Capítulo 28

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Bill pov's:

- ¡Espera un segundo! ¡¿Dónde está Tom?! - preguntó Georg frenando de golpe.

Dejé de correr y busqué con la mirada a mi hermano, seguidamente, me di cuenta que no estaba con nosotros, que probablemente se haya quedado en el puesto de patitos con esos tipos de mala cara.

- Voy a por él - rompí el silencio volviendo a mis pasos.

- ¡Bill, vamos contigo! - dijo Georg mientras Gus asentía.

- ¡No! ¡Quedaros en el auto, volveré rápido junto con Tom! - al finalizar, di media vuelta y volví a dirigirme hacia el puesto de patitos.

- ¡Bill! - escuché a Gustav llamarme, sin embargo, lo ignoré y seguí corriendo rezando para que mi hermano se encontrara bien.

Llegué a la pesca de patitos, esperando volver a ver la cara de ese señor con pintas de delincuente cuyas intenciones eran fuera de lo ético y lo correcto.

- ¿¡Dónde está mi hermano!? - pregunté al instante a uno de esos hombres que parecían armarios de lo grandes y anchos que eran.

- Ahí esta - respondió con un tono frío e ignorante. Señaló con la cabeza algo que se encontraba detrás mío.

Giré mi cuerpo y vi al otro sujeto agarrar a mi hermano desde las rastas sin soltarlo.

- ¡Au! - se quejó y seguidamente nos miramos. Mostraba una expresión seria y de enfado al mismo tiempo.

- ¡Tom! - miré al individuo que lo sujetaba - ¡Suéltalo!

- De eso nada, primero queremos a la chica.

- ¿O qué?

- Dile que venga, de lo contrario, vuestra carrera de músicos se termina hoy y ahora - el segundo hombre que se encontraba detrás mío, me agarró de la misma manera, estirando mi cabello suelto.

- ¡Ah! - me quejé y a consecuencia de ello, me agarró más fuerte.

- Llámala, no te cuesta - se acercó a mí oído y seguidamente los dos armarios compartieron mirada. Una mirada de seguridad, como si lo tuvieran todo controlado.

- ¡No lo hagas! - me miró. Tom se veía más tranquilo, de alguna forma parecía dar señales que estaba pensando en un plan para salir de ahí.

- ¡Llámala!

- ¡No! - respondí.

- Oh, espera un momento... Tal vez tus amiguitos ya huyeron y...

- ¡No! ¡Ellos no harían eso!

- ¿Y por qué no estan aquí? - miré a Tom, su expresión indicaba que quería escuchar la respuesta.

- No voy a responder.

- En ese caso, realmente tus amigos y tu preciada chica oriental te han abandonado aquí, con tu hermanito.

- ¡No! - me agarré del pelo y estiré una pierna hacia detrás para dar una patada en el punto débil.

- ¡¡Ahhh!!

Vi a Tom hacer lo mismo tan rápido como pudo, por suerte, la reacción fue la misma. Mientras corríamos, escuchamos a los armarios quejarse del dolor mientras se preparaban para seguirnos.

Agarré el teléfono y lo abrí.

- ¿Vas a llamarla?

- Sí, preguntaré si están en el auto.

- Bill, hay algo que no te he dicho.

- ¿Qué? - dejé de mirar la pantalla y miré a mi hermano que mostraba una expresión de inseguridad.

♪ 𝐒𝐮𝐦𝐦𝐞𝐫𝐭𝐢𝐦𝐞 𝐒𝐚𝐝𝐧𝐞𝐬𝐬 ♪ | Bill KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora