Capítulo 20

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Adeline pov's:

Lo sabía. Des del principio suponía que estos dos se encontraban solos y encima de esa manera.

Era inevitable mostrar mi enfado en mi rostro. Carl lo notó al instante en cuando salimos de la piscina. Sabía que iba a dirigirme la palabra hasta que le dediqué una mirada de irá y se arrepintió.

- Bueno... - comentó Bill después de unos largos segundos de silencio en ese pasillo de paredes totalmente blancas.

- Si me disculpan, ya me voy - vi como le tiraba una mirada hacía Bill para después irse del lugar.

Pasaron los segundos y los tres estábamos en completo silencio, y aparte, no nos dirigíamos la mirada. Era muy incómodo.

Esto era lo último que deseaba. Ella des de un principio estaba advertida, el problema es que tiene el corazón débil y se deja manipular hasta por las ratas.

- Ahora vuelvo - entré a la sala de la piscina y cerré la puerta.

Miré alrededor y vi que Mei no estaba a la vista. Supuse que se encontraba en el vestuario.

Agarré una silla de plástico y la posicioné en la puerta del baño de mujeres.

En silencio, entré al baño de hombres y agarré todas las pertenencias de Bill.

Salí del lugar y mostré una amplia sonrisa al ver que esos dos seguían ahí esperando.

- Mei se esta cambiando, he traído tus cosas, Bill - mostré una inocente sonrisa.

- Hum... Gracias - subió levemente una ceja - en ese caso me cambiaré en mi cuarto, les veo luego - se retiró.

Seguidamente, Carl y yo nos miramos.

- Algo has hecho... - cruzó los brazos.

- Déjalo, no te metas en esto.

- Bueno...

Mei, des de este día, te arrepentirás de no haber seguido la advertencia e ignorar mis palabras. Veamos cómo acaba esto.

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Marie pov's:

¿Adeline me había mentido?

¿Fingió todo esto para qué? ¿Con qué objetivo?

No entiendo nada...

Me senté en el banco para ponerme los calcetines hasta que escuché un ruido en la puerta.

Eran unos pasos, alguien que tenia prisa.

Escuché que entró al vestuario de hombres y seguidamente se fue.

Terminé de vestirme y me acerqué a la puerta.

Acerqué mi mano en el pomo y tiré hacia a bajo.

La puerta estaba bloqueada. Mis intentos de abrirlas fueron totalmente en vano.

En ese momento lo supe. Alguien había manipulado la puerta. ¿Quién haría eso?

El nombre de Adeline pasó por mi cabeza y negué al instante.

Volví a sentarme al banco y agarré mi bolso donde se encontraba mi teléfono.

No estaba...

Mi respiración se paró al instante al ver que no podia comunicarme con nadie...

No... ¡Estoy segura que dejé mi teléfono en el bolso!

Disponía de otro teléfono, el de Adeline...

♪ 𝐒𝐮𝐦𝐦𝐞𝐫𝐭𝐢𝐦𝐞 𝐒𝐚𝐝𝐧𝐞𝐬𝐬 ♪ | Bill KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora