Chapter II

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—. El día de hoy, se someterá a juicio el señor Gilles Maldonado, por: asesinato en primer grado, violencia intrafamiliar, abuso sexual a menores, y tráfico de droga. Los antecedentes-

El juez hablaba y hablaba, los abogados pasaban a defender. Era una pelea, con reglas, había una estrategia, cada uno tenía la suya. 

Quackity sintió interés, ¿qué tan bueno puede ser un abogado? 

—. Gilles Maldonado, queda condenado a cuarenta años de prisión por-

Quizá... muy bueno. 

—. Y la custodia del menor de edad, Quackity Maldonado, procede a ser del jefe de agentes de la CGT, Spreen Buhajeruk - sentenció el juez. 

Todos se levantaron de sus asientos y abandonaron la sala. 

Quackity caminaba al lado del jefe de agentes, Spreen. 

Ese día, finalmente vio su rostro sin la típica máscara que usan. Aunque no tengan ningún dato de ellos, aparte de su nombre, igual ocultaban sus rostros. 

—. ¿Estás feliz, putita? - se cruzaron a su padre de frente, iba escoltado por varios guardias —. Yo me pudriré en la cárcel y tú podrás darte los revolcones que quieras con ese alfa. Eres igual a tu madre, igual a cualquier omega, puta y zorra.

—. Por favor, llevenselo - ordenó Spreen, evitando que siguiera hablando. 

—. ¡Sabrás de mí, mocoso de mierda! ¡Nos volveremos a ver! ¡Así sea en el inferno! - exclamó el hombre, siendo arrastrado por los guardias hasta sacarlo y llevárselo. 

Spreen tiró de su camisa para que avanzara. 

Quackity lo siguió. 

Pasos firmes, cabeza en alto, erguido, seguro de sí mismo. 

—. Escucha, mocoso. Viviras conmigo y mi pareja a partir de hoy, ¿entendido? - habló. 

Voz ronca, autoritaria y firme, incluso con temas triviales

—. Está bien - respondió el menor. 

Subieron al auto del alfa, para ir a su apartamento. 

Auto negro, modelo moderno, vidrios polarizados y esencia de lavanda

Al llegar al apartamento, un edificio enorme y minimalista, subieron al área del penthouse. Era obvio, Spreen debía tener el salario mínimo de todo Albania. 

Al cruzar la puerta, un omega de cabellos castaños y ojos cafés los recibió. 

—. Hey, por fin vuelves - habló el castaño. 

—. Quackity, él es Roier, mi pareja. Roier, él es Quackity, el niño del que te hable - presentó el alfa. 

—. Un placer, Quackity, espero que nos llevemos muy bien - saludo el castaño, ofreciéndole la mano. 

—. El placer es mío - aceptó, desconfiado.

Paranoia.

—. Bien, pasemos adentro - Spreen le dio un pequeño tour. 

Le indico donde estaría su habitación, donde agarrar comida y agua, cómo usar la televisión, cómo prender el aire, y demás. 

Spreen lo recibió con los brazos abiertos, en un penthouse que era más grande que su antigua casa, lo mandaría a estudiar a una buena secundaria y le daría oportunidades que no hubiera podido tener antes. Pero sentía que no lo merecía. 

Blood - SpreeckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora