Capítulo 3

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—Te digo que no la encuentro—repitió por cuarta vez Jisoo, revolviendo su mochila.

Había pasado un mes, fue muy largo y repleto de trabajos. Lisa se sentía agotada, también gastaba sus energías fastidiando a Jennie Kim y su pequeña pandilla. Al menos sabía que la altota se llamaba Seungri, o algo así, de la rubia mas o menos.

Estaban en clase de arte y fotografía, Jisoo decía no encontrar su diario en ninguna parte. Lisa sabía lo importante que era para ella esa libreta azul, allí estaban todos los secretos y pensamientos de su mejor amiga.

—Intenta recordar... —comenzó a decirle Lisa, pero su mejor amiga alterada era imposible

—¿Recordar? ¡Llevo toda la bendita hora intentando recordar, Lalisa!—exclamó con sus ojos chocolate enojados.

Uy, me ha llamado por el nombre, está muy cabreada. La tailandesa lamentó, nunca era buena señal cuando Jisoo la llamaba por su nombre.

—Tal vez en el pasillo, frente al laboratorio de Biología—dijo recordando haber pasado por allí, en ese momento Jisoo tenía la libreta entre sus manos.

—¡Buena idea!—dijo para después ir a donde el profesor.

Al rato vio a su mejor amiga escabulléndose por la salida y echando a correr en el pasillo, debía de estar aterrada de que alguien pudiera leerlo. Incluso la misma Lisa nunca había tenido el placer de contemplar así sea las primeras páginas, era algo que solo Jisoo podía leer.

Estaba concentrada en su lienzo, aunque a ella no le gustaba para nada pintar, no era tan mala. Bueno, como Jisoo no. Al lado de ella estaba el trabajo de la castaña y era, parecían más rayones y garabatos, un desastre artístico. Lisa prefería otro tipo de arte, un método en el que lograra plasmar una imagen durante décadas y a la perfección, no una pobre imitación de lo que era la pintura y el dibujo.

Jennie Kim y su amiga, Seungri alta Kang, ¿Era así, ¿verdad? (es Seulgi Kang, pero fue un intento al menos) Bueno, ellas estaban unos puestos más adelante pintando una cesta de frutas.

Lisa estaba frustrada, veía a la castaña, pero esta al parecer no tenía ni idea de la presencia de la tailandesa en la clase. Debía hacer algo al respecto.

—¡Oye, Kang! ¿Esa es tu cara?—gritó la tailandesa señalando la pintura amorfa de la pelinegra.

Varios rieron un poco mientras la pelinegra refunfuñaba y le mostraba el dedo medio, en el momento en que el profesor volteó, Lisa se encendió. Tomaría venganza apenas saliera del salón, pero veía el lado positivo. Jennie ahora parecía ser completamente consciente de que Lisa estaba tras ella, sus ojos se encontraron unos segundos antes de que Jennie apartara la vista rápidamente viendo su lienzo. Me tiene miedo, pues claro, le hago la vida imposible. Se felicitó internamente, era mejor que esa tonta niña le tuviera miedo a que fueran amigas.

Después al escuchar la campana fue por el pasillo, frente a su casillero guardando con brusquedad sus cuadernos estaba Jisoo.

—Oye, ¿qué sucedió?—dijo divertida el ver la clara irritación de la pelinegra, apretaba los labios y sus mejillas encendidas de la ira lo rectificaban.

—Park, la fenómeno, eso me pasa—cerró la puerta del casillero de un golpe.

Lisa arqueó una ceja, nunca había visto a Jisoo tan enojada y menos por una persona sin importancia.

—¿La rarita, verdad?—Jisoo la fulminó con los ojos y ella alzó las manos riendo—. Venga, ¿qué te hizo?

—Ella tenía mi diario, Lisa—frotó su frente mientras cerraba los ojos. Lisa de inmediato se puso en guardia.

⌗𝐑𝐢𝐯𝐚𝐥𝐞𝐬 ; 𝐉𝐞𝐧𝐥𝐢𝐬𝐚 𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora