Chapter XIX

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Por la mañana, Quackity se despertó primero, encontrándose con Spreen profundamente dormido. Sonrió al verlo tan tranquilo. 

Estar cerca el uno del otro calmaba muchos malestares creados por el lazo. Quackity por fin sintió hambre, por lo que se levantó para pedir algo de comer al hotel, dejando que Spreen durmiera todo lo que no pudo en esos cinco meses que estuvieron separados. 

Por la tarde, tuvieron que separarse para que cada uno hiciera su trabajo. 

Spreen fue regañado por "no tener" información sobre el asesinato en el callejón, por lo que mandaron a más agentes a la zona. 

—. Se ha encontrado a Wilbur cerca de la zona franca - informa Karl, parándose en la puerta de su hotel.

—. ¿Estás en todos lados o cómo logras encontrarme? - pregunta Spreen, sonriente. 

Karl era su mejor amigo desde hace años, lo conoce casi desde la primaria y nunca se han separado. 

—. Eres muy predecible - responde Karl, sonriente. 

—. No es que sea predecible, es que nos conocemos muy bien - respondió Spreen, acariciándole el cabello a su amigo. 

Spreen y Karl comenzaron a hablar sobre Wilbur y su caso mientras sonreían, ajenos a la mirada azul que los observaba desde la azotea de un edificio cercano. 

Quackity se mantuvo cerca, vigilando a Spreen para que no corriera peligro en una ciudad como Detroit. Sabía que se podía defender solo, pero la ayuda nunca está de más. 

Suspiró al verlo tan tranquilo con Karl, confiaba en que el castaño podría cuidarlo. 

Bajó de la azotea y continuó con su trabajo de encontrar a Wilbur. 

La razón por la que no ejerció como abogado cuando se gradúo fue porque tenía como meta o deseo personal el vengarse de Wilbur, y no descansaría hasta lograrlo. 

Al llegar a su lugar "secreto" de investigación, se reunió con Dream para quedar en ciertos acuerdos. 

—. Wilbur está cerca de la zona franca, sabe que lo estamos siguiendo, y también sabe que la CGT le roza los talones. Necesitamos armar un plan para atraparlo - dice Dream, tomando de su té. 

—. Escabullirnos y emboscar cuando la CGT se involucre parece buena idea - comenta Quackity, viendo el mapa de la zona franca. 

—. Bien, entonces, ¿esperamos a que ellos nos abran paso? - preguntó Dream, viendo a Quackity. 

—. Sí, no tardaran mucho en dar con su escondite - responde, alzando su mirada para verlo. 

Dream aprovechó ese momento para acariciar los labios del menor con su pulgar, siendo suave y gentil. Quackity se apartó rápidamente, dejando un silencio incómodo. 

—. Bien, espero tus indicaciones - dice Dream, levantándose de su puesto y retirándose del lugar. 

Quackity suspiró pesado, no pasaría mucho tiempo hasta que Spreen y la CGT dé con Wilbur, pero tenía un mal presentimiento y sentía que debía de estar al mismo tiempo y no después. 

Pasó casi una semana, cuando las unidades de la CGT comenzaron a movilizarse por la zona franca. Quackity estuvo espiando a Spreen desde hace días, consiguiendo información y enterándose de todo. 

El menor llegó y pasó desapercibido como un agente más, no levantaba sospechas de nada y eso le consolaba de cierta forma. 

—. ¡Bien, muchachos! ¡Escuchen una cosa! ¡Estamos aquí para atrapar a uno de los contrabandistas y mercenarios más buscados del país! ¡Podemos morir en el intento, pero será por una buena causa! - exclamaba Karl, dirigiéndose a todos los agentes reunidos. 

Blood - SpreeckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora