11. La cena

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Palacio de Buckingham
Papá nos había citado a todos para una cena, nos pidió que fuera formal, así que habían elegido un vestido de gala.
Baje las escaleras hacia el comedor real en donde sería la cena.
–¿A ti también te dijo que vinieras? – pregunté a tía Ana cuando bajamos las escaleras.
–Al parecer si– dijo poniéndose los guantes blancos.
–¿Tienes idea para que?
–Muchas y cada una tan improbable como la otra.
Al llegar al comedor vi a mis hermanos, a la abuela y a algunos de mis tíos. También estaba mi papá y para mi desagrado Camila Parker Bowles.
–Lora, al fin llegas– dijo papá sonriente.
Desde hace tiempo yo sabía que mi padre salía con Camila, pero pocas veces la había visto, así que era una sorpresa verla tan de cerca.
–Papá– salude besando sus mejillas
–Señora Packer Bowles – salude seriament a la mujer que estaba al lado de mi padre.
–Me puedes decir solamente Camila, cariño
–Señora Parcker Bowles –repetí.
–¿Por qué no tomas asiento Lory?– sugirió papá.
Fui a mi sitio que estaba en medio de mis hermanos. William como todo un caballero hizo la silla hacia atrás para que yo me pudiera sentar.
–¿Tu sabias de esto?– le dije en un susurro cuando estuvimos sentados.
–No tenía la mínima idea.

La mayor parte del tiempo estaba de buen humor, con buenos modales y siendo amable con todos, pero hoy no podía evitar estar de mal humor.

Si mi abuela me háblala, yo contestaba, si mi abuelo me hablaba, yo contestaba, si mis hermanos o mis tíos me hablaban, yo contestaba incluso si mi padre me hablaba yo contestaba, pero si Camila Parker Bowles me hablaba, yo me limitaba a mirarla e ignorarla. La tía Anna sonreía al ver mi actitud.
–Lorelai, no seas grosera– me reprendió mi padre una de las veces que Camila me hablo y no respondí.
–No estoy siendo grosera padre– respondí calmadamente, casi burlándome de él– lo seria si respondiera de una manera grosera y no lo estoy haciendo. No tengo ganas de contestar sus preguntas así que no lo hago.

Un silencio se instaló en el lugar, por unos minutos nadie dijo nada, todos se limitaban a mirar su plato y comer, ni la misma reina Isabel decía algo.
–¿Cómo están las cosas con la chica Middleton?– pregunto la tía Ana a William– dicen que es muy agradable.
–Lo es– contestó este.
–¿La reina la aprueba?– preguntó el tío Eduardo, mostrando una sonrisa.
–La reina la aprueba– respondió la abuela.
Todos sonreímos y la conversación volvió a fluir con todos.
–Lory– me llamo Camila– me dijo tu papá que eres buena tocando el piano.
No entendía por qué Camila quería hablar conmigo, yo ya le había demostrado que yo no lo quería
–Su alteza real– respondí altaneramente
–¿Qué?– preguntó confundida
–Su alteza real, así te tienes que referir a mi
–Lorelai
–¿Qué papá?– pregunté cínicamente– hace 10 minutos me regañaste porque no contestaba. Ya dije algo
–No tienes que hacerlo–le dijo papá a Camila mirándome serio. –Lorelai, Camila está siendo amable contigo, deberías ser igual, ahora que pasaremos más tiempo juntos.
–Seré como tu madre, Diana. Seré tu nueva mamá
Las palabras que dijo Camila fueron las menos apropiadas y todos lo supieron. Harry y William se tensaron, hasta mis tíos se sintieron incómodos y a mi me hirvió la sangre.




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