Capítulo 10: Una preocupante adicción

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"Ningún Fraser logrará una vida plena y feliz mientras Culloden Castle se mantenga en pie

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"Ningún Fraser logrará una vida plena y feliz mientras Culloden Castle se mantenga en pie. La Parca se encargará de restaurar lo dañado: una vida por otra, hasta que las muertes de los inocentes sean vengadas ...Y las almas de los destinados vuelvan a reencontrarse".

Este era el pensamiento recurrente de Nora y no podía dejar de pensar en todo lo que había ocurrido desde que había llegado. La presencia inquietante de aquellos que habían fallecido hacía tantos años era casi una realidad para ella. Se podría decir, que podía sentirlos cerca, buscando la manera de ponerse otra vez en contacto.

Y quería ayudarlos, pero no sabía cómo.

Nora estaba convencida de que el joven del espejo era un antepasado de Jasper pero ¿Cómo podría decirle lo que estaba sucediendo sin que él llegara a pensar que estaba loca? Aún no la conocía lo suficiente.

Por si aquello no fuera suficiente estaba al cuidado de sus hijos y no creía que fuera adecuado irle con aquella historia. Podría dudar de su salud mental y despedirla para proteger a sus hijos.

No, desde luego que no era una opción.

Pero Nora, empezaba a sentirse cada vez más inquieta e incómoda.

Sobre todo porque Adela ahora estaba empeñada en dejarla en evidencia. Sus comentarios sobre su ropa o su aspecto estaban siendo cada vez más groseros e incluso agresivos.

Debes contestarle, Nora. Esa arpía va a por ti le había dicho la señora Campbell tras oírla referirse a ella como Morticia Adams por su cabello negro y su rostro pálido.

Nora no era una mujer curvilínea, era de complexión atlética pero no sentía la necesidad obsesiva de Adela de estar horas en el gimnasio para lucir un abdomen six pack que enseñaba cada vez que tenía oportunidad.

Jerséis convenientemente cortos, pantalones anchos de tiro alto de corte impecable una cola de caballo y gafas de montura dorada que le sentaban increíblemente bien. Conducía un deportivo rojo con bastante habilidad, seguridad y descaro.

A Nora le aterrorizaba conducir porque era ambidextra y muchas veces se confundía con las direcciones. Su sentido de la orientación era terrible y tenía miedo de despistarse, conducir por el carril contrario y provocar un accidente. Por otra parte, cada vez que la veía cerca Nora desaparecía de su vista avergonzada de sus pobres looks. 

Ella era la niñera, no tenía dinero suficiente para permitirse comprar en las exclusivas tiendas donde aquella arrogante mujer fundía sus tarjetas de crédito.

Pero eso no era lo peor...lo peor era que estaba convencida de que estaba intentando seducir a Jasper. No debía de importarle, pero no podía evitar sentir que aquella individua no era la adecuada para su jefe. Él se merecía a alguien mejor, más cariñosa, más atenta, más honesta, más leal...más...en fin...que no la merecía y punto. Ella iba a ser una horrible madre para aquellos dos pobres niños huérfanos. Su padre estaba demasiado ocupado con sus asuntos de negocios como para darse cuenta de lo que estaba ocurriendo en realidad.

¿Qué me has hecho? [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora