Adela Clarkson estaba decidida a usar sus encantos para atrapar a Jasper Fraser. Le había gustado desde el primer día. Richard el insulso exnovio de aquella atolondrada, no había sido más que un capricho de unos pocos meses para superar la traumática ruptura con su novio de toda la vida. Hans Oberliessen la había dejado por una becaria quince años más joven que él a pocas semanas de su boda. Tuvo que cancelarlo todo, dar vergonzosas explicaciones a los invitados y pagar una escandalosa fianza a la organizadora de un evento que nunca llegó a celebrarse.
Aquello la había hecho enfurecer y arrojarse a los brazos de Richard Mc Lanaghan, su compañero de trabajo. Ella no tenía la culpa de que la relación de Richard con Nora estuviese haciendo aguas y sólo aprovechó la ocasión. En el fondo le había hecho un favor a la novia. Tenía que admitir que desde el primer momento le había parecido una mojigata perdedora, española para más inri. Y Adela detestaba todo lo latino tanto europeo como suramericano. Para ella eran sucios, maleducados, ruidosos...una plaga que sólo pensaba en divertirse y procrear.
Su cultura apestaba a ajo, a alcohol, a paella, a burritos, a frijoles, a guacamole, a dulce de leche, a arepas de queso, a jamón serrano, a tortilla de patata, a bailes obscenos y música aún más vulgar si cabe. Siempre habían sido unos perdedores, los unos tras ser vencidos fundamentalmente por el Imperio británico tras la batalla de Trafalgar y el desastre de la Armada Invencible, los otros por haber bebido de la cultura hispana y haber crecido bajo su influencia hasta lograr independizarse obviando que esto también había ocurrido con las antiguas colonias inglesas y francesas en América del Norte. No era consciente de que toda Europa había participado activamente en la colonización del nuevo continente desde su descubrimiento. Con el consiguiente choque cultural, conflictos, muerte, destrucción, resurgimiento...
Sin embargo, en su educación conservadora mantenía la antigua rivalidad existente entre las dos potencias marítimas que alguna vez se habían disputado el dominio de los mares. El Imperio español hacía mucho tiempo que había sido disuelto, tras la pérdida de sus colonias en ultramar en el siglo diecinueve pero Gran Bretaña aún mantenía una colonia en territorio europeo con fines estratégicos: Gibraltar.
Y aquel hecho aún continuaba generando no pocas tensiones entre los dos países que se disputaban su dominio.
Ella había crecido en un ambiente elitista que le había inculcado poco o nulo aprecio por lo que no fuera británico, por lo diferente... sobre todo por lo hispano. Todo lo relacionado con España o Latinoamérica le daba urticaria. Los españoles que habían venido durante los años noventa a ganarse la vida a su país para ella eran personas de tercera. Sus padres, grandes observadores de lo social habían advertido en aquellos jóvenes una amenaza que les quitaba el trabajo a los jóvenes ingleses y Adela creció con ese prejuicio. Lo mismo pensaba de los emigrantes latinos que cruzaban la frontera estadounidense, muchas veces arriesgando la vida. Adela los veía como una amenaza para el mundo anglófono, no como personas que estuviesen buscando una nueva vida; o una oportunidad para mejorar su futuro.
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¿Qué me has hecho? [EN EDICIÓN]
RomanceLa joven Eleonora Andrade está decepcionada con la vida. No ha conseguido nada de lo que se había propuesto. Ni con su carrera como artista plástica, ni en el amor. Así que decide romper con todo y regresar a su lugar de origen. De vuelta en casa d...