Ruptura.

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Crédito al autor de DxD a Ichiei Ishibumi y a los respectivos creadores de las franquicias que usamos

Colaboración con Metatron9310

-Cállate, cállate, ¡¡Cállate!!-

Scorn grito mientras se arrastraba en aquellas oscuras alcantarillas hasta que cayo de rodillas y vomito sangre, el liquido rojo estaba lleno de pequeños gusanos negros que se retorcían y escapaban por las grietas de aquel lugar, el nano traje estaba fallando y no le permitía contener la biomasa infectada, aquel ritual que le hicieron tenia algo mas que simples cantos y extraños instrumentos, en algún momento quedo inconsciente y tuvo visiones de un lugar hecho de carne y viseras retorciéndose bajo una luna de la que emergían varias mandíbulas y tentáculos de varios kilómetros, en  medio de este paraje de pesadilla, aquel ente que adoraban se acercaba a él de forma amenazante para devorarlo, ahora que había despertado no dejaba de escuchar a esta cosa susurrándole directo en el cerebro.

-¿Por qué debería de callarme? Soy la única compañía que tienes en este momento Wingle, apenas hemos escapado de esos locos y ahora tenemos mucho tiempo que compartir-

-No me llames…-  

-Levántate, levántate, no podemos quedarnos aquí  debemos llegar a la superficie-

-¿La superficie?-

-¿Quieres ver a tu novia de nuevo no? Si, tu noviecita… oh, no te le declaraste, mal por ti, tan buena que se puso-

-B-bastardo… no…-

-Solo admítelo, te la quieres follar, o mejor dicho, te la querías follar-

-Púdrete…-

Scorn se puso de pie y siguió su camino atreves de hasta un acceso a las calles de una ciudad de pesadilla, el lugar no poseía gravedad, así que tuvo que aferrarse mutando sus pies en zarpas afiladas capaces de atravesar el concreto, el nucleó del planeta estaba devastado, varios agujeros de perforación de los que aun emitía una tenue luz de calor que a duras penas iluminaba el ambiente, entre el nucleó y el suelo habían unos cuantos kilómetros en los que flotaban enormes escombros producidos por actividad tectónica de origen desconocido, posiblemente los sistemas que mantenían este nivel desde varios miles de años, siguió caminando para acercarse a una torre de luz que se alzaba a lo lejos; mientras a varios kilómetros de su posición, una nave destartalada se estrellaba en uno de los escombros flotando.

-Maldición… ¿están todos bien?-

-Pregúntame cuando no aterrices como si condujeras con el trasero grandulón- Bellberith respondió.

-Quitinoso idiota, nos trajiste al sitio equivocado-

-Lame mi saco de esperma escamosa-

-Y ustedes, vayan a un puto hotel, voy a ver que hay ahí afuera- Belverith se puso una mascara y abrió una exclusa.

Lo primero que hizo fue sujetarse de la nave, tal parecía que si habían aterrizado donde el líder del culto les había dicho, “En donde la luz se alza como una aguja en contra del corazón roto de este mundo”, horas atrás habían asaltado la fortaleza de este culto, según los mercenarios, estas sectas eran muy comunes en los niveles profundos, mantenían vivos antiguos cultos a dioses extraños ofreciendo la carne y sangre de sus miembros y de todo incauto que cayera en sus garras, este culto llamado “Los hueso de dios” en particular adoraba a un ente llamado Beelferon, apodado “El que observa mas allá de las estrellas”, un ser que otorgaba el don de manipular la carne; talvez para ellos, los mercenarios, no significaran nada mas que superstición, pero Belberith se lo tomo lo suficientemente en serio para preparar algún armamento mágico para contrarrestar cualquier peligro, en el ultimo nivel antes de lograr venir a la cloaca encontraron mucha resistencia de parte de los cultistas mutados, tanto para salvar al resto del grupo como rescatar las piezas necesarias para reparar la nave, lo que mas lo inquieto fue lo que el líder del culto dijo antes de enfrentarlo, “Tú compañero ya no esta aquí, su carne bendita fue arrojada al corazón de este mundo, será el recipiente para que nuestro señor podrá entrar a la materia”. Durante su combate, el cultista trasformo su callado con forma de insecto se fundió con su brazo formando una grotesca probóscide con cinco mandíbulas en forma de pinza de la que vomitaba charcos de liquido caustico, además de atacar con mordiscos como si de una serpiente se tratara, con un ataque de energía logro reducirlo solo para tener que enfrentarlo luego de varios de sus seguidores se amalgamaran en una abominación de cuerpos una creatura cuya cabeza estaba compuestos de varios torsos alrededor de una mandíbula, se sostenía en pose canina sobre cuatro patas y seis grandes brazos insectoides terminados en cuchillas, no fue fácil, pero logro derrotarlo haciendo uso de uno de los juguetes que Kurenai le había entregado en caso de enfrentar a Scorn, unas lanzas capaz de desestabilizar las moléculas orgánicas lo suficiente para destruirlas con hechizos, mientras los mercenarios hacían frente a gigantes de carne y viseras que emergieron del suelo de la catedral.

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