Chapter XIV

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Quackity soltaba pequeños jadeos ante las penetraciones que le daba el alfa. 

Spreen era un poco más consciente, al punto de que sentía culpa mientras hacía lo que hacía, pero no podía evitar hacerlo. 

—. P-perd- 

Antes de pedir disculpas, Quackity lo interrumpió. 

—. Ya no lo digas, no cambiará nada, sólo malgastas saliva - respondió, frío.

El silencio gobernó en la sala, hasta que Wilbur entró. 

—. Son tan adorables, creanme, verlos coger como animales hace que mi orgasmo se sienta electrizante - comentó, burlón. 

Spreen tenía ganas de golpearlo. 

El castaño se acercó a Quackity, acariciando su mejillas y besándolo en los labios. 

—. Mi omega, eres tan dulce - ronronea. 

Wilbur se llevó a Quackity ese día, sólo para saciar su celo con él. 

El menor regresó al encierro seis días después, temblaba y hacía muecas extrañas. 

—. ¿Estás bien? - pregunta Spreen, verdaderamente preocupado. 

—. ¿Bien? ¿Qué es estar bien? ¡Nunca me he sentido tan bien! - exclamó, sintiendo las lágrimas derramarse. 

Cinco meses, de un abusador a otro, durante cinco meses. 

—. ¡Me siento bien! ¡Me siento vivo! - exclama, apretando sus puños con fuerza y pataleando. 

Lloraba con fuerzas, sintiendo su corazón acelerarse y su pecho contraerse, un tipo de escalofrío invadía sus muñecas, creándole una sensación extraña. 

—. ¡Me siento tan bien! ¡Dios! ¡Amo vivir! - exclamó, sonriendo, mientras que gruesas lágrimas se deslizaban por sus mejillas —. Maldita sea, ¿cómo no me voy a sentir bien? 

Pasaron horas, en las que Quackity gritaba lo "bien" que se sentía mientras lloraba. 

Hasta que al final, comenzó un llanto. 

—. Me quiero morir, maldita sea, no soportó un minuto más en esta vida. ¿Por qué yo? Ya no aguanto, ya no quiero más de esto. ¡Dios! ¡Perdóname! ¡Perdona cualquier cosa que haya hecho! Pero, ¡por favor, llévame! ¡Quítame la vida, porque ya no soporto ni un minuto más! ¡Dios, por favor! - Quackity lloraba a mares mientras gritaba. 

Spreen sólo lo veía, sintiéndose miserable.

Buscó a Quackity para vengarse de él, pero sólo demostró que nadie era capaz de comprenderlo, de tomarse el tiempo para hablar con él y llegar a un acuerdo, todos querían hacer las cosas por la fuerza. 

—. Por favor, Dios... escuchame, perdóname, por favor, perdóname. Pero llévame, no quiero más, no aguanto, Dios - siguió suplicando en susurros. 

Quackity lloraba, provocando en Spreen las lágrimas. 

El mismo secuaz entró a la habitación, desde ahí ambos supieron que se avecinaba. 

El líquido entró en Spreen, las esposas fueron soltadas y ambos fueron puestos de nuevo en ese terreno de supervivencia. 

Quackity seguía lamentándose y rogando por morir. 

Spreen se sentía más consciente, estaba llegando al punto donde podía pensar y lastimar menos a Quackity, pero perdía contra el impulso. Era difícil de explicar, tanto, que sentía que sólo era un estúpido. 

Con Quackity sobre su regazo, acorralado contra la pared y llorando, sólo pudo pensar en una cosa que lo salvaría del dolor: un lazo. 

En cuanto lo pensó, sus colmillos picaron. 

Si quería hacerlo bien, sin lastimarlo y sin consecuencia alguna, debía seguir la "tradición" del ritual para la marca. 

Trató a Quackity con cariño, confundiendo a Wilbur al otro lado de la cámara. 

Sus manos se pasearon por todo su cuerpo y lo prepararon con cariño, repartía suaves besos por su piel y besaba sus labios con pasión. 

Se adentró en su cuerpo y embistió con delicadeza, siendo cuidadoso de no lastimarlo. 

Lo masturbaba mientras lo penetraba, escuchando gemidos por primera vez, no eran jadeos contenidos por el movimiento, eran gemidos por sensaciones de placer. 

Spreen se inclinó en cuello, sintiendo el orgasmo acercarse. 

Tomó las caderas con fuerza y aceleró el paso, para luego clavar sus colmillos en la piel, desgarrando su cuello y creando el lazo. El nudo se formó, siendo esta vez más grande y llenando por completo al menor. 

Quackity tensó todo su cuerpo, llegando por primera vez al orgasmo en todo ese tiempo. 

Spreen, de golpe, pudo ser consciente de todo. 

Ahora, ambos compartían alma y cuerpo, Spreen sentía la impotencia, desesperanza, desolación, ansiedad, ira, tristeza, cada emoción de Quackity, era presente en su cuerpo. 

Quackity sintió su cuerpo relajado, sintiendo una ola de placer inundandolo. 

Wilbur entró y los forzó a separarse, aún con el nudo presente. 

Spreen, bajo el éxtasis de la marca, sujetó a Wilbur con fuerza y lo empujó, comenzando una pelea. 

Quackity cayó al suelo, rendido, débil. Su cuerpo temblaba y pasaba por la "redención" de la marca, para alfas y omegas era distinto ese episodio. 

—. ¿Por qué lo marcaste? ¿Por qué arruinaste mis planes de esta forma? Pudieron haber estado más tiempo con vida, y decidiste condenarlos - exclamó molesto el castaño. 

Spreen se acercó y golpeó su mejilla con fuerza. 

Wilbur se tambaleó, tomó un bate y a punto de golpearlo, Spreen lo detuvo, tomando el bate con fuerza y partiéndolo en dos. 

—. Te voy a enseñar cómo es un verdadero gen dominante - susurró Spreen, acercándose. 

Le encestó una patada en el estómago y un golpe en el rostro, fue interrumpido por dos secuaces que entraron. 

Luchó para librarse, y al lograrlo, estrelló a ambos betas para luego acercarse de nuevo a Wilbur. 

Fue detenido por una explosión. 

"Atención, la base ha sido invadida. Repito, la base ha sido invadida" - una voz y una sirena comenzaron a sonar por todo el lugar. 

Spreen se tapó los oídos, se sentía aturdido por el ruido, sus sentidos estaban muy sensibles. 

Wilbur se apresuró a escapar con algunos secuaces, dejando las pruebas de las cámaras y el resto de cosas. 

Spreen se desmayó, no soportó el sobre-estimulo del ruido. 

Lo último que vio, fueron a agentes de la CGT entrando por la puerta. 


Blood - SpreeckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora