-Vale, ¿ahora qué sucedió en tu sesión de estudios de hoy?-preguntó Lalisa, divertida.
Esa tarde, después de que Jisoo llegara de la biblioteca, había estado murmurando para sí misma y cada tanto decía en voz baja: Eres una idiota, Kim.
Jisoo negó con la cabeza sonriendo forzadamente, Lisa alzó una ceja dándole a entender que no le creía nada.
-Ya, bueno-soltó el aire rendida, la chica de ojos miel era muy insistente-. Algo que sucedió hoy, una tontería mía, nada más.
Lisa sabía, por el tono que utilizó Jisoo, que debía de ser algo vergonzoso. Por esa razón no la obligaría a contárselo si ella no quería, Lalisa respetaba su privacidad.
¡Basta! Eres la mejor amiga más perfecta del mundo, Lalisa Manoban. Se elogió a ella misma sonriendo con triunfo. Suerte que nadie sabía lo que cruzaba por su mente. Pero, Lisa estaba un poco preocupada por su amiga, ¿qué había sucedió tan vergonzoso de lo que Jisoo se arrepintiera tanto?
Se le quedó viendo, Jisoo estaba un segundo concentrada en su cuaderno y al siguiente pegaba la frente contra la mesa murmurando: Idiota, idiota. Lisa no comprendía su extraña actitud, pero esperaba que durará unos días más así, era sumamente divertido verla alterada.
Al día siguiente Lisa se levantó temprano, fue de puntillas hasta la puerta de su mamá, iba a tocar, pero entonces escuchó unos leves sollozos. Las lágrimas ahogadas de su mamá le rompían el corazón, con el pasar de los meses había comenzado a ver a su papá como el culpable de todo esto. Su mamá y ella eran infelices por ese desgraciado, si quedaba alguna pizca de amor de Lalisa hacia su padre debía de estar en lo más profundo de su ser. Después de estar arreglada y desayunada fue a la casa de Soo, tardaron un poco más en llegar al instituto por que Jisoo no encontraba un lazo que combinara con su blusa.
-¿Ya hoy no te sientes tan idiota?-preguntó burlonamente mientras veían a su amiga en el pasillo.
Jisoo pisó su pie antes de irse con Momo y sonreírle con cariño, Lisa río internamente adolorida. Estaban las tres, al igual que siempre, caminando cuando una Jennie muy feliz captó la atención de la tailandesa. Ella y sus dos compañeritas de juego estaban caminando hacia el lado contrario que Lisa, cuando pasaron junto a ella la chica de ojos miel decidió fastidiarla dándole un empujón que envió a la castaña contra los casilleros.
-Aww perdón-se disculpó falsamente la tailandesa mientras observaba fijamente a Jennie, que estaba recuperándose del susto.
La Seungri osa Kong estuvo a punto de lanzarse hacia ella, la rubia la detuvo rodeándola con sus brazos para que así no alcanzará a la tailandesa. La pelinegra extendía las manos como si fuera un gato a punto de aruñarla, a Lisa se la hacía divertido.
-¡Déjame, Ro! La voy a matar-le decía furiosa y al escuchar sus palabras Lisa no pudo evitar reír, enojando más a la pelinegra.
-Claro niñita, quiero ver eso-se burló cuando Momo, tras suyo río junto a ella, al igual que siempre Jisoo las observaba mientras reía disimuladamente, a la rubia no parecía gustarle ni un poco.
Parecía querer darle un golpe a Jisoo, la tailandesa que seguía riéndose estaba ya preparándose para colocarse en el medio de ellas dos.
-Te debería dar un... -comenzó la rubia soltando a Kong y avanzando dispuesta a atacar a la chica de ojos chocolate, Lisa estaba a punto de hacer algo, pero todos observaron cómo Jennie se le colgó del brazo a la rubia.
De inmediato la sonrisa burlona desapareció de sus labios y tensó su mandíbula, Jisoo al igual que ella ya no veía la situación divertida.
-Rosie... déjalas... no, no valen la pena-los ojos cafés miraban con preocupación a la rubia, logrando una acidez en el estómago de la tailandesa.
Sus ojos se encontraron, debió de ser tan afilada la mirada que había en el rostro de Lisa que Jennie se separó de Rosé rápidamente. La tailandesa ahora observaba con fastidio a la rubia pero pronto su atención fue a la chica de ojos marrones. Le gustaba mucho cuando Jennie se sonrojaba de esa forma, más si era por ella, le dio una sonrisa de muerte que no hizo más que aumentar el color rojo en las mejillas de la castaña.
-No... no vuelvas a empujarme-dijo Jennie un poco nerviosa y con la mirada en el suelo, la rubia para calmarle sujetó su mano y las dos se dieron un leve apretón antes de sonreír.
Lalisa hora mismo podía muy bien estar asesinando a la tal Rosa con sus ojos, ¿se llamaba así? Pero un enojo, del que no sabía de donde había salido, surgió en ella, río falsamente atravesándolas con la mirada.
-¡Claro! ¿Y yo te voy a hacer caso?-si la rubia no soltaba a Jennie, la tailandesa muy bien podía darle un golpe en la nariz.
Contrólate, Manoban, no tienes ningún derecho para estar molesta. Si le vas a dar un golpe a la rarita esta, es porque quieres no por Jennie. A veces su conciencia era mejor con un psicólogo, siempre le daba respuestas lógicas cuando ella estaba confundida.
-¡Si!-Jennie se atrevió a responderle pero al ver los ojos miel su seguridad comenzó a flaquear-. Por favor... -dijo un poco más bajo y con voz suave, Lisa volvió a sentir mariposas en el estómago al escucharla hablar así.
¡Di algo idiota, no te quedes callada! Lalisa debía hablar, cuando ya estaba por hacerlo su mejor amiga la interrumpió.
No parecía ni un poquito feliz.
-Esto es una ridiculez, sólo no te atravieses más en nuestro camino y ya-dijo exasperada y mirando a la rubia con aparente disgusto antes de darse la vuelta e irse.
Momo, un poco confundida también por la actitud de Jisoo, la siguió haciéndole señas a Lalisa para que la imitara. La tailandesa aun estaba procesando lo que acababa de ocurrir, sentía como si fuera una retirada y el grupo de las raritas hubiera ganado.
Miró feo a las tres chicas, deteniéndose más tiempo en Jennie, antes de seguir a sus amigas por el pasillo.
-Okay, Jisoo, ¿qué fue eso?-fueron las primeras palabras que salieron de la tailandesa cuando entraron al salón.
Jisoo tranquilamente ocupó su asiento, sacando los libros mientras Momo se ubicaba tras ella y Lalisa a su derecha.
-¿De qué hablas exactamente?-se hizo la que no sabía nada. Lisa resopló irritada, Jisoo sabía exactamente a lo que refería.
-De como perdiste los estribos frente a la rarita y terminamos huyendo-su voz se escuchaba como un reproche.
-En primera: no estamos en una batalla como para huir o ganar, Lisa-dijo anotando la fecha en la primera página de su cuaderno-. Segundo: no perdí los estribos, sólo quería cerrarle la boca de una buena vez al fenómeno.
Lisa volvió a abrir los labios para luego cerrarlos.
-¿Rosa?-preguntó un poco insegura, por como hablaba Jisoo creía que se refería a la rubia. Jisoo negó con la cabeza mientras reía un poco.
-Casi, Lisa, vas mejorando-admitió mientras seguía escribiendo-. Es Rosé.
-Bueno no me importa, el caso es que me dejaron como tonta y ni siquiera pude contestarles-se cruzó de brazos hundiéndose en su asiento.
Jisoo se encogió de hombros sin importarle mucho lo que creyera. Claro, no fue ella la que quedó en ridículo frente a Jennie. Lisa quería pensar que no le importaba la opinión de Kim, pero en estos momentos no estaba muy segura de eso.
╰┈┈┈┈┈┈┈➤ ❝ [𝐑𝐢𝐯𝐚𝐥𝐞𝐬 ; 𝐉𝐞𝐧𝐥𝐢𝐬𝐚] ❞
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⌗𝐑𝐢𝐯𝐚𝐥𝐞𝐬 ; 𝐉𝐞𝐧𝐥𝐢𝐬𝐚 𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧
FanfictionLalisa Manoban tiene que comenzar la secundaria, junto a su mejor amiga Kim Jisoo, después del divorcio de sus padres que supuso una etapa difícil en su vida. Ella no creía en el amor, hasta que conoció a Kim Jennie, la mejor forma de huir de sus s...