Capítulo 20

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¿Por qué tengo tan mala suerte? ¿Tan mala cristiana he sido? Lalisa se lamentaba mientras montaban las tiendas. Todo sería perfecto, si tan solo no le hubiera tocado a Jisoo y a ella hacerlo con el grupo de raritas ¡Justo tenían que ser ellas dos! Jennie no la miraba, estaba ayudando un poco cerca de Lisa, pero fingiendo que no existía mientras Jisoo doblaba mantas utilizando el mismo truco, pero con Park. ¿Por qué esto debía sucederle a ella?

—¡Chae, ese clavo no va allí!—Jennie siempre estaba al pendiente de la pelirroja, eso molestaba a Lalisa.

Pero no eran celos, para nada, nunca en la vida.

—Eso estaba haciendo—Park parecía en otro mundo. ¿Tendría cerebro? Lalisa no podía evitar sentir amargura al verla.

Primero confundía a Jisoo y ahora le robaba la atención de Jennie, gracias Park. (Pero recuerden chicas, Lalisa no está celosa *guiño*)

Las tres chicas se rieron por algo que dijo la pelinegra y la tailandesa quería hacerlas callar.

—No vayan tan lento, idiotas, que por su culpa nosotras también pagamos—les dijo, aunque miraba fijamente los ojos cafés.

—Lo que tú digas, plástica—¿La pelirroja acababa de rodarle los ojos? Realmente, Park se buscaba los problemas.

—Dejemos de pelear, quiero terminar con esto, fenómeno—le dijo Jisoo y la rarita no volvió a hablar, Lalisa sonrió.

(Hasta Lalisa sabe que es gobernada, pobre Rosé)

Lalisa estaba ayudando en la tienda y Jennie también, las dos se miraban sin simpatía hasta que la tailandesa decidió hablar.

—¿Qué haces aquí? Vete a ayudar a la rarita, yo puedo sola—no pudo evitar sonar cortante. Jennie apretó los labios, desvío los ojos y siguió con su tarea sin hacerle caso a Lalisa.

—¿Kim, me escuchas? Lárgate—haló la tela para intentar quitársela a la castaña.

—¡Ya! ¿Qué te pasa?—Jennie también haló de su lado, retando a la tailandesa con los ojos.

—¿A mí? Nada, pero no necesito tu inútil ayuda, Ruby—le dijo ya que sabía que la castaña odiaba que le dijeran así.

—Madura de una vez, Manoban—estaban las dos forcejeando con la tela de la carpa.

—Ya quisieras.

—¡Au!—la pelirroja fue tan imbécil que logró pegarse con el martillo. Jennie veía preocupada a su amiga y Lalisa rodó los ojos.

—¿Chae, estas bien?—ahora todos miraban a Park, la tailandesa ya esperaba que Jennie fuera a ayudar.

Lo que sorprendió a todas, incluso a la pelirroja, era ver que Jisoo fue la primera en acercarse y curar la herida de la rarita.

—Tú siempre haciendo idioteces. ¿Es necesario, fenómeno?—le reprochó, parecía concentrada en su labor de vendar la herida—. Listo, así estará mejor.

—Aun duele—Park era una quejona. ¿Qué le veía Jisoo?

—Si sigues moviéndolo te dolerá más—le dijo Jisoo sosteniendo su mano, la pelirroja le miró fijamente y ella se sonrojó.

Lalisa se preocupó al ver como las amigas de la rarita miraban a Jisoo, ella también veía a su mejor amiga sin creerse que acaba de hacer eso ¡Frente a todas! Si quieres tatúate en la frente: Creo que siento cosas por ti, Rosé, por esa razón me preocupo por tu dedo. Señor, perdónala, no sabe lo que hace. Lalisa le diría sus cuatro cosas a Jisoo cuando estuvieran solas.

—¿Van a hacer algo o qué?—Jisoo dijo a la defensiva mientras volvía a su tarea, todas le hicieron caso.

Jisoo y Lalisa se miraron, la pelinegra ya sabía que tendría una reprimenda.

⌗𝐑𝐢𝐯𝐚𝐥𝐞𝐬 ; 𝐉𝐞𝐧𝐥𝐢𝐬𝐚 𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora