Chapter IV

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Droga.

¿Cómo podía conseguir algo así?

Recuerda que su padre solía inhalar droga a veces, o inyectarse, incluso tomarlas en pastillas. 

Tuvo el pensamiento intrusivo de salir para buscar donde comprar, pero descartó su pensamiento. 

¿Qué le pasaba? No podía traicionar la "confianza" de Spreen de esa manera.

Suspiró pesado y se acostó en su cama. 

Sexo y drogas, ¿por qué quería experimentar esas cosas? 

Quizá porque vivió en un ambiente así, donde observaba ese tipo de cosas todos los días, pero no probaba ninguna por ser incluso más pequeño de lo que ya es. 

Droga... ¿algo similar y que pase desapercibido por Spreen?

¿Alcohol? No, probablemente lo descubriría incluso más rápido. 

No tenía nada, y era mejor que dejara de pensar en eso, no debía de meterse en problemas. 

Luego de eso, transcurrieron seis meses. 

Finalizó su segundo año de secundaria y comenzó con su último año en la nueva secundaria. 

Sus compañeros nuevos fueron "agradables" al recibirlo, pero consideraba que eran unos hipócritas. 

Si fueran realmente amables, no estarían hablando de él a sus espaldas. 

—. Es muy sexy - escuchó murmurar a uno de sus compañeros, alfa. 

Ni siquiera tenían decoro, hablaban casi a medio metro suyo en murmullos que se escuchaban hasta el otro lado del salón. 

—. Son pocos los omegas en este lugar, creo que si esperamos su celo nos abrirá las piernas facilmente - murmuró otro, alfa también. 

¿Abrir las piernas? Sexo...

Si, quizá sí. 

Tras ese suceso, pasaron dos meses. 

—. ¿Irás a la escuela? - preguntó Spreen, viendo al menor que estaba sonrosado y sudando —. No te ves muy bien. 

—. Iré, no tengo amigos para pedirles copia de los trabajos - respondió el menor. 

—. Creo que es mejor que llamé a Roier y te cheque, no vayas así - habló Spreen.

Quackity rodó los ojos, fastidiado. Que su novio fuera doctor no significaba que se iba a dejar checar.

—. Estoy bien, ya dije que iré - sentenció. 

El mayor se encogió de hombros. 

No sabía ser padre, y menos de un adolescente con traumas a trata por un psicólogo. 

No quería hostigarlo, porque no se sentía con el derecho de restringirlo o mandarlo, porque él no era su padre. 

Quackity por el camino a la escuela pasó comprando condones. Leyó un artículo de internet rápido donde le explicaban cómo usarlos. 

 En el complejo le dijeron que no podía pasar sin tomar supresores, por lo que tuvo que ir a la enfermería a por una dosis. 

—. Es peligroso que vengas a estudiar en ese estado, ¿quieres que llame a tus tutores? - preguntó la enfermera. 

—. No, gracias. Esta bien, no creo que me pase nada - respondió. 

La enfermera dudo, pero lo dejó pasar. 

Blood - SpreeckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora