Capítulo 23

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Marie pov's:

- ¡Mitternacht! - oí a mi madre gritar al gato y bajé los escalones sin ningún tipo de dificultad.

- ¿Qué ha pasado? - pregunté al ver a mi madre con una cara de mil cuadros. Seguidamente mi mirada se dirigió hacía Mitternacht que se encontraba comienzo el pollo recién sacado de la nevera.

- ¡Mei Lin! ¡Este gato le falta modales!

- Es un gato mamá - miré hacia su comedero y no había ningún granito de pienso - un gato que come bastante, al parecer...

Mi madre dejó que se comiera el resto del pollo puesto que ya era irreparable.

- ¡Mei Lin! Hazme el favor y ve a comprar pollo y lo que esté apuntado en esta lista.

- Esta bien mamá - agarré la lista y segundos más tarde me dio 20 euros.

- ¡No te tardes mucho!

- ¡Sí! - estaba apunto de cerrar la puerta hasta que Mitternacht salió de ella.

Sonreí al ver que de nuevo le apetecía acompañarme a hacer la compra, no era la primera vez que lo hacía.

Era 22 de julio y por todos lados se notaba el calor seco de Alemania. Por suerte, mi madre me regaló un abanico pequeño que podía llevar en el bolso.

Me dirigí al supermercado y compré todo lo necesario.

Al volver a casa, recibí un mensaje.

- Bill: ¿Te puedo llamar más tarde?

- Marie: Claro.

Guardé el teléfono y seguí mi camino.

Des de entonces, habían pasado dos días del día de la piscina. Bill y yo empezamos a hablar más frecuentemente, normalmente cuando los dos no estábamos tan ocupados.

Abrí la puerta y dejé la bolsa en la mesa.

Mamá estaba trozeando unas verduras.

- Mamá, ¿Te dejo el pollo en la mesa?

- Mejor guardalo en la nevera hasta que lo necesite.

- Ok - guardé todo en su respectivo lugar y después me fui corriendo a mi habitación.

Cerré la puerta y me senté en mi escritorio.

Revisé el teléfono y noté un nuevo mensaje.

- Bill: ¿Estas ocupada?

- Marie: No.

Esperé unos segundos hasta que respondiera.

Bill está escribiendo...

Bill: ahora te llamo.

Sonreí inconscientemente y me arreglé el cabello como si se tratara de verlo en persona.

Mi teléfono empezó a sonar y acepté la llamada al instante.

- Hola Marie.

- Hola.

- ¿Estarás ocupada el miércoles?

- Hummm, no creo. - él no lo veía, pero en este preciso momento me encontraba sonriendo sin ningún tipo de razón.

- ¡Bien! ¿Te parece bien ir a una feria lleno de atracciones este miércoles?

- ¿Una f-feria? - mi sonrisa se borró al escuchar tal palabra.

- Sí. ¿Hay que convencer a tu madre o algo?

- Hummm, debería hablarlo...

- Esta bien, si no puedes, no pasa nada, podemos cambiar de planes e ir a otro lugar...

- Pueden ir sin mi en ese caso, el tema de feria no me va mucho.

- ¿Nunca has ido a una?

- No.

- Más razones para convencer a tu madre.

- Bueno, intentaré hablar con ella, ya te llamaré más tarde.

- Esperaré tu respuesta, adiós.

- Adiós. - colgué la llamada y dejé mi teléfono en el escritorio. Salí de mi cuarto y bajé las escaleras hasta llegar a la cocina.

- ¡Mei Lin! - que casualidad, justo bajo cuando necesita mi ayuda.

- ¿Sí?

- ¿Puedes ir a revisar las zanahorias? Ayer las iba a recoger pero no tuve tiempo.

- Sí, ahora voy - abrí la puerta de cristal que conectaba la cocinada del jardín y salí de ella.

Me dirigí donde las hortalizas, frené repentinamente.

La expresión de mi rostro cambió al instante al ver que no había rastro de zanahorias...

Me froté los ojos y todo seguía igual.

Sentí que alguien me ponía sus manos en mi hombro.

Mi corazón se paró y giré mi cabeza para ver quién era.

- Mei Lin, un gato no estaría interesado en las zanahorias ¿Verdad? - mi madre miraba hacia los cultivos con una mirada fría.

- No... Creo que no... - volví a la vida al darme cuenta que era mi madre y no un ladrón o algo parecido.

- Alguien ha entrado en casa.

Mi corazón no se paró, al contrario, empezé a sentir que palpitaba más rápido.

- O tal vez solo al jardín. La única puerta que conecta el jardín al interior de la casa es la de la cocina, yo he estado toda la mañana en ella y no he notado nada sospechoso... - su rostro demostraba mucha desconfianza y determinación.

Volví a mirar hacia donde anteriormente estaban las zanahorias y vi un trozo de papel sobresalir de la tierra.

Me agaché y lo recogí con cuidado, lo limpié y leí el escrito que contenía.

Si quieres a tu preciado gato, ven a la feria del miércoles y acércate totalmente sola a la pesca de patitos. Tú decides si el gato vive o muere.

¡Mitternacht!

- Dame eso - le di el trozo de papel y cada palabra que leía, su ceja iba subiendo poco a poco más.

- ¡Tienen a Mitternacht...! - sentí que mi voz se quebraba.

Tenían a un pobre gatito y la única forma de llevarlo de vuelta era a base de una amenaza. ¿Quién haría algo así? ¿Qué es lo que quieren? ¿Dinero?

- Les ha salido muy bien la jugada...

- ¡Mamá!

- Mei Lin, mejor no te metas en esto, llamaré a tu padre ahora mismo y lo hablaremos mejor ¿De acuerdo?

Asentí y ella me abrazó.

- El gato es lo de menos, lo que me preocupa es lo que quieran de ti - dejó de abrazarme y me miró directo a los ojos - ¿Conoces a alguien que podría hacerte esto?

Negué con la cabeza levemente.

Entramos de nuevo y cerramos todas las puertas y ventanas.

Me quedé sentada en una silla cercana a mi madre mientras ella hacía una llamada telefónica a mi padre.

Cerré mis puños con fuerza y bajé la cabeza mientras los escuchaba conversar.

Lo único que rondaba por mi cabeza en estos momentos, era si Mitternacht se encontraba bien...

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Woaaah.

Creo que os dais una idea de quién ha podido ser el culpable del secuestro de Mitternacht.

Cielos, aquí es donde empiezan los verdaderos problemas más serios.

Me estaré preparando para el capítulo de l feria jejeje.

Nos vemoosss <33







♪ 𝐒𝐮𝐦𝐦𝐞𝐫𝐭𝐢𝐦𝐞 𝐒𝐚𝐝𝐧𝐞𝐬𝐬 ♪ | Bill KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora