EL FIN DEL EQUIPO 7

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                  Apenas había gente por la calle, tenía que darme prisa y llegar a casa. Pero en el camino vi a todo el mundo en la cafetería de Irunzu de esa forma supe que había pasado un día, un día y nadie había salido a buscarme, estaban todos los equipos y sus senséis allí, riendo, bebiendo, hablando y yo luchando por sobrevivir, estaba claro que nadie se había dado cuenta de que había desaparecido. 

                 Mientras mi corazón dolía y mi mente me torturaba vi como Kyoko me miraba a través del cristal y me sonreía, con esa sonrisa perversa y dañina. Había sido ella.

                Llegué a casa me duché como pude pues tenia las manos destrozadas, conseguí a duras penas limpiarme la piel, tuve que curarme las heridas a la antigua usanza, no tenia chakra y al parecer tardaría varios días en recuperarlo, pero para entonces yo ya no estaría allí, cogí lo imprescindible y antes de salir por el umbral de la puerta mire hacia la cómoda, en ella se encontraban todos los recuerdos de mi vida, sujete el marco del equipo 7 y tras varios segundos de contemplarlo lo coloque boca abajo.

                Todo este tiempo...me negaba a verlo, pero tenia que ser sincera conmigo misma y reconocer que el equipo siete murió hace ya bastante tiempo, él no volvería, Naruto se había convertido en un extraño y yo, tan solo era una sombra de lo que una vez fue nuestro pasado, nadie me necesitaba.

                Sin embargo debía hacer algo antes de marcharme, volví al bosque y en el lugar donde estaba la cruz, dejé descansando mi banda ninja. Una vez que saliese por los portones de la hoja, me convertiría en desertora de la villa que me había visto nacer.

PROMESAS (sasusaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora