¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
MELODY ODIABA EQUIVOCARSE. Normalmente se hacía responsable de sus actos, pero eso no le quitaba la parte en la que odiaba estar en lo incorrecto.
Aún así, lo que más odiaba de aquella situación de Derek siendo el sobrino-nieto de Silver era ver a Liam tan decaído. Estaba segura de que sus compañeros pensaban lo mismo ya que la tristeza y desánimo del ruloso contrastaba bruscamente con la alegría y emoción que tenía el resto del equipo por participar en el Sekai Taikai.
—Hey, Liam —Lo llamó Melody nada más verlo al entrar al dojo.
El chico se giró lentamente hacia ella y le dedicó una pequeña y forzada sonrisa.
—¿Cómo estás? —preguntó ella con una voz suave.
Habían pasado varios días desde que Liam había aparecido en la puerta de su casa pero no había pasado ni uno sin que Melody intentara animarlo o, al menos, hacer que dejara de pensar en Derek.
—¿Cómo me ves? —preguntó Liam sin molestarse en ocultar el cansancio en su voz.
Melody frunció los labios en una línea y ladeó la cabeza. Era tan raro ver a su amigo tan desilusionado y triste.
—Lo siento —Murmuró la castaña.
—No es tu culpa. Nadie se habría imaginado que Derek era el nieto de Silver y que solo me estaba usando para sacar información —Dijo el ruloso.
—Tú lo hiciste.
El chico suspiró.
—Ya, pero estoy intentando ignorar que todo esto es mi culpa por confiar en quien no debía —admitió Liam mientras se cruzaba de brazos.
—No es tu culpa —Contradijo la castaña.
—Lo es. Debí haber salido corriendo cuando vi que estaba en Cobra Kai, pero no lo hice porque parecía una buena persona. Al parecer me equivoqué. Como siempre —Melody abrió la boca para intentar hacerlo cambiar de opinión pero el ruloso siguió hablando—. ¿Sabes qué? No quiero seguir pensando en esto. Acabemos con Cobra Kai de una vez por todas. Es lo único que necesito.
La castaña asintió ante la súplica de Liam y se acercaron al resto del grupo, que charlaban animados.
—¿Viste el vídeo que te mandé del Sekai Taikai del año pasado? —preguntó Eli.
—¿Quién diría que alguien podría patear tan alto? —añadió Miguel.
