Chapter XVIII

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Spreen observaba la graduación de su hijastro que era casi amante suyo, o un amante que era casi su hijastro, no importaba, porque el orden de los factores no altera el producto. Ambos podían tener una relación "familiar" y llevarse como quisieran, después de todo, no había nadie de por medio. 

—. Te felicito - habló Spreen, abrazando al menor. 

Quackity sonrió en medio del abrazo, ahora que tenía veintiuno y tenía su título, podía ser más libre. 

Quackity logró graduarse de la facultad de derecho con mucho dote, tenía contactos por diestra y siniestra. Lo tenía todo para triunfar, pero, decidió dedicarse a otra cosa. 

—. ¿Qué quieres decir con qué te irás del Estado? - preguntó Spreen, confundido. 

—. Sí, me iré - respondió Quackity, terminando de empacar algunas cosas —. Unos contactos me consiguen buen trabajo en Michigan, así podré tener un mejor salario que aquí. 

Spreen suspiró pesado, no quería que se fuera, pero comprendía que no era decisión suya. Aceptó la partida de Quackity, anhelando que la marca no fuera un impedimento. 

Los años que llevaron como amantes terminaron, esas noches apasionadas y los secretos entre ellos también. 

—. Ha ocurrido de nuevo - se queja uno de los compañeros de Spreen, llegando a su oficina y sentándose al lado —. Desde que tu amante se fue del Estado han ocurrido cosas atroces. La tasa de crimen aumenta cada día, ¿cómo puede ser posible? 

Spreen negó con la cabeza, estresado. 

Han pasado cinco meses desde que Quackity se fue del Estado de New York, Spreen se sentía estresado de sobremanera y muy angustiado. 

Cada día su salud empeoraba, creándole problemas para concentrarse o para moverse. 

—. ¿No te ha hablado? - preguntó Karl, apareciendo por la puerta.

Spreen se giró a verlo —. No, parece que está muy cómodo en Michigan - respondió, entristecido. 

Quackity no llamaba, no contestaba y ni mandaba mensajes. Parecía que se marchó para jamás volver, y era algo que tenía mal a Spreen. 

—. Hubo una entrega de droga en Detroit, justamente hace una hora, ¿vas? - pregunta Karl, evitando el tema por el bien de su amigo. 

Spreen suspiró pesado, aceptando, sólo para golpear criminales y desahogarse. 

El camino a Michigan fue tedioso, pero logró llegar. 

Camino por los techos y se movilizó de esa forma, camuflándose entre las sombras de la noche.

Creyó volverse loco cuando vio a alguien similar a Quackity metiéndose a un bar de mala muerte. Decidió aventurarse y bajar para ver de quién se trataba. 

Al entrar al bar, pudo confirmar que, la persona que bebía un margarita en la barra, era Quackity, porque podía sentirlo. 

No sabía de qué hablaba con la persona frente a él, pero decidió irse para no involucrarse. 

Pasó desapercibido y decidió volver a los techos, pero cerca de la zona donde estaba Quackity para vigilarlo. 

Tras una hora, vio a un hombre encapuchado salir de aquel bar, caminaba deprisa. Identificó de inmediato el tipo de capa, era una capucha que solían usar los agentes de la DEA para investigar en bares. 

Quackity iba tras el hombre, persiguiéndolo, decidió seguirlo para ver cómo se desenlazaban las cosas. Cuando llegó al callejón, Quackity había asesinado a aquel hombre. 

Blood - SpreeckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora