EL BOSQUE DE LA MUERTE

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             Le mandé un mensaje a Naruto, le dije que le esperaba en el puente a las 19:30pm, había tenido un mal día y necesitaba hablar con él. Pero tras esperar casi una hora, comprendí que no iba a aparecer. Me separé de la barandilla de madera y me encaminé a dar un paseo cuando vi a Kakashi parado al comienzo del puente.-Al fin te encuentro.- Me dijo tranquilamente.

-¿me estaba buscando kakashi senséi?.- Le pregunté desconcertada, pues era inusual que Kakashi senséi se tomase las molestias de buscarnos, normalmente si quería decirnos algo, mandaba a Pakkun. 

- he escuchado lo que ha ocurrido esta tarde en la torre de la hokage, en realidad creo que ya lo sabe toda la villa, se comenta que estas celosa de Kyoko, puede que te sientas un poco desplazada desde que vino a la aldea y he pensado que quizás querrías hablar un rato, hace mucho que no tenemos una conversación y hoy al parecer el cielo nos acompaña con una agradable noche.-

- esta todo bien...senséi, solo ha sido un mal entendido.-

- ¿estas segura sakura? Sabes que me puedes contar cualquier cosa, te conozco desde que eras pequeña y a pesar de que Kyoko es como un rayo de luz en esta villa, en la vida, no es oro todo lo que reluce.-

- Gracias senséi, por todo y no se preocupe, de verdad, no dudaré en acudir a usted.-

- Entonces ¿te veo mañana por la tarde en la cafetería de Irunzu?.-

- ¿Qué ocurre mañana?.-

- Naruto, Sai, Kyoko y yo saldremos de misión, vamos a continuar la búsqueda de Sasuke y mañana por la tarde nos despediremos, nos iremos en la mañana y puede que tardemos en volver, ya sabes que este tipo de misiones son impredecibles.- Sentí en mi interior como una apuñalada, era un dolor agudo y punzante.

- Esta bien Kakashi senséi.- Le contesté con una sonrisa falsa.- allí estaré.-

              Me despedí de él y me fui lo más rápido que pude. Cuando me di cuenta estaba corriendo como si la vida me fuese en ello, por lo que fui aminorando el paso hasta comenzar de nuevo a caminar despacio, al final de la calle estaba el Ichiraku ramen y en el comiendo yacían Naruto y Kyoko, los dos se reían, con Naruto era difícil no hacerlo. 

              Volví a sentir esa presión, ese dolor dentro de mi y en vez de pararme, continúe caminando, caminé y caminé sin rumbo, ausente, se había hecho de noche, estaba tan metida en mis pensamientos que no me di cuenta de donde me encontraba.

              Un viento frio invernal me azotó el cuerpo, había entrado al barrio de los Uchiha. Calles vacías y oscuras donde solo se escuchaba el viento y quizás alguna rata tropezando con algo al salir huyendo.

- Te echo de menos dije en un susurro. Si estuvieses en Konoha te habrías enfadado conmigo por haber venido aquí.- De repente se movió algo en la lejanía, pensaba que el fondo oscuro era la noche, pero al parecer era alguien observándome. 

              Quise salir de allí, pero algo me golpeo y perdí el conocimiento. Al despertar me di cuenta de que estaba encerrada en un ¿ataúd? ¿Por qué? ¿Quién me había metido? ¿Dónde estaba? ¿me oiría alguien? ¿Cuánto tiempo habría pasado? ¿ahora que iba a hacer? Por un momento se me había pasado por la cabeza gritar pidiendo auxilio, pero eso es algo que hubiese hecho la vieja Sakura. No he estado entrenando tan duro para acabar siendo débil de nuevo, esta vez no me iba a rescatar nadie, esta vez tendría que hacerlo sola. 

              Intente acumular chakra en mi puño, pero no funcionó, era como si me lo hubiesen extraído todo, no sabia cuanto me quedaba de oxígeno, pero tenia que darme prisa, rasgué la tela y continúe arañando la madera, las uñas se me partían, o se me caían, me dolía bastante por lo que recurrí a los puñetazos, tenia la piel en carne viva pero no me iba a detener, tenia que salir de allí aunque me destrozase las manos en el proceso, estaba cansada, casi no me quedaban fuerzas debí de estar golpeando la madera durante horas, lo peor vino después cuando rompí la caja y la tierra empezó a caerme en la cara, no podía ver ni respirar.

             Fui escarbando hasta que note como la tierra se iba haciendo mas ligera, no estaba tan apelmazada, gracias a dios, estaba saliendo a la superficie. En cuanto saque la cabeza aun con tierra en toda la cara cogí una gran bocanada de aire, había sido horrible. 

             Al sacar el resto del cuerpo arañé mi piel y mi ropa con las esquirlas de la madera, era de noche y parecía ser el bosque de la muerte, me habían enterrado y la cruz que había por lápida debía de ser mi tumba. ¿Quién podría haber hecho esto? A pesar de preguntármelo en el fondo sabia la respuesta, con las manos ensangrentadas y llenas de tierra rebusqué hasta encontrar mi banda. 


PROMESAS (sasusaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora