DÉBIL

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                 Permanecí durante días en mi habitación sin querer salir, no quería comer, no podía dormir, de vez en cuando venían mis amigos a verme, pero nunca abría la puerta. 

                Naruto a diferencia de los demás, venia todos los días. Se sentaba en el pasillo y me ponía al corriente de lo que ocurría en Konoha. Yo mientras tanto solo escuchaba una y otra vez a mi subconsciente llamarme débil.

                Recordaba cada momento de mi vida, todas las veces que tuvieron que salvarme.    

                Mientras ellos se hacían cada vez más fuertes, yo me quedaba atrás, siendo una lacra, una molestia, siendo débil... como en los exámenes, no pude hacer nada, una inútil que no supo proteger a su equipo, siempre llorando y esperando a que alguien viniese a salvarme del peligro. 

                Entonces sentada en el suelo y apoyada sobre la puerta lo escuché decir. – te prometo que lo traeré a casa.-

                En aquel instante me sentí tan miserable que no pude evitar llorar. Una vez más tenia que depender de Naruto.

               La última vez que vino a mi puerta fue para despedirse, quería morirme, Naruto era como un hermano para mí y ahora él también se iba, me había quedado sola. Me dijo que entrenaría con Jiraiya  sin saber cuándo volvería.

              Ambos habían elegido sus caminos, ambos se habían ido para hacerse más fuertes y yo mientras tanto llorando como una estúpida perdedora, en vez de tomar ejemplo y hacerme fuerte como le prometí a Sasuke.

             ¡Qué imbécil había sido! Si me viese Sasuke en estos momentos... ¡qué vergüenza! ¿cómo iba a querer que le ayudase? Si todo este tiempo hubiese estado entrenando en vez de estar llorando a oscuras en mi cuarto, ahora seria mas fuerte.

             Me levanté, abrí la puerta y lo abracé fuertemente antes de que se fuese, no quería que olvidase cuanto lo quería. Naruto sonrió como siempre y me dijo.- Gracias por dejarme verte antes de partir, estaba preocupado y necesitaba saber que estarás bien.-

- A partir de ahora todo será diferente.- Le aseguré, pero en realidad era una promesa y esta vez me la estaba haciendo a mí misma.

            No volvería a depender de nadie, no volvería a perder una batalla, ni a salir herida, no dejaría que nadie más me salvase o defendiese, esta vez iba a dejarme la piel por ser más fuerte que nadie, no habría rival para mí, de ahora en adelante, yo protegería a los demás. 

PROMESAS (sasusaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora