Una nueva etapa

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Ahora que Joseph había vuelto con Caesar, Dio y Jonathan ya no tenían razó para continuar allí. Ya en la mansión solo quedaron Erina, Suzy, Jotaro, Kakyoin y Rosas. En este momento exacta, este último había entrado al comedor donde la familia estaba deaayunando, apurado. Con dos cartas en sus manos.

-¡Señorito Kujoh, Señorito Kakyoin! Han llegado las cartas de vuestras universidades.

Al escuchar aquello, el pelirrojo se levantó de un salto de la silla en la que estaba sentado y se dirigió al mayordomo para agarrar las cartas. Rosas se las dio, esperando que las abrieran para ver lo que ponía dentro. Tal y como estaban el resto. Este era el momento que todos habían estado esperando. Poder descubrir si habían sido admitidos o no. Kakyoin le dejo su carta a Jotaro en frente suya en la mesa. Espero a que la agarrara y juntos las abrieron a la vez. El pelinegro comenzó a leer en silencio, en cambio su novio la leyó en vos alta.

-Estimado Señor Kakyoin. Le avisamos que después de revisar su examen de ingreso y ver sus notas académicas en su preparatoria. Nos alegra notificarle que ha sido aceptado en nuestro centro.

La nota seguía dando información sobre la fecha en la que empezaba el curso etc, sin embargo. Kakyoin dejo de leer y comenzó a celebrar.

-¡Me han admitido! Me han admitido!

Holly y Suzy fueron a abrazarlo. Se veía tan feliz que era difícil resistirse a celebrar junto a él.

-¿Y tu Jotaro?

-Tambien me han admitido.

Las dos mujeres y el pelirrojo comenzaron a celebrar incluso más.

-¡Genial! Menos mal. Tenía miedo que solo uno de los dos entrará. Hubiera sido muy inconveniente. Pero me alegra que no haya sido así.

-¡Mi niño va a ir a la universidad! Como pasa el tiempo. Siento que fue ayer cuando ibamos al parqué a jugar a la pelota.

Su madre achuco al pelinegro con toda su fuerza. La cual para alguien del físico de Jtoaro no fue nada.

-Yare Yare Daze.

A pesar de la gran noticia que era aquella. No le parecía importar mucho al adolescente.

-Venga Jotaro. ¡Esta es una gran noticia! Alegra esa cara.-Le intento animar su abuela.

El delincuente miró a su novio quien le miraba de vuelta con ilusión y emoción. No pudo evitar sonreír ligeramente, acción que ocultó con su gorra. Aunque los tres pudieron notar cómo sus labios se curvaban hacia arriba.

Asi fue como una semana antes de que conmenzaran las clases en la universidad, con el dinero que habían ganado durante el verano, los dos alquilaron un pequeño apartamento en la zona. Antes de mudarse, los cuatro hicieron una pequeña fiesta para despedirlos y celebrar oficialmente su admisión en la universidad. Era un poco incómodo para ellos dos ya que las dos mujeres adornaron el lugar como su se tratará de una fiesta de cumpleaños de un niño. Con adornos brillantes y globos, confetis y una tarta de chocolate que decia: "¡Felicidades a los dos universitarios!". Incluso todos llevaban unos gorros cono con pompones. Jotaro se negó a quitarse la gorra por la que se puso el cono encima de esta.

Al día siguiente, los dos jóvenes se mudaron a su nuevo apartamento. Holly abrazaba a los dos con fuerza mientras lloraba, destrozada por tener que separarse de su "pequeño" Jotaro. Aunque ella le llegaba al pecho de su hijo, pero claro está, que una madre siempre ve a su niño como si aún tuviera 5 años aunque en realidad esté ya tuviera 20 o 37 años. Números como tales eran completamente irrelevantes para ella, Jotaro siempre sería su pequeño. Aunque este le insultara, fuera el doble de alto o tuviera 50 años.

-¡Ya sueltame!

-No. Un poquito más.

Suzy y Kakyoin solo podian reír ante la dulce escena. Finalmente Jotaro la empujó lentamente, para separarle de el.

-Yare Yare Daze. Vamonos de una maldita vez.

-¿Estas seguro Jojo? ¿No te quieres quedar un poquito más con tu madre?

El pelirrojo se río de su propio comentario pero solo recibió como respuesta una mirada enfadada del pelinegro.

-Bien, Bien. Vamonos ya.

Con una última despedida, la pareja se fue al que ahora sería su nuevo hogar. Empezando así su nueva etapa. Al salir, Kakyoin miro al cielo y soltó un suspiro.

-¿Qué te pasa?

-Nada. Solo estoy muy emocionado de tener mi propia casa. Y es mejor aún cuando se que la compartiré contigo.

Jotaro sonrió ligeramente y se le acercó para susurrarle unas vez más en la oreja.

-Por fin no habrá nadie para que nos interrumpa mientras lo hacemos.

Noriaki se sonrió ante aquel comentario y le empujó ligeramente.

-Pervertido.

Enamorando a un Kujoh(Jotakak)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora