16. El Incorruptible.

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Maximilien de Robespierre tuvo, como muchos niños de aquella época una infancia difícil.

Nació en una pequeña comarca situada al norte de Paris, llamada Arrás, en el seno de una familia humilde y creció en un ambiente de pobreza y desigualdad. A pesar de las adversidades, Robespierre demostró desde temprana edad una gran inteligencia y pasión por la justicia.

Desde pequeño, y gracias a la labor desarrollada por el Estado, destacó por su excelencia académica. Era un estudiante brillante y dedicado, y sus profesores reconocieron rápidamente su potencial.

Robespierre se preguntaba cómo podía ser que los dioses, seres divinos a los que se les atribuían poderes y sabiduría infinita, fuesen los que hubiesen permitido la opresión, la injusticia y la miseria que afligían durante siglos. Esta inquietud se convirtió en una de las motivaciones fundamentales que lo llevaron a cuestionar la existencia pasada de la religión y a defender nuevas formas de organización social y política alejadas de supersticiones y leyendas.

A través de sus estudios, Robespierre adquirió un profundo conocimiento de las creencias y mitologías antiguas, así como de los escritos filosóficos que desafiaban la autoridad religiosa y promovían la razón y la justicia. Observó cómo en muchas de estas historias, los dioses no solo se mostraban indiferentes ante el sufrimiento humano, sino que también participaban en juegos de poder y caprichos personales que afectaban directamente a las vidas de las personas comunes.

Esta percepción de la falta de intervención divina en los asuntos humanos reforzó su creencia en que la religión, que sin duda había sido real en otro tiempo, no fue más que un constructo creado por los dioses para controlar y dominar a las masas, para su propia gloria, en lugar de ser una fuente de guía y protección. Para él, los dioses no merecían la veneración y adoración que se les atribuía en el pasado y eso les llevó a ser aniquilados.

El ciudadano Robespierre a los 16 años, ya llegó a la conclusión de que la religión fue una fuerza divisiva pasada que impidió el progreso y la emancipación de la humanidad en la época antigua.

Consideraba que el dogmatismo y la intolerancia religiosa fueron obstáculos para la libertad individual y colectiva,pero que aún quedaban ( para desgracia del pueblo) espacios reducidos para las creencias en los dioses, y por ello tendría que Estado quien definiese una nueva religión laica, controlada por ellos mismos, y que tratase valores universales promovidos por la república.

Su visión se centraba en la razón y en reforzar la creación de una sociedad basada en valores éticos universales, independientes de cualquier creencia religiosa, y por ellos dedicaría todos sus esfuerzos a la erradicación de la misma.

Robespierre recibió una educación formal y gratuita por parte del Estado en leyes y humanidades. Estudió en la prestigiosa Universidad de París, donde se involucró en debates políticos y se enfrentó a grupos de estudiantes que cuestionaban el sistema de gobierno existente.

A medida que avanzaba en su carrera, se convirtió en un abogado comprometido con el poder necesario para el sostenimiento del gobierno de París a cualquier precio. Su retórica incisiva y sus habilidades de oratoria le permitieron ganar reconocimiento en los tribunales y en los círculos políticos, ganándose el sobrenombre de incorruptible.

Debido a su compromiso con la seguridad y la estabilidad del régimen, Robespierre fue nombrado responsable de seguridad del gobierno de París a los veinticinco años. Su papel consistía en mantener el orden y aplastar cualquier forma de disidencia o resistencia que pudiera amenazar el poder establecido.

Sin embargo, a medida que acumulaba más poder, su visión de justicia se volvió más radical y su obsesión por el compromiso con el régimen se consolidó por encima de cualquier cosa. Comenzó a aplicar medidas represivas y violentas para mantener el control, justificándolas como necesarias para preservar la estabilidad y el orden público.

Bajo su liderazgo, se estableció un estado de vigilancia constante y represión sistemática. La población vivía en un estado de temor y desconfianza, donde cualquier forma de oposición o crítica era duramente reprimida.

A pesar de sus ideales iniciales de justicia y equidad, Robespierre se convirtió en una figura adorada para algunos, pero temida y despiadada para otros, conocida por su intolerancia y su desprecio hacia aquellos que consideraba enemigos del Estado.

Aquella mañana, inmerso en su labor de gobierno y en la consolidación de su visión de una sociedad justa, decidió no prestar mayor atención al informe sobre la chica joven y el joven vestido con ropajes extraños que se habían visto en la calle Montaigne hacía unos días. Consideró que era un asunto trivial y no relevante para los objetivos más importantes que tenía entre manos.

Sin embargo, a medida que pasaban los días, algunas coincidencias y rumores llegaron a sus oídos. Comenzó a escuchar murmullos sobre una posible resistencia que se estaba gestando en las sombras, liderada por individuos que no compartían su visión de una sociedad sin religión. Estos rumores despertaron su interés y le hicieron replantearse la relevancia del informe anterior.

Robespierre decidió convocar a sus agentes de seguridad y a Henri, uno de sus confidente en la resistencia, para discutir los nuevos hallazgos y tomar medidas para investigar a fondo la situación.

Comenzaba a comprender que podría haber más en juego de lo que inicialmente pensó, y estaba decidido a proteger la estabilidad de su gobierno y erradicar cualquier amenaza que pudiera socavar sus ideales.

Robespierre empezó diciendo-gracias por comparecer a todos los presentes. He recibido información confusa sobre una joven llamada Chloe y un joven vestido con ropajes extraños que han sido vistos hace unos días en las inmediaciones de la calle Montaigne. Al principio no le di mucha importancia, pero ahora me llegan rumores sobre una posible resistencia que se está organizando en las sombras. Necesito que me informen de todo lo que sepan al respecto-

Henri tomó inmediatamente la palabra y dijo-Así es. Estos rumores no son solo meras habladurías. He estado investigando discretamente y puedo confirmar que hay un grupo de personas cercanos el movimiento cultural de Montmatre que está pensando en montar una acción importante para desestabilizar el gobierno.-

Robespierre, que estaba de espaldas y mirando por la ventana con las manos a la espalda, preguntó-¿y esa tal Chloe Dubois? ¿Qué papel tiene?-

Henri respondió- Según nuestros informes, Chloe no es nadie a día de hoy, pero podría ser una figura clave de este movimiento en el futuro. Parece tener contactos en diferentes sectores y ha demostrado ser una chica muy astuta. Respecto al joven vestido de manera extraña, no creemos que sea más que uno de esos locos que escapa del sanatorio de Pitie. Se hace llamar Néstor y parece tener ciertas habilidades y conocimientos fuera de lo común. No tengo información precisa sobre su participación en la resistencia, pero su presencia junto a Chloe es significativa.-

Robespierre se giró, para apoyar sus manos en la mesa y dijo- Entiendo. Necesitamos desmantelar esta resistencia antes de que puedan llevar a cabo algún golpe relevante. No puedo permitir que se socaven los pilares de nuestra sociedad.-

Miró atentamente a los ojos de Henri y continuó--Muy bien, Henri. Confío en su habilidad para llevar a cabo esta tarea. No podemos permitir que este grupo desafíe nuestra visión de la sociedad que nos ha costado tanto crear. Asegúrese de mantenerme informado sobre cualquier novedad y haga lo necesario para proteger nuestros ideales y nuestra seguridad.-

-Una última pregunta antes de que vuelvan a sus trabajos-dijo Robespierre interrumpiendo el caminar de los asistentes.-¿De donde ha dicho que era ese joven?.-

Henri, abrió rápidamente su carpeta con actitud nerviosa para responder- Según el informe el joven dice que es de un sitio llamado Hestia.-

Los ojos del camarada Robespierre se abrieron rápidamente no pudiendo disimular su asombro ante el resto de asistentes.

-Pueden abandonar la sala- fueron las ultimas palabras de Robespierre, antes de que los asistentes fuesen saliendo de uno en uno por la puerta del despacho del incorruptible.

Nada mas salir todos los asistentes, abrió un libro de notas personales que le acompañaba desde hacía años, para buscar donde había escuchado antes ese nombre.

La historia de Chloe y Nestor, aparentemente insignificante al principio, comenzaba a tomar un nuevo significado en el contexto de la creciente resistencia y los rumores de conspiraciones en su contra. Robespierre estaba decidido a descubrir la verdad y tomar las medidas necesarias para mantener su visión distópica intacta.






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