UNA NUEVA ALIANZA

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              Itachi no se parecía en nada a la imagen que tenia de él, apenas se acercaba a la de los demás, había aprendido muchas cosas a su lado, era una persona atenta, paciente, serena, ambos habíamos creado un vinculo muy especial, cuidábamos el uno del otro.

             Al fin con su ayuda aprendí los conocimientos necesarios sobre la prisión escarlata, a día de hoy me había convertido en la segunda persona en el mundo en conseguir el Byakugō lo que me permitía en casos muy especiales utilizar la restauración divina, no podía abusar de ella, al igual que la prisión escarlata no dejaban de ser un Kinjutsu, además gracias a mi gran dominio del chakra, podía darle la forma que quisiese sin la necesidad de emplear ningún sello de manos. 

            Me gustaría poder hablar con mi yo del pasado y poder decirle lo orgullosa que me sentía de mi misma, de todos mis logros, ya no era más la sombra de nadie, ya no era esa molesta compañera enclenque y débil a la que tenían que proteger.

- ¿en que piensas?.-Le pregunté al verlo tan serio mientras lo trataba.

           Suspiró con pesar y se reincorporó quedándose sentado en la cama junto a mí...mirando a la nada, después giró la cabeza y llevó su deteriorada vista a mi muñeca donde descansaba una pulsera que el mismo me regaló, recuerdo el primer día que llegué como si fuera ayer. 

          Estaba muy nerviosa, no fui consciente de lo que estaba haciendo hasta que me vi rodeada por todos los miembros de Akatsuki, ¿pero que narices estás haciendo sakura? te has metido de lleno en la boca del lobo, podrían matarte aquí mismo y encima te lo merecerías por ingenua, ¿Cómo te has dejado convencer por un Akatsuki ? nada menos que Itachi Uchiha  ¿no has aprendido nada en todo este tiempo? ¿Qué clase de ninja eres?  ¡podría ser una trampa!. Me fustigué mentalmente. 

          Akatsuki estaba compuesta por un máximo de diez integrantes, para poder formar parte del grupo como miembro oficial, antes debía morir alguien y entonces su anillo pasaría a su nuevo sucesor. 

         A pesar de que en aquel momento todos sus componentes para mi gusto estuviesen demasiado "vivos", Itachi tenia otros planes para mi. 

         Me expuso frente a la organización, ellos debían decidir primero si me querían como aliada, apenas hablé, Itachi lo hizo en todo momento por mí, aunque hubiese querido decir algo, creo que no hubiese sido capaz de articular palabra, me sentía cohibida, observada, paralizada, como si me atravesasen miles de cuchillas, porque eso es lo que eran sus miradas, cuchillas afiladas.

        Entonces lo vi, subido al tercer dedo de la mano derecha, con su máscara en forma de espiral, tan solo había una obertura, pero estaba tan oscuro que no se apreciaba nada, nos miramos fijamente por un breve tiempo

- yo voto por qué se quede, será divertido ver como el Jinchūriki viene a nosotros. Habló Deidara.

-también podría servirnos como médico en el caso en que salgamos heridos. Aportó Kisame. 

-tú de eso entiendes mucho ¿no pescadito? dijo el enmascarado a modo de burla. ¿No teníamos ya a Kabuto como médico? 

-¡cállate idiota! No desveles la identidad de los otros afiliados , todavía no es una aliada de Akatsuki, otra cosa Tobi, vuelve a llamarme así y te arranco las entrañas . Le amenazó Kisame. 

-¿como a un salmonete? se mofó de él. 

-¡Basta! gritó Pain. Estamos perdiendo mucho tiempo en algo que deberíamos de haber resuelto hace rato. Kisame no pudo evitar gruñir mientras observaba a Tobi. 

-levantad la mano los que estéis a favor de que forme parte del grupo de aliados de Akatsuki, ¡bien! por lo visto no hay nadie en contra, irás en el grupo de Itachi, te mostrará tus funciones, nuestras normas y como trabajamos, además Itachi responderás por ella en caso de que surja algún problema y con esto concluyo la reunión, continuad con vuestro trabajo. 

           Sentí el roce de sus dedos acariciando mi piel consiguiendo que despertase de mis recuerdos, estaba tocando la pulsera. 

-todavía la conservas. Me dijo un cansado Itachi.

-significa mucho para mi. Le respondí provocándole una leve y fina sonrisa, sabia perfectamente a que me refería. 

             Esa pulsera la hizo Sasuke cuando era pequeño para Itachi y ahora él me la había entregado a mi, era su forma de decirme lo especial e importante que era para él. 

-nunca se lo había contado a nadie, es mi mayor y más oculto secreto. Dijo Itachi con recelo.

-si no estás preparado, puedes contármelo en otro momento.

-no creo que nos quede mucho tiempo.

- juntos podemos conseguir más de lo que piensas. 

-necesito que me prometas algo. 

- ¿De que se trata? 

- prométeme que velarás y protegerás a mi hijo cuando yo ya no esté y a mí mujer también. 

- ¿Tienes un hijo? pregunté sorprendida.

- hasta ahora no se lo había contado a nadie, no quería que los relacionasen conmigo, si se hubiese corrido la voz, nunca hubiesen podido mantener una vida normal y hubiesen estado constantemente en peligro, por su bien tuve que alejarme de ellos. 

          El pequeño se llama Riku...cuando me fui de Konoha, antes de unirme a Akatsuki, estuve un tiempo oculto en un pequeño pueblo de mineros en el país del hierro, era zona neutra.

         Al principio tenía pensado quedarme poco tiempo, lo justo para pensar lo que iba a hacer, pero después apareció ella, era la persona más buena y pura que había conocido en mi vida, no tenía maldad alguna y me aceptó cuando nadie más lo hubiese hecho. 

        ¿Quién querría a su lado a un asesino? ¿Quién les aseguraba que no los mataría como hice con mi clan? Akiko con su luz, consiguió  que me sintiese vivo de nuevo. 

         Necesito que alguien los cuide cuando yo no este y la única persona en la que confío es en ti, no puedo dejar sus vidas en las manos de nadie más, ni siquiera en las de mi hermano por mucho que lo quiera o por lo muy poderoso que se convierta. 

-Te prometo que cumpliré con tu deseo. Le aseguré. 

-te lo agradezco, significa mucho para mí. 














PROMESAS (sasusaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora