Aquella noche se retiró temprano en su cuarto después de intentar ganarse a los niños. Eran tan pequeños...
A Nora le habían robado el corazón pero ellos por desgracia, no la correspondían.
—Te dije que no te queríamos en casa...Papá tendría que escucharme—protestó Logan.
Llevaba puesto un pijama azul estampado con cohetes.
—Si...no te queremos aquí— convino Kenna, mientras cenaba pavo con guisantes. luego miró hacia su pijama verde estampado con planetas. Se había manchado con la comida.
Los señores Campbell se habían marchado a su casa que no estaba muy lejos de allí. El misterioso secretario de Jasper hacía tiempo que se había retirado a descansar a su habitación. Nora estaba sola con aquellos dos tristes niños ricos, incapaz de hacerse con la situación. Había probado todos los trucos que se conocía para intentar acercarse pero sentía que había fallado estrepitosamente.
—Está bien, niños. Tampoco sois santos de mi devoción. Pero vuestro padre se preocupa por vosotros y lo mínimo que deberíais hacer es comportaros con educación. Podíamos empezar por tratarnos mejor y os aseguro que valdrá la pena—dijo la joven muy seria.
— ¿Trato hecho?—Preguntó Nora mientras les tenía la mano.
Los niños se miraron entre sí...
—¡Oh, vamos...!
Estaba bien, aceptaban el trato. Pero no se iban a rendir tan fácilmente.
Aunque pareciera más simpática, le harían lo mismo a la nueva que a las otras. Su padre tenía que saber que ellos ya se podían cuidar solos y que lo único que querían era que pasara más tiempo con ellos. Y si para que estuviera más pendiente, tenían que seguir espantando a las niñeras, lo harían.
Nora consiguió acostarlos y luego regresó a su habitación. Se llevó uno de los sándwiches de jamón de Evan y se sentó encima de la cama.
Estaba fascinada, los muebles eran de factura exquisita. Luego reparó en algo que no había visto antes.
Una sábana cubría lo que parecía un espejo de pie. La levantó y se quedó petrificada. Era mucho más antiguo que el resto del mobiliario. Tallado en madera, estaba dorado con pan de oro envejecido por el tiempo y le pareció de factura italiana.
—¡Qué maravilla...! —Murmuró admirada.
El espejo le devolvió una imagen suya desdibujada por la pátina del tiempo. Tocó la superficie del mismo, fría, inerte, pero hermosa.
"Esto es una obra de arte..." se dijo hechizada por su encanto.
Entonces creyó soñar...
Una imagen borrosa se fue acercando hacia ella. Nora dio un paso atrás, presa de un extraño temor. Sin embargo, se sentía fascinada y era incapaz de apartar la mirada de la ajada superficie.
ESTÁS LEYENDO
¿Qué me has hecho? [EN EDICIÓN]
RomansaLa joven Eleonora Andrade está decepcionada con la vida. No ha conseguido nada de lo que se había propuesto. Ni con su carrera como artista plástica, ni en el amor. Así que decide romper con todo y regresar a su lugar de origen. De vuelta en casa d...