Capítulo 11

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—¿No es muy temprano?—preguntó la señora Manoban, al ver a su hija asaltando el refrigerador arreglada para ir al instituto.

Lalisa lucía igual que todos los días, una falda y una franelilla que le dejaba al descubierto su abdomen, su rostro estaba maquillado y ahora estaba un poco intimidada en ir caminando en la calle así. Aún seguía sin hablar con Jisoo, por esa razón nadie la llevaría hoy, también se iba temprano para evitar que su amiga viniera a buscarla obligada.

—No creo, ¿no deberías estar preparándole el desayuno a tu "compañero"?—hizo comillas en la palabra y su mamá hizo una mueca.

—Lalisa...

La tailandesa le hizo callar levantando una mano, en sus labios sostenía una tostada.

—No intentes negarlo, mamá, los escuché toda la noche—dijo antes de colgar su cartera al hombro—. Hasta luego.

Salió rápidamente por la puerta ignorando el llamado de su madre, hoy estaba un poco irritante ya que no durmió en toda la noche por la gran actividad en la habitación contigua. Sujetó su pelo liso en una trenza mientras caminaba, era la primera vez desde hace tiempo que lo hacía pero le serviría para pensar. Vio de reojo la casa de Jennie, mientras se colocaba sus audífonos, la castaña estaba despertándose y se asomó por la ventana. Las dos se vieron, Jennie estaba a medio vestir cuando vio a Lalisa en la acera, de inmediato la tailandesa apartó la mirada y siguió caminando.

No sabía para donde mirar mientras caminaba, el cielo aún estaba gris y el viento era agradable. La música estaba a todo volumen, su banda favorita se estaba escuchando, y su cabeza estaba en otra parte. No podía seguir ignorando a Jisoo, era su mejor amiga y debían arreglarlo. ¿Pero qué le diría? Qué estaba confundida y sentía un extraño sentimiento hacia la vida, ella misma, o peor: hacia Jennie Kim.

Escuchaba su nombre, pensaba que era una alucinación así que aumentó el volumen de su movil.

Pero pronto se dio cuenta que alguien si la llamaba.

—¿Eh?—vio a su lado y casi suelta un jadeo se sorpresa al ver a Jennie que parecía haber pegado una carrera—. ¿Qué demonios haces aquí, Kim?—la tailandesa no entendía ya que ella siempre se iba en automóvil. Jennie se alejó unos pasos de ella aun caminando en la acera junto a Lalisa.

—Yo... te vi y no quería irme sola al instituto, así que… —estaba balbuceando y la tailandesa arqueó una ceja.

—Tú siempre te vas con tu mamá en auto—apuntó y Jennie se sonrojó.

—Bueno, hoy quería irme contigo—confesó, pero después abrió los ojos negando con la cabeza—. Porque quería irme temprano y tú también salías a esta hora así que podemos darnos compañía mutua o...

—Ya entendí, Kim, solo cállate y no me hables—era muy temprano para hacer sonrojar a Lalisa y para su gran fastidio Jennie lo estaba logrando.

La castaña asintió tímidamente y la tailandesa casi pudo jurar que estaba escondiendo una sonrisa. Fastidiada volvió a encender la música ignorando a la chica junto a ella, pero eso no evitó verla de reojo. Jersey y unos jean oscuros y una simple trenza en su cabello castaño, aun así lucía mas hermosa que la propia Lalisa. Enojada consigo misma por esos pensamientos, aumentó el paso casi dejando a Jennie atrás. Duraron todo el camino en silencio y al llegar Lalisa ni se despidió, se fue corriendo por el aparcamiento al grupo de sus amigos. Allí estaba Jisoo cuchicheando con Sehun y al verla llegar se quedó callada.

—Hola, chicos—saludó alegremente mientras intentaba sólo enfocarse en Momo.

—¡Lisa, hasta que por fin muestras señales de vida!—Irene le dio un empujón amistoso en el hombro.

⌗𝐑𝐢𝐯𝐚𝐥𝐞𝐬 ; 𝐉𝐞𝐧𝐥𝐢𝐬𝐚 𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora