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Martes 3:12 p.m

Lana apenas salía de sus clases, estaba completamente exhausta, y con razón, la pobre estuvo allí desde las 8.am, se apoyó contra el edificio del cuál apenas había salido y tocó su estómago, ni siquiera había desayunado, se sobresaltó al sentir como le tocaban el hombro, giró su cabeza, encontrándose con un alto chico de pelo castaño oscuro y ojos azules.

- Lamento haberte asustado - se notaba apenado, la rubia negó con la cabeza, mientras le sonreía levemente - Es que te vi hoy en clase de artes visuales y como no te hablabas con nadie... Pues te quise hablar, pero ya te habías ido, me alegra encotrarte - Lana se sorprendió al ver que tenía una sonrisa tan perfecta, pero rápidamente volvió a la realidad.

- Oh, entonces quieres ser mi amigo, no? - el castaño asintió felizmente, ella no pudo evitar sonreir inconsientemente, su sonrida era algo contagiosa - Lana - soltó mientras le extendía su mano, el chico rápidamente la aceptó.

- Evan - la rubia soltó su mano mientras empezaba a caminar, Evan la siguió como si fuera un cachorro.

- De dónde eres, tu acento parece extranjero - el castaño abrió sus ojos sorprendido, no esperaba que alguien lo notara tan rápido.

- Soy de Brazil... No sabía que mi acento me delataría tanto - respondió mientras se rascaba la nuca, la bocina de un auto hizo que ambos miran hacia la carretera, y ahí estaba él, Lana suspiró.

- Espera aquí Evan - el castaño solo asintió mientras veía como Lana se acercaba al auto, ella apoyó sus brazos sobre la ventanilla mientras asomaba su cabeza adentro del auto, encontrándose con esa tonta sonrisa que Tom siempre tenía cuando la veía - Que haces aquí? Ahora me acosas? - el soltó una carcajada juguetona mientras la miraba.

- Solo vengo a recogerte... Pero se ve que ya tienes compañía, se me adelantaron - su penetrante mirada estaba fija sobre Evan, el cuál solo miraba a su alrededor, esperando a que Lana volviera - Sube, vayámos a casa - la rubia frunció el ceño, miró de reojo a Evan, el cuál le regaló una sonrisa, se volteó a ver a Tom y negó con la cabeza.

- No lo voy a dejar solo, además no te pedí que vinieras por mi - Tom bufó mientras miraba hacia otro lado - No estés celoso, ya tenemos planes para el sábado, recuérdalo - él la miró y entrecerró sus ojos, haciéndola sonreír.

- Está bien, solo porque tú me lo pides -el gemelo no sabía porqué se comportaba así con ella, pero sus palabras y acciones aparecían por si solas, arrancó el auto y se despidió de Lana, la rubia volvió junto a Evan y suspiró, sacando una caja de cigarrillos de su bolsillo.

- Era tu novio? No quiero que tengas problemas con él por mi culpa - Lana casi se ahoga con el humo de su cigarrillo, negó rápidamente con la cabeza, Evan la miró confundido.

- Es solo un conocido, nada mas - a pesar de que el castaño no estaba del todo convencido, no quiso preguntar más, no quería parecer un emprometido, ambos continuaron charlando mientras caminaban, entraron a una cafetería ya que Lana estaba bastante hambrienta.

- Y cuando viniste a Alemania? Porque tampoco pareces ser de aquí - preguntó curiosamente Evan mientras se llevaba un trozo de pastel a la boca.

- Hace unas semanas, vine desde Paris para poder terminar mi carrera en artes visuales, aunque ya trabajo de eso, quiero pulir mis habilidades, ya sabes -respondió la rubia mientras apagaba su cigarrillo en el cenicero que se encontraba sobre la mesa, a unas cuantas mesas se encontraba un curioso azabache con trenzas junto a su amigo rubio, los cuáles traían lentes de sol y gorras para que no los reconocieran.

- Puedes recordarme porqué estamos siguiendo a Lana y ese chico? Quiero volver a casa - susurró alto Gustav un poco irritado, Tom solo hizo shhh, el rubio rodó los ojos.

Sorry, Who are you? - TOM KAULITZ (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora