5.La diosa Hestia.

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La diosa Hestia era hija de los titanes Cronos y Rea, y hermana mayor de Zeus, Hera, Poseidón, Deméter y Hades. A pesar de ser la mayor de todos, y a diferencia de sus hermanos y hermanas, Hestia nunca se involucró ni en las luchas de poder ni en los conflictos divinos, posicionándose en ocasiones del lado de los hombres.

Siempre que pudo o mejor dicho, siempre que le dejaron, eligió una vida pacífica y retirada, centrada en el cuidado del hogar y la preservación del fuego sagrado.

La diosa era conocida por su pureza y dedicación al servicio de los demás, que representaba con su virginidad.

En los hogares griegos, se le rendía culto encendiendo y manteniendo el fuego del hogar, que era esencial para la vida y la prosperidad de la familia.

Era considerada la protectora de la vida familiar, la estabilidad y la paz doméstica, y su presencia brindaba seguridad y calidez a los hogares de toda Grecia.

No había celebración o ritual relacionado con el hogar o la comunidad, en la que no estuviese presente el fuego de Hestia, y los niños acogían la imagen de la diosa no con temor en el rostro o temblor en las piernas que inspiraban otros dioses, sino como la imagen de una protectora que les tomaba de la mano.

El papel secundario que tenía respecto a sus hermanos, le llevo a no participar en muchos mitos propios, entre los humanos y rara vez se la representaba en la mitología griega fuera del entorno del hogar, aunque su importancia en la vida cotidiana de los vecinos era incuestionable.

Incluso en los grandes festivales religiosos de todas las poleis, se le otorgaba el primer y último lugar en los sacrificios, mostrando así su papel central en la vida religiosa y social de la antigua Grecia.

Según el mito, cuando los dioses olímpicos derrocaron a los titanes y Zeus se convirtió en el rey de los dioses, hubo una disputa que duró años, sobre quién ocuparía los puestos más importantes en el panteón divino.

Los dioses discutían entre sí para obtener los cargos de mayor poder y prestigio. En medio de esta disputa, Hestia tomó una decisión sorprendente.

-Sabéis muy bien que represento la armonía familiar y es por ello que valoro la paz y la estabilidad posiblemente por encima de todas las cosas.- empezó diciendo la diosa.

-Es por ello que voluntaria y públicamente renuncio al lugar que me corresponde entre vosotros y cedo mi puesto a Dionisio, nuestro dios del vino y la celebración.-continuó la diosa mirando al resto de dioses del Olimpo.

-¿Estas segura de lo que nos dices?- comentó extrañado Poseidón.

-Tu renuncia significa que no podrás habitar en lo más alto de este lugar sagrado, y serás relegada a otro estatus inferior por el resto de tus días.- afirmó el dios de mar.

-Solamente os pido mantener mi estatus de guardiana del fuego sagrado y protectora de los hogares de los humanos. - volvió a comentar la diosa al resto de asistentes, pero mirando esta vez fijamente a su hermano Zeus.

Todos miraron a Zeus, pues semejante propuesta nunca había sido dada por un dios en aquella sala.

Zeus, sentado en su trono, sosteniendo su famoso rayo con la mano derecha, y firme en su mirada al resto de dioses, se levantó y caminó lentamente hacia el centro de la sala, donde se encontraba su hermana mientras le resto de dioses guardaron silencio inmediatamente.

-Querida hermana Hestia, me complace verte aquí en el Monte Olimpo con nosotros. Has estado ausente por un tiempo y tu presencia ha sido extrañada por todos nosotros.- comentó.

-Gracias, Zeus. He estado reflexionando y meditando en soledad durante algún tiempo. Pero ahora estoy lista para regresar y asumir el lugar que creo que realmente me corresponde.-respondió la diosa.

HESTIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora