Despedida anticipada

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-¡¿¡¿Como que ha despertado!?!?

-Exactamente lo que oíste. Me han llamado de la fundación. Dicen que sin previo aviso abrió los ojos y comenzó a levantarse. Así que levanta tu culo y vamos rápido.

-¡OH MY GOD!

-¡Joseph, no empieces con tu estupideces y empieza a guardar tus cosas en la maleta!

-¡Ya voy! Demonios...

Todos en la sala estaban alborotados, Dio, seguido por el resto se dirigían a su dormitorio. El comenzaba ha hacer su maleta. Joseph, Avdol y Polnareff también hicieron lo mismo. Metían con rapidez y desorden sus pertenencias en las maletas en las que las habían traído. Con cierta complicación, ya que habían comprado cosas en su visita a Japón por lo que ahora la maleta llevaría mad cosas de lo que en un principio traía. 10 minutos después todos se juntaron en la entrada de la vivienda.

-Avdol, Polnareff. No tenéis por que sentiros obligados a acompañarnos.

-Se lo agradecemos señor Dio, pero ya llevamos mucho en Japón. Tenemos que volver a nuestros asuntos ¿Verdad Polnareff?

-Tienes razón, hemos pasado demasiado tiempo aquí. Ya es hora de volver.

Mientras hablaban, Holly, Jotaro y Kakyoin los observaban. En la cara de la mujer y el pelirrojo era claro la tristeza, sin embargo en la de la rubia era incluso más notoria. Su padre se fijó, por lo que se hacercó a ella y la tomo de la mejilla con dulzura.

-Me hubiera gustado poder despedirme de vosotros con más antelación pero no se va a poder. Lo siento Holly. Cuidate y prométeme que cuando te divorcies con Sadao, vendrás junto a Jotaro a Nueva York.

La mujer le miró, a pesar de su tristeza intento sonreír y afirmó con la cabeza. Después el hombre la abrazo y se dirigió hacia su nieto.

-Jotaro... Cuida bien de tu madre y de Kakyoin ¿Vale?

El pelinegro no se veía triste, tenía su habitual semblante serio y procedió afirmó con su cabeza. Finalmente se dirigió al pelirrojo.

-Y tu procura de que el no se meta en problemas.

-Me aseguraré de que no se meta en peleas.

Noriaki lo veía con una ligera sonrisa, intentando no verse triste. Joseph sonrió y se alejó. Mientras él hablaba con los dos adolescentes, el resto del grupo también se despedía de Holly.

-Ah Mademoiselle Holly, Mercy beaucoup por su hospedaje, a sido la mejor anfitriona que jamás he tenido. Cuidese.

El francés le dio dos besos en las mejillas y la abrazó. Después fue Avdol quien le siguió.

-Como ha dicho Polnareff, has sido muy amable. Espero volver a verla.

Finalmente fue Dio quien se despidió de ella.

-Me alegra haber podido verte de nuevo después de tanto tiempo Holly y espero volver a verte pronto. Estás invitada a Inglaterra cuando gustes.

Después de eso, los tres se dirigieron al par de adolescentes para despedirse de ellos también.

-Ah... Extrañaré tu mal humor Jotaro.

Polnareff le intentó abrazar pero el pelinegro le apartó rápidamente.

-Y a también ti Kakyoin.

Volvió a intentar abrazarlo y al contrario que a Jotaro el si le permitió que lo hiciera.

-Portaros bien y estudiar mucho.

El egipcio les sonreía con calidez. A su lado el vampiro también sonreía pero su expresión era más sería.

-Como le he dicho a tu madre, estáis invitados a la mansión. Y espero que traigas al joven Kakyoin contigo por supuesto. Quizás los dos tengáis la oportunidad de conocer a Jonathan.

-Realmente nos encantaría Señor Dio.-Le contestó Kakyoin entusiasmado por la invitación.

Ya no había nada más que decir, por lo que los cuatro hombres se despidieron una última vez y salieron de la residencia, para subir a un taxi que los llevaría al aeropuerto donde se dirigirían a Inglaterra. Aunque bueno, a saber a qué hora llegarían, ya que no tenían reservados los tickets del avión y no sabian los horarios. Quizás les tocaba esperar varias horas hasta que un avión a dirección a Inglaterra despegará. Kakyoin, Jotaro y Holly se quedaron en la entrada a pesar de que ellos ya se había ido. Después de unos segundos que para el pelinegro fueron eternos, su novio finalmente decidió pronunciar palabra.

-Bueno... La verdad que ya es muy tarde, mis padres se deben estar preguntando donde estoy. Asi que yo también debería irme.

-Oh, tienes razón, no queremos preocupar a tus padres ¿Verdad? Ya sabes que puedes venir cuando quieras.

-Seguramente también vendré mañana, por lo que no se deben preocupar.

El chico les sonrió a los dos. En respuesta, la mujer también lo hizo, pero estaba claro que estaba triste, aunque en realidad, los tres lo estaban. Se habían acostumbrado a la presencia del resto, y ahora la casa se sentía silenciosa. Los hecharian de menos. Kakyoin se despidió una última ves y también desapareció por la entrada. Holly suspiró y se adentro al interior de la casa, seguido por su hijo.

-Jotaro, tienes que cuidarlo bien. Es un muy bien chico. Me cae muy bien.

-Lo se... ¿Que vamos a cenar hoy?

-Sopa de miso.

-Bien...

-Me alegro que te guste.

La mujer ahora se veía más animada con la respuesta de su hijo. Aunque el chico solo hubiera dicho una palabra, ella entendió que se veía complacido por su elección de comida. Algo le decía que de ahora en adelante, Jotaro sería más abierto con ella. Y con más abierto, me refiero a que no le va a insultar y tratar como la verga.

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Se que este capítulo es más corto que lo normal y la verdad es que tenía que haberlo publicado antes, pero he tenido ciertos problemas con Wattpad. Pero ahora ya va bien. El siguiente capítulo será mas largo e interesante.

Enamorando a un Kujoh(Jotakak)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora