Cuando los cuatro hombres llegaron al aeropuerto, eran casi la una. La mujer en la taquilla les aviso que el siguiente vuelo no saldría dentro de dos horas. Reservaron sus tickets y esperaron. Cada uno hacía cosas diferentes para entretenerse, Avdol y Joseph se dirigieron a la tienda de regalos a hecha un vistazo y quizás comprar algo, Polnareff compró unas patatas en una máquina expendedora y se sentó en uno de los asientos del aeropuerto. Mientras comía las frituras, se dedicó a observar al vampiro hablar por un teléfono público que había en el lugar. No se le podía oír pero no era difícil deducir que llamaba a la fundación para que le comunicaran como se encontraba Jonathan. Aunque trataba de mantenerse tranquilo, su rostro revelaba que estaba nervioso u preocupado. Aunque el francés no le culpaba, después de ¿cuánto? ¿100 años? El amor de su vida había despertado del coma. Polnareff se quedó reflexionando al respecto. ¿Cuánto tenías que querer a alguien para esperarle después de tanto tiempo? ¿Podría el hacer lo mismo por alguien? Se preguntaba si el aún recordaría la voz de Jonathan y su personalidad, el apenas podía recordar la voz de su querida hermana fallecida Sherry. Ella había muerto hace 5. Un hombre abuso de ella y la mato. Cuando ella murio una parte de el también lo hizo. Durante los siguientes tres años se las paso buscándolo para vengarse de el. En uno de sus viajes conoció a Dio. El descubrió rápidamente su stand y le pidió unirse a la organización. El en un principio se negó pero el vampiro no tardó en convencerle. Con su ayuda y la de Avdol, consiguieron dar con el paradero del hombre, J. Geil. El recordaba bien como fue, como lo único que quería hacer era matarlo, como el egipcio le paró los pies, recordándole que lo correcto sería dejárselo a la fundación para que la justicia decidiera que hacer con el. Como los dos empezaron a discutir, y como aquel desgraciado aprovecho aquello para atacarle. Fue difícil vencerle, ya que su stand estaba hecho de luz y podía viajar rápidamente de un reflejo a otro. Si no fuera por Dio, seguramente el no podría haberlo derrotado. Podía recordar con claridad en miedo que sintió cuando vio a Avdol en el suelo. Por un momento pensó que había muerto, por su culpa. Gracias a Dios el egipcio se pudo recuperar en cuestión de días. El se sentía fatal por casi matarlo por su sed de venganza y no podía ni mirarlo a la cara de la vergüenza. Sin embargo, el le perdonó sin dudar. Le entendió y le pidió que no actuara de manera descuidada, ya que ahora podía contar con el para cualquier cosa. Polnareff intentó engañarse después de aquello, pero en el fondo sabía que se había enamorado de el. Sin embargo no había tiempo de pensar porque de repente sintió que alguien estaba a su lado. El francés dio un respingo sorprendido, haciendo que las patatas de la bolsa salieron volando. Avdol comenzó a reír divertido por su reacción.
-Lo siento, no era mi intención asustarte.
-Esta bien, simplemente no estaba prestando atención a mi alrededor...- Le contestó avergonzado limpiando el estropicio que había causado.
Cuando terminó de limpiar todo, dirigió la mirada al egipcio. Este le estaba mirando con atención como limpiaba las patatas que había tirado. Los dos se quedaron mirándose por unos segundos y cuando se dieron cuenta de esto, los dos miraron al lado contrario avergonzados.
-¿Acaso no había nada que te interesará en la tienda de regalos?
Polnareff trató de hacer la situación menos incómoda. Se acordó de que estaba con Joseph en la tienda de regalos y que parecía que no traía ninguna bolsa de allí.
-¿Qué?- Al contrario le costó entender a que se refería unos segundos hasta que sus neuronas finalmente conectaron-Oh si! Digo... No... No he comprado nada. Solo estaba mirando cosas para entretenerme, ya he comprado suficientes cosas durante el tiempo que he estado aquí.
-Si... Yo también... La verdad es que si comprará algo más, mi maleta explotaría. Prefiero no entrar para no tentarme...
Avdol río ligaramente. El francés siempre conseguía sacarle una risilla. Al escucharlo reír, el se sonrojo un poco más, le alegraba que se riera de sus bromas. En pocos segundos, el ambiente había cambiado a uno más relajado y coqueto pero esto sólo duró unos instantes pues justo en ese momento, Dio y Joseph se sentaron junto a ellos. Joseph comenzó a mostrales lo que había comprado en la tienda de regalos y Dio simplemente miraba a la nada, pensando en sus cosas. La fundación le había dicho que Jonathan estaba muy confundido y preguntaba constantemente sobre el. El vampiro les había instruido estrictamente que se limitarán a pedirle que se sentará y esperara. Había pasado al rededor de diez años desde que cayó en coma y el mundo había cambiado increíblemente. No quería que lo confundieran más de lo que estaba, ya se encargaría el en responder todas sus preguntas. Entre paseos por el aeropuerto, visitas a la tienda de regalos y cafetería y conversaciones, el tiempo avanzó y finalmente les llegó el momento de subir el avión. Fue un viaje muy largo. Todos aprovecharon para dormir, excepto Dio. El seguía mirando a la nada pensando en como debía de contarle a Jonathan sobre lo que había ocurrido. No podía simplemente ir y decirle:
"¡Ey Jojo! Me alegra volver a verte, has estado en coma durante 100 años ¿sabes? Eso es mucho tiempo. Muchas cosas han pasado, tus amigos han muerto. Nuestro hijo también murió. ¡Ah! Y este es nuestro nieto Joseph, al principio es raro que tu nieto sea más joven que tú pero te acostumbraras."
Tenía que ser muy cuidadoso con sus palabras. El vampiro seguía pensando en su cosas, cuando una voz lo saco de su trance. Miro a su derecha y vio que Joseph habia despertado de su sueño. No estaba seguro de que hora era, cuanto tiempo habia pasado desde que subieron al avión, ni cuanto quedaba de viaje.
-Después de tanto tiempo ¿tenias esperanza de que despertara?
Dio le miro por unos segundos en silencio, suspiro y le contestó contestar.
-Honestamente si. Pero en este momento, no lo se. Pensar en que el ahora esta despierto después de tantos años... Se me hace demasiado extraño.
-Bueno... en esta familia hay extrañeza para regalar. Ya llega un punto en el que te esperas todo.
Antes de responder, se rio sin gracia.- Tienes razón. Ya poco puede sorprendernos.
Los dos se quedaron en silencio sin saber que decir exactamente. El avión estaba en silencio, solo se oían los ronquidos de los pasajeros. Gran parte de los asientos estaban vacíos, ya que pocas personas decidían viajar a tan altas horas de la noche. Aviones como este se solían reservar únicamente para viajeros que habían tenido una emergencia como era el caso de nuestro grupo. Después de unos segundos Joseph volvió a hablar.
-Crees que el podrá acostumbrarse al presente, quiero decir, han pasado demasiadas cosas, quizás todo es demasiado para el.
-Al principio estará muy perdido, pero se que con nuestra ayuda el podrá aceptar el presente. Siempre ha sido un hombre testarudo.
Dio dejo ver una pequeña sonrisa y cuando su nieto la noto, no pudo evitar sonreír también.
-Parece que las cosas están empezando a ir bien para la familia Joestar...
-Si... Quizás es momento de que tu hables con Caesar ¿no crees?
El hombre suspiro. En sus ojos se vio una gran tristeza.
-Créeme Llevo pensando en ello durante los últimos días. Pero después de tanto tiempo... ¿Realmente vale la pena? Quizás el ya me ha olvidado. ¿Y que pasa con Suzy? No puedo simplemente divorciarme de ella... No después de tanto...
Aquella respuesta causo que el vampiro le mirara con pena.
-Te he visto crecer desde que eras un bebe y mírate ahora, estoy seguro que por la calle piensan que eres mi padre. Pero gracias al hamon as podido mantener tu cuerpo y estoy seguro que el también lo hizo. Aun tenéis años por delante, aun no es tarde. Y quizás tienes razón, quizás el no quiera tener nada mas que ver contigo pero estoy seguro que después de tanto, el se alegrara de verte al menos. Y sobre Suzy... ella es una buena mujer... se merece mas que el segundo puesto ¿Acaso no quieres que ella sea feliz?
Joseph bajo la mirada pensativo.
-Quizás tengas razón... Después de tanto años... Tengo que volver ha hablar con el... Pero no ahora... Quiero esperar hasta que todo este asunto sobre Jonathan se resuelva.
Dio asintió ante aquella respuesta. Y así la conversación se consiguió zanjar. Después de aquello, el hombre consiguió volver a conciliar el sueño. Aquella conversación le habia quitado un peso de encima. Sin embargo... Había otro pesó en su corazón que no le permitió tener un sueño tranquilo.
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El siguiente episodia ya si, finalmente hablaran con Jonathan, lo prometo XD
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Enamorando a un Kujoh(Jotakak)
أدب الهواة⚠️ Tercera parte de Enamorando a un Joestar ⚠️ Podemos decir de todo sobre Jotaro excepto que es normal y amable. Grosero, bruto y frío, no dudaría en golpearte si lo molestas, y si eres una mujer, te insultaria. Además de que últimamente le esta pa...