál le estaba regalando una hermosa sonrisa.

- Mierda... Está bien - el gemelo le abrió la puerta del copiloto, la rubia se sentó de mala gana, si no fuera porque la universidad quedaba a media hora de su casa yendo en skate, no hubiera aceptado, colocó su pequeño medio de transporte sobre sus muslos mientras Tom encendía el auto - Tu auto huele peor que una discoteca - dijo ella mientras hacía una mueca.

- No deberías ser tan grosera con tu conductor - Lana no pudo evitar voltearse a verlo, tenía que admitir que su perfil era bastante atractivo solo era el comienzo. - Te gusta mucho lo que ves, eh? - dijo él burlonamente, la rubia suspiró mientras se recostaba en su asiento.

- Tienes un lindo perfil, eso es todo - Tom pensaba que iba a callarlo, o solo negar que lo estaba viendo, su comentario lo tomó desprevenido, sonrió de lado mientras continuaba con su vista fija en la carretera - Oh, mi universidad es en...

El resto del viaje transcurrió en completo silencio, mientras ambos se miraban de reojo un par de veces, apenas el de trenzas estacionó frente a la universidad, Lana salió rápido del auto.

- Gracias - dijo apurada, cerrando la puerta del auto, Tom bajó el vidrio mientras la miraba alejarse.

- Ya cobré el favor, ahora estamos a mano, rubia - Lana paró de caminar, y volteó a verlo, solo sonrió mientras soltaba una pequeña carcajada, entró a la universidad, desapareciendo de la vista de Tom, él solo sonreía bobamente, recordando aquella hermosa sonrisa...

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estoy a full actualizando aaaa

Sorry, Who are you? - TOM KAULITZ (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora