Capítulo 33

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Pagué el billete y me acerqué a donde se encontraba. Por suerte, el autobús no estaba muy concurrido.

Se limitó a estar de pie, habían como 15 sillones libres o incluso más.

- ¿Por qué no nos sentamos y lo hablamos mejor? - me acerqué y me apoyé en una barra.

- ¿Hablar de qué? - siguió apartando la vista.

Sabía que a mi hermano le encantaba Mei, y que seguramente estaría más preocupado que nadie en estos instantes. Agarré mi teléfono y le escribí un mensaje.

Estoy con Mei en el autobús.

Iba a escribir más, pero no me dieron las palabras.

Subí la mirada y la miré, su expresión era muy neutra, ni reflejaba ningún tipo de sentimiento.

- ¿Pasó algo en el baño? - pregunté y ella al instante me miró. Tardó en responderme.

- Habían unas chicas.

- ¿Ese grupito de fans?

- Sí.

- ¿Te dijeron algo?

- Preguntaron si estaba saliendo con alguno de ustedes.

Subí una ceja.

- ¡Claramente dije que no! - respondió al instante y volvió a apartar la mirada - sinceramente no quiero que esto se acabe, quiero decir, es la primera vez que estoy más fuera de casa que dentro en las vacaciones de verano...

- Bill ya me contó que te costaba hacer amigos.

- Sí.

- Bueno, esto también es algo nuevo para nosotros - me apoyé mejor en la barra y crucé los brazos - ya sabes que a Bill le interesas y va a aprovechar todo estos días para estar en contacto contigo.

Ella me miró desconcertada.

- ¿Qué? ¿No te lo ha dicho? - pregunté.

- De una forma directa... No.

Mierda.

- Ya te lo dirá, todo a su tiempo, él últimamente es bastante tímido en estos temas.

- Si tú lo dices.

Miré hacia la ventana. No muy lejos había otra parada y en nada iba a ser la oportunidad de salir.

- Mei, tal vez Bill y tu deberían hablar del tema. Yo solo digo.

- Nunca he hablado de esto con alguien.

Pues deberían hablar, estos dos se comportan como amigos aunque media Alemania ya sabe que se gustan entre ellos.

El bus frenó.

- ¿Crees que es buena idea? - preguntó mientras caminaba detrás mío para llegar a la salida.

- Tú deberías saberlo, pero desde mi punto de vista, ya es hora de que hablen un poco de sus sentimientos ¿No?

No muy lejos, vi el auto de Georg aparcado cerca de un parque.

- Ahí están - señalé.

- Sí.

Me volteé para verla y ella miraba atentamente el auto.

- Mei, si no quieres hacerlo no pasa nada - comenté mientras abría mi teléfono.

- Si es el momento, lo haré.

Asentí con la cabeza y seguidamente revisé los mensajes mientras nos acercábamos al auto.

3 llamadas perdidas de Bill.

♪ 𝐒𝐮𝐦𝐦𝐞𝐫𝐭𝐢𝐦𝐞 𝐒𝐚𝐝𝐧𝐞𝐬𝐬 ♪ | Bill KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora