Atsushi pasó varios días de calma en ausencia de su padre, y durante ese tiempo consiguió un nuevo amigo que iba a visitarlo todas las noches, era bastante entretenido, jugaban un juego extraño en donde el muchacho de negro aparecía de la nada e intentaba sacarlo de la cama para llevarlo supuestamente al "infierno" y hasta el momento Atsushi había ganado todas las rondas del juego al aferrarse con fervor a la cama, ¡Era un niño muy fuerte!
O si no, su nuevo amigo se escabullía debajo de la cama o dentro del ropero para intentar asustarlo, pero el albino siempre fue valiente, así que apenas se inmutaba ante los: "¡Boo!" y las carcajadas siniestras repentinas. A veces sí soltaba un gritito cuando las cosas eran demasiado repentinas o no las esperaba, pero estas rápido cambiaban por una risa.
El niño humano no veía nada de malo en el pelinegro, tal vez fuera un poco extraño, pero hasta ahora no había intentado golpearlo o algo más, no tenía de qué temer, nada era peor que su padre, además, ¡Él lo había salvado la última vez! No había razón para tener miedo de un héroe.
Pero para Akutagawa se sentía como el colmo, jamás había estado tan abatido en su existencia, ¿Por qué razón esa criatura humana no dejaba de verlo con esos grandes y brillantes ojos que reflejaban admiración? Mentiría si dijera que esa mirada era repugnante, pero tampoco era verdad el hecho de que le agradara, le provocaba un ligero sentimiento extraño; siempre estuvo tan acostumbrado a que la gente huyera y le temiera, que no sabía bien cómo reaccionar ante otro trato.
- Tsss – susurró el albino en medio de la oscuridad. – ¿Señor demonio? ¿Ya llegó? – Su mirada recorrió a lo largo y ancho de la habitación iluminada por la luna, pero no vio ninguna sombra fuera de lo normal. Por lo general, cuando la luz de la luna dejaba de cubrir la mitad del cuarto era el momento en que el autonombrado demonio de la noche llegaba a intentar asustarlo, pero hacía un tiempo que su habitación apenas estaba iluminada y él aún no llegaba.
El niño se sintió triste al pensar que su nuevo amigo se había aburrido de él y ya no quería hablarle, igual que Fyodor, quién se había enojado ese día porque no quiso darle su comida; él era uno de sus mejores amigos, por lo que le afectó bastante cuando lo golpeó por desobedecerlo. Atsushi deseaba contarle a alguna persona sobre lo que le sucedió en la mañana, pero cuando intentó hablar con su mamá, ella solo había dicho que estaba muy ocupada y que hablarían después, pero durante la cena no le prestó atención a su historia y solo respondió con monosílabos; tenía la esperanza de poder conversar con el demonio esa noche, pero él tampoco se había presentado.
¿Es que acaso estaba maldito? ¿Era por esa razón que la gente no lo quería? Esa era la opción más lógica, lo único que deseaba era refugiarse en el regazo de su madre, o que su padre le dijera que estaba orgulloso de él, pero solo podía soñar con eso; estaba seguro que su madre lo quería, solo no lo expresaba, en cuanto a su padre... Ese hombre definitivamente lo odia.
Atsushi apretó los ojos sintiendo algunas lágrimas deslizarse por sus mejillas, con brusquedad limpió esas gotas rebeldes, no debía llorar, los hombres no lloraban; pero dolía tanto, su corazón se revolvía como si mil espinas se estuviesen clavando en el, ¿cómo podría deshacerse del dolor si no tenía permitido llorar?
Unos minutos después Akutagawa al fin hizo acto de presencia, con silencio se deslizó por debajo de la ranura de la puerta entrando a la cálida habitación. Ya era bastante tarde, por lo que agudizó su audición para saber si Nakajima Atsushi, como se había presentado el niño, seguía despierto; se sorprendió un poco al escuchar pequeños hipidos provenientes de la persona quién descansaba hecha un ovillo sobre la cama.
Él tomó de nuevo su forma física, acercándose con cautela, cuando una voz lo detuvo en su lugar.
- ¿Ya llegaste? – Cuestionó la bolita con la voz rota. Akutagawa no supo que contestar, había sido descubierto otra vez por esa inmunda criatura. ¿Debería hacerse el loco e irse, o quedarse para ver si conseguía al fin sacar un poco de comida? De todas formas ya estaba lleno, tal vez era mejor regresar al día siguiente o dentro de 2 días, cuando el niño no estuviese esperando su llegada.
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El monstruo que se esconde bajo la cama -Shin Soukoku
FanficAkutagawa es un demonio que se alimenta del miedo y terror de los humanos. Atsushi es un niño que vive en una casa donde la violencia intrafamiliar es el pan de cada día. El monstruo un día se topó con un niño que se esconde debajo de su cama para e...