1.Una nueva alianza

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Néstor, al caer la noche, solía recordar como su padre le contaba viejas historias al calor del fuego de la chimenea.

Su padre Andrómaco de Ática, le contaba como en el 1200 A.C, los antepasados de Néstor, derrotaron en el itsmo de Corinto al ejército dorio, y se establecieron en la península de Ática.

Le contaba como cuando tuvo los ocho años de edad, su padre le llevo a ver una comedia de Aristófanes en el recién estrenado teatro de Dionisos, en la parte oriental de la vertiente sur de la Acrópolis.

Las palabras de su padre, le transportaban a la ladera del teatro. A una brisa de tarde con los últimos rayos de sol, y a celebración entre vino y música de cítaras y flautas de pan junto al templo del Dios.

Néstor escuchaba atentamente todas las historias que le contaba su padre y disfrutaba con el conocimiento que éste tenía sobre la historia de su pueblo.

Sin duda, la historia preferida y posiblemente mejor recordada en su memoria trataba sobre la fundación de Hestia.

Andrómaco de Ítaca, siguiendo la larga estirpe de guerreros que había habido en su familia, consiguió llegar a ser General de los ejércitos en la tercera guerra médica.

Durante esa época, los atenienses y los espartanos fundaron la liga de Delos , cuyo principal objetivo no era otro sino proteger a Atenas y las colonias jonias del ataque persa . Esta liga estuvo totalmente comandada por Atenas, que consiguió así las directrices en todos los aspectos posibles, por lo que de esta manera se convirtió en el mayor pueblo de Grecia política, económica, social, cultural y militar, sobrepasando a la propia .

Por encima de todos los hombres, el pueblo aclamaba a Pericles, y a su derecha siempre se encontraba la figura de Andrómaco.

Bajo esa situación, Temístocles,el que fue en el pasado uno de los más grandes estrategos atenienses, fue repudiado por las continuas actitudes corruptas hacia el pueblo de Atenas y tuvo que vivir exiliado, huyendo más allá de las fronteras griegas, y allí se puso bajo el mando del soberano persa Artajerjes I,  que junto a sus intereses y el acérrimo odio que ambos sentían por la cultura griega, se decidió a avanzar hacia las costas griegas para someterlas definitivamente bajo el dominio persa.

Andrómaco intentando anticiparse a su llegada a Atenas, salió a cotarle el paso en Caristo, pensando que tal y como ocurrió en la primera guerra médica, el ejercito persa sería reducido a escombros.

No contaba el ejercito griego con la tenacidad y experiencia de Temistocles, y cayeron derrotados en el 471 A.C.

Andrómaco, cansado y herido por los esfuerzos de la magnitud de la batalla, consiguió huir con un puñado de hombres y poner rumbo a Atenas, pensando llegar hasta Pericles, y convencerle de que podía rehacer el ejército y parar la embestida persa sobre Atenas.

No sabía aún que los dioses tenían otros designios superiores para él.

La primera noche, los hombres de Andrómaco dormían junto al fuego en una especie de campamento montado cerca de Estira para descansar y coger fuerzas en su regreso a Atenas.

En la oscuridad de la noche no se veía ni escucha casi nada, más allá de los límites que otorga el fuego de la hoguera.

Un ruido extraño interrumpió los pensamientos de Andrómaco, que decidió levantarse sigilosamente y adentrarse en la oscuridad.

Delante de él, apareció la figura de alguien que se parecía a la diosa Hestia, vestida con una túnica blanca y la cabeza cubierta con un velo rojo. Estaba sentada sobre una piedra, y un pequeño y cálido fuego junto a ella, emitía una sensación de bienestar, de estar realmente en casa.

HESTIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora