Al llegar al estudio, Tom caminaba junto a Lana, mientras los demás iban adelante de ellos, la chica se notaba algo rara, su mirada estaba perdida y estaba algo pálida. El de trenzas empezaba a preocuparse, todo esto tenía que ver con aquella mujer?.
– Oye, estás bien? — preguntó Tom con el ceño levemente fruncido, mirándola, tratando de encontrar su mirada.
– Eh? Si... Vamos, se nos adelantaron — respondió suavemente, casi en un susurro, sentía que iba a vomitar, su cabeza dolía, odiaba esa sensación, esa familiar y horrible sensación. Ella empezó a caminar, el de trenzas la abrazó de espaldas, evitando que siga caminando.
– Estás pálida, ésta mañana estabas bien, dime qué pasó — su voz era tan reconfortante, Lana suspiró, mirando al suelo mientras sentía como Tom le acariciaba el cabello cuidadosamente.
– No es nada, en serio, no necesitas preocuparte — mintió, se giró para verlo, sus mejillas habían perdido ese leve tono rosado que siempre tenía, sus ojos ya no brillaban tanto como antes.
– Está bien... Puedes decirme lo que sea, recuérdalo — la rubia asintió, el gemelo tomó su mano, guiándola hacia la sala de ensayo, los tres chicos ya se estában preparando, Lana se sentó en un sillón que estaba justo frente a ellos. Todos ya estában listos, empezaron a tocar, dos personas tenían su mirada fija en Lana, ella solo estaba sentada allí, intentando olvidar aquello que la estaba atormentando luego de tantos años. Ésta aplaudió con una sonrisa fingida, mientras se paraba de su asiento cuando terminaron.
– Son increíbles, chicos — dijo Lana con una sonrisa, Bill la abrazó por los hombros.
– Vas a tener que venir más seguido, eres el mejor público que tuvimos hasta ahora — dijo el anteriormente nombrado mientras la soltaba.
– Esta semana no podré... Tengo muchas cosas que hacer — Bill la miró un poco triste, pero asintió.
– Iré a comprar algo, Georg, Gus, acompañénme — dijo éste, ambos aceptaron, dejándo solos a Lana y Tom.
– Ahora si me puedes decir que te pasa? — preguntó el de trenzas mientras se sentaba junto a ella.
– Ya te dije, nada — contestó seca, éste la volteó a ver.
– Pues no parece — su tono de voz seguía siendo dulce y suave, no quería que Lana se sienta tan presionada.
– Yo también te tengo que preguntar algo, si me contestas, yo también te contestaré — Tom rápidamente aceptó, no le importaba lo que ella quería saber, él quería ayudarla – Quién... Quién es Emily? — el de trenzas sintió como si lo hubieran golpeado en el estómago, su rostro estaba pálido, el agarre de su mano sosteniendo la de Lana disminuyó.
– Como sabes sobre ella? — preguntó con un nudo en la garganta.
– Un día que fuiste a mi casa de noche... Estábas drogado y alcoholizado, me llamaste por ese nombre... Y desde ese día tenía la duda sobre quién era — Tom suspiró, pasando sus manos sobre su cara, sentía que en cualquier momento se iba a desmayar, su cabeza empezaba a dar vueltas...
– Ella... Es alguien de mi pasado... Mi ex novia... Pero ya ni siquiera está en Alemania, me dejó antes de mudarse a Estados Unidos — contestó con la voz entre cortada, mirándo hacia otro lado, no tenía la voluntad para mirar a Lana, no mientras hablaba sobre ella.
– Ya veo... Aún no la superas, cierto? — Tom la miró, con el ceño fruncido, negó con la cabeza rápidamente.
– No es eso... Yo ya estoy enamorado de otra persona, ella ya no me importa... Pero la espina aún sigue ahí — contestó, apoyando su cuerpo en el respaldo del sofá, la rubia se sintió algo culpable, pero al menos la duda ya estaba aclarada, Tom la tomó de la muñeca, atrayéndola hacia él, provocando que Lana se recostara en su pecho, éste puso sus brazos alrededor de ella, mientras acariciaba su espalda – Ahora si me contestarás? — preguntó Tom mientras éste acomodaba los cabellos ajenos del rostro de la chica, para poder verla bien, Lana se aferró a Tom, el nunca la había visto actuar así, por lo general ella lo apartaba, o hacía comentarios sarcásticos... Pero en ese momento ella se veía tan indefensa, tan frágil...
– Era mi madre... — murmuró ella, el de trenzas empezó a acariciar sus cabellos, para que se sientiera más segura mientras la escuchaba atentamente – Hace años no la veo, ni siquiera sé como se enteró de que estoy en Alemania — Lana ya se escuchaba más tranquila y relajada, gracias a Tom, el cuál seguia haciéndole mimos.
– No quieres verla, verdad? — la rubia asintió lentamente, éste le regaló una sonrisa – Puedes quedarte conmigo si quieres — Lana rápidamente se reincorporó, mirándo a Tom.
– No puedo hacer eso, tu hermano, Gustav y Georg se incomodarían conmigo allí, además no quiero molestarlos — el de trenzas negó con la cabeza mientras ponía sus brazos alrededor de la cintura de la rubia.
– No te obligaré, pero mi oferta siguirá en pie, además todos te queremos... Especialmente yo — lo último lo susurró en el oído ajeno, Lana le dió un leve golpe en el brazo, Tom hizo una mueca, fingiendo que le había dolido. El había provocado que los ojos de la rubia volvieran a tener ese hermoso brillo, su rostro volvía a tener color, suspiró aliviado al ver que su chica favorita volvía a ser la misma.
– Quizás rente un departamento, solo por un rato, hasta que deje de buscarme — dijo mientras suspiraba pesadamente, cerrando los ojos e inclinando su cabeza hacia atrás. Sintió como Tom unió sus labios con los ajenos, éste apoyaba su mano en el muslo de la rubia mientras la besaba, ese amargo sabor a tabaco que ella siempre tenía, combinado con un leve toque de fresa, debido a su labial, de un momento a otro Lana estaba sentada en el regazo de Tom, mientras las manos de éste paseaban descaradamente por debajo de su cintura, acariciando sus muslos.
La falta de aire hizo que ambos se separaran, el de trenzas tenía restos del labial ajeno en los labios, Lana lo limpió con la yema de sus dedos, Tom sonrió al sentir su delicado toque sobre su piel, la mirada de la rubia estába fija en los labios del contrario, quería volver a besarlo, pero cualquiera podría entrar en cualquier momento, cuando Lana terminó, se paró del regazo ajeno, Tom no se quejó, lo cual era algo raro, pero luego de la charla que tuvieron, no quería molestarla tanto.
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y eso q recién empieza kkkk
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Sorry, Who are you? - TOM KAULITZ (TERMINADA)
Fanfic- Y tu eres? - preguntó ella con un leve tono sarcástico, mientras le daba una calada a su cigarrillo; él sonrió de lado. - Ya deberías conocerme, hermosa - Tom acomodó uno de los mechones de Lana detrás de su oreja, acercando su rostro al de ella...