Capítulo 7

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Lalisa estaba lavando unos platos, era de mañana, pero ayer su mamá se había acostado muy temprano como para lavar los trastes de la cena. Hoy era el último día de escuela, al fin, después de tantos meses saldría libre. Estarían de vacaciones y podría quedarse, si deseaba, en casa de Jisoo todo el verano.

Llevaba casi un año sin saber de su papá personalmente, suponía que su mamá seguía en contacto con él para hablar sobre los gastos estudiantiles de su hija, pero parecía aun no poder superar su separación. Lalisa prefería no pensar en eso, hoy tenía una gran broma planeada, fue una idea que surgió una tarde en casa de Jisoo y por fin hoy, ella y sus amigas lo harían.

Ayer Jisoo y ella habían comprado las latas de pintura y el disparador de aire, Irene ya debía de haber llegado temprano para instalarlo y darle una sorpresa a sus raritas favoritas. Escuchó a la vecina del frente, la señora Kim, llamar a su hija y luego los vio saliendo. Se asomó levemente para ver hacia la casa, la mamá de Jennie se montaba en su automóvil apurando a su hija.

Jennie estaba con un jersey y unos jeans, los mechones de cabello se balanceaban ligeramente por el viento mientras la castaña bostezaba. Lisa soltó una pequeña risa. Parece una niñita de primaria. Dijo para ella misma. Jennie nunca usaba maquillaje o algún cosmético que la hiciera lucir hermosa, por eso la tailandesa no se explicaba como hacia todas las mañanas para verse tan linda.

Mal camino, Lalisa. Dijo por el rumbo de sus pensamientos. Se apartó de la puerta y fue hasta su cuarto a arreglarse, después de pasar por casa de Jisoo ya se encontraban en el instituto. El aire esta mañana parecía estar cargado con energía, hoy era el último día para los alumnos que cursaban el último año. Lalisa se preguntaba que haría al graduarse, ¿con quien estaría? Con Jisoo claro, pero se preguntaba cómo sería su último día antes de irse a la universidad, debía de ser emocionante.

En todo el día no se cruzó con Jennie y su rari pandilla, pero no tenía importancia, era obvio que las vería cuando sucediera. La tailandesa y su mejor amiga esperaban con ansias la hora del almuerzo. Y así fue, allí estaban las cuatro chicas cerca de donde se encontraba el casillero de Jennie para ver la acción en primera fila.

—¿Crees que funcione?—preguntó Momo un poco ansiosa, nunca había presenciado una broma nivel dos.

Irene se miró las uñas con superioridad.

—Momo, por favor, lo instalé yo. Claro que funcionara—las cuatro pegaron los ojos en el lugar cuando vieron a la pelinegra y a Jennie llegar.

Nadie podía borrar la sonrisa burlona de los labios de Lisa.

—3... 2... 1 y —dijo Irene entre risas contando en retroceso.

Cuando Jennie abrió su casillero un disparador de aire se activó manchándolas completamente, a las dos, con pintura rosada.

—¡Ahh!—chilló Jennie sacudiendo sus manos mojadas en rosado y su rostro.

Lalisa explotó en risas con el resto de los jóvenes que iban con el pasillo, todos las señalaban burlándose de ellas. Dos por una, no planeaba que la osa estuviera con ella.

Se alegró de que su broma fuera un éxito.

—¿Qué mierda?—la pelinegra dijo enojada al ver que su franela favorita estaba sucia.

Jennie escuchó las risas de Lisa y se volteó a verla, la tailandesa vio por primera vez enojo en esos ojos cafés.

—¡Manoban!—iba a ir hasta ella pero Jisoo se interpuso con su movil en alto.

—A ver, sonríe a la cámara—cantó con la lengua entre los dientes mientras tomaba miles de fotos diferentes de Jennie y su amiga en ridículo.

Jennie un poco avergonzada, ya prestándole atención al resto de las personas que las veían, se dio la vuelta llevándose a la pelinegra alta con ella mientras huían.

⌗𝐑𝐢𝐯𝐚𝐥𝐞𝐬 ; 𝐉𝐞𝐧𝐥𝐢𝐬𝐚 𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora