HESTIA

17.Un gobierno para el Terror.

Las medidas de represión sistemática implementadas por Robespierre se basaban en su visión tradicional de un gobierno fuerte y centralizado que garantizara la estabilidad y la seguridad de la ciudad.

Robespierre veía a los ciudadanos como elementos potencialmente peligrosos que podrían socavar su visión de una sociedad laica y justa.

Para mantener el control, implementó una serie de medidas represivas que habían sido pensadas concienzudamente, y que tenía por pilares básicos las siguientes ideas:

-Leyes de sospecha: Se promulgaban leyes que permitían la detención y el juicio sumario de cualquier persona sospechosa de actividades contrarrevolucionarias.
Se alentaba a los ciudadanos a denunciar a sus vecinos y conocidos, creando un clima de desconfianza y miedo.

Las leyes de la sospecha establecieron tribunales especiales, conocidos entre sus detractores como los Tribunales del Terror, encargados de juzgar y condenar a aquellos considerados sospechosos de traición o contrarrevolucionarios.

Estos tribunales tenían amplios poderes y no se regían por las leyes tradicionales, lo que les permitía llevar a cabo juicios sumarios y aplicar penas de muerte rápidamente.

Bajo estas leyes, se adoptó el concepto de "culpabilidad por asociación", lo que significaba que cualquier persona que tuviera vínculos, relaciones o incluso amistades con individuos sospechosos podía ser considerada sospechosa también.

Esto condujo a una atmósfera de desconfianza generalizada, donde cualquiera podía ser denunciado y arrestado sin pruebas concretas.

Las leyes de la sospecha también dieron lugar a la creación del Comité de Salvación Pública, un órgano ejecutivo que tenía amplios poderes para perseguir y castigar a los enemigos de la Revolución.

Este comité llevó a cabo una intensa represión política y una purga sistemática de supuestos contrarrevolucionarios, lo que resultó en numerosas ejecuciones, incluidas las ejecuciones en la guillotina de figuras prominentes de la época.

-Comités de vigilancia: Se establecieron comités locales de vigilancia encargados de identificar y perseguir a los supuestos enemigos del Estado.

Estos comités tenían poderes amplios y actuaban con impunidad para suprimir cualquier forma de disidencia.

Los comités de vigilancia se crearon en diferentes niveles, desde el nivel de la comuna hasta el nivel departamental.

Estaban compuestos por ciudadanos comprometidos con el sistema y se encargaban de investigar y monitorear las actividades de las personas en sus respectivas áreas. Sus principales funciones eran informar sobre posibles actos contrarrevolucionarios, mantener la seguridad pública y garantizar la implementación de las políticas revolucionarias.

Tenían poderes amplios y estaban facultados para llevar a cabo arrestos, interrogatorios y registros domiciliarios. Además, también se ocupaban de censurar la prensa y supervisar las actividades religiosas.

Se creó un sistema de vigilancia en el que los ciudadanos eran alentados a denunciar a sus vecinos, amigos o familiares si se sospechaba de su lealtad o compromiso con la Revolución.

Sin embargo, también es importante tener en cuenta que no todos los comités de vigilancia operaban de la misma manera. Algunos se guiaban por principios más moderados y buscaban mantener el orden sin recurrir a la violencia excesiva.

En líneas generales, estos comités se convirtieron en símbolos de la represión durante más de treinta años contribuyendo a un clima de miedo y desconfianza en la sociedad francesa.

-Tribunales de la Razón: Se creó un tribunal especial encargado de juzgar a los acusados de traición y actividades contrarrevolucionarias. Los juicios eran sumarios y las condenas se llevaban a cabo de manera rápida y sin garantías legales.