JACOB
Isabella es una jodida tentación para mí.
Carajo, ella no es una tentación, ella es la puta tentación reencarnada en una persona.
Camino con las manos apretadas a mis costados mientras que mi pulso late desenfrenadamente en mi sien. La sangre de mis venas correr con demasiada fuerza, haciendo que mi piel palpite con una sensación de calor y presión, eso provoca que mi vista se desenfoque un poco, pero parpadeo y sigo caminando hacia mi habitación. La tensión en mi cuerpo es palpable, cómo si estuviera a punto de explotar en cualquier momento.
Sin detenerme ni un solo segundo, me meto dentro de mi cuarto y con pasos vacilantes consigo llegar al baño, donde me encierro. La camisa y la chaqueta que cuelga de mi hombro terminan cayendo al suelo en cuanto me desabrocho el botón del pantalón que me viste y junto al bóxer, los bajo hasta mis muslos. Mi miembro queda liberado, él ya está tan duro que pienso que estallará. Los latidos de mi corazón están descontrolados, fuertes y erráticos, provocando que mi cuerpo entero tiemble con cada impacto de ellos.
Antes de poder hacer cualquier otra cosa tengo que sujetarme del mesón que tengo delante. Aun y cuando siento el frío de la cerámica bajo mi mano, eso no calma el intenso calor que cala en mi interior, me siento estar ardiendo desde adentro.
Cierro mis ojos y las imágenes pronto me golpean, en todas ellas veo a Isabella con sus piernas abiertas, su boca soltando un gemido tras otro y sus dientes mordisqueando su labio inferior. Una presión se arremolina desde mi ombligo y baja hasta la punta de mi verga. Sin poner más restricción al frenesí que me envuelve, me sujeto el pene con la mano y la muevo de arriba hacia abajo sin ningún control. Isabella es dueña de todos los pensamientos que ahora mismo me bombardean. La imagino en todas las puntas posiciones que conozco y en las escenas más descabelladas que te puedas imaginar: en el borde de mi cama, en un sofá, en un baño público... y todo lo que sigue.
Me imagino deslizándome dentro de ella mientras acaricio sus pechos y su voz grita mi nombre.
Mierda.
Mi cuerpo siente una ola de calor, de satisfacción y yo continuo con los movimientos de mi mano alrededor de mi miembro, ya para este punto lo siento palpitar, al igual que lo hace toda mi piel.
Tengo que agarrarme al mesón con mucha más fuerza cuando la imagen de Isabella con mi verga en su boca aparece en mi cabeza y todo se descontrola al mil. La veo con sus ojos clavados en los míos, paseando su lengua por todo mi pene para luego meterlo entero en su boca y chuparlo sin piedad alguna.
Doy un fuerte tirón y un gruñido encuentra lugar para escapar desde mi garganta. Y al abrir los ojos todo a mi alrededor se hace astillas, mi pecho parece estallar como un universo en expansión, y se disuelve en partículas diminutas. De lo único que soy consciente en este instante es del orgasmo desesperado y abrazador que se escurre en mi mano.
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Siete Semanas| Completa ✔️
Roman pour AdolescentsPara Isabella Davies, la vida no ha sido nada fácil, a la corta edad de diecisiete años la han acompañado más desgracias que fortunas. Su madre la abandonó cuando era tan solo una niña de diez años. A pesar de las adversidades se aferró al amor de s...