Capitulo 9

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Yo no soy un asesino.









Las manos me temblaban y podía sentir todo el sudor de la frente corriendo por mi cara, el corazón latía tan fuerte que me daba miedo que de un momento a otro se fuera a salir de mi cuerpo y mis piernas hacían una constante lucha conmigo misma por no doblarse. Ahora, ¿disparar un arma? claro que no sabía cómo.

Hace años mi propio guardaespaldas me había enseñado a usar una, pero luego fue despedido y se me olvido absolutamente todo ya que no había tenido mucha practica. Además, no sé si me atrevería a disparar una.

El hombre rió amargamente.

--¿Qué? ¿Pensabas matarme?--rió--bueno, entonces hazlo ahora...oh cierto, tú no te atreverías ni a matar ni a una sola mosca--mi enojo creció y prepare el gatillo para disparar, pero mierda no puedo hacer esto. Aunque quiera no podría--¿Ve? te dije que no podrías. Debes de admitir que en cierta parte es tu culpa seguir encerrada aquí...si tan solo te armaras de valor, Gavira ya no seguiría vivo.

Por un momento me imagine a mí matando al mismísimo Pablo Gavi. ¿Qué? ¡Claro que no! Y tenía dos razones muy simples: la primera era porque nunca en la vida me convertiría en una asesina, de hecho, prefiero morir yo antes de matar a alguien. Y la segunda razón era porque, simplemente, no podía. No podía imaginarme acabando con él, viendo como la vida se le escapaba de los ojos, como su corazón dejaba cada segundo de palpitar, como de repente su cuerpo yacía inmóvil, como su temperatura optaba por alguien frió.

No podía.

--¡Entrégame el arma!--grité recordando haber oído un disparo cuando yo me encontraba escondida en la habitación de Gavi.

. El hombre solo rió--¡eh dicho que me la entregues!

El hombre hizo una mueca de desagrado y a regañadientes saco su pistola y la aventó por el piso hasta mis pies. Cuando ya la tuve en mis manos me aseguré de colocarla en mis calzoncillos. El rió al verme hacer esto.

Por primera vez, vi al hombre a los ojos. En realidad no era un adulto, era alguien de mi edad. Con pelo castaño hasta la frente, ojos obscuros, complexión varonil, rostro fino y delicado. Para ser sincera, era alguien muy, muy guapo con la que cualquier chica saldría. Todas menos yo. Además, nadie podía ganarle a Pablo.

¿Pero qué mierda dije?

--Eres una estúpida--dijo el chico sacándome de mis pensamientos--no te das cuenta de nada. Yo eh venido por ti...para salvarte--me quedé en shock--solo debes bajar esa arma y venir conmigo. Yo mismo te regresare a tu hogar y a tu antigua vida, solo debes confiar en mi

Me imaginé regresando a casa, abrazando a mi madre, abrazando a mi padre, diciéndoles que gracias a sus consejos sobreviví, llorar con ellos, ver a mi mejor amiga Cole, decirle que cumplí con mi promesa de regresar y prometerle que nadie volvería a separarnos nunca, regresar a mi habitación, comenzar de nuevo mis estudios, convertirme en alguien importante en la vida. Regresar a mi antiguo yo, donde no existen armas, muerte, sangre, pena, lastima, miedo, desesperanza, rencor..Gavira.

¿Gavi? ¿Yo ya no viviendo con él? ¿Ya no siendo presa de su miedo?... ¿Podría?

--No te creo nada--susurré.

El joven se acerco un poco a mí, pero yo lo aparte apuntándolo con la pistola.

--Yo mismo te regresare al paraíso, Tn___--susurró viendo a los ojos.

Una pequeña lágrima rodó por mi mejilla mientras bajaba el arma poco a poco con desconfianza. Regresar a casa. Pensé. Y eso fue lo único que me reconforto: regresar a casa, y estaba a solo unos milímetros de bajar por completo el arma cuando alguien entró salvajemente por la puerta. En realidad, no era alguien, eran cinco personas conocidas.

--Vaya, vaya, vaya--cantó el chico y yo por inercia volví a subir el arma apuntándolo. Había sido una idiota al creer en él--pero miren quien vino a unirse a la fiesta: el joven Gavira y su clan de perros falderos.

--Cuida esa boca, Stalin--dijo Balde con los dientes apretados y su cara roja de enojo ¿No se supone que estaban borrachos?

Mis manos empezaron a temblar nuevamente. En ese momento ya no sabía que hacer: ya que podía prácticamente matar a todo y salir huyendo de ahí, pero también podía matar a Gavi y a los demás e irme con este chico... pero no quería ser una asesina. Por un momento, mis ojos chocaron con los de Gavi. Estos se veían melancólicos, tristes y preocupados, al igual que los míos. Con la mirada le pedí que me ayudara y el solo haciendo un gesto como ''tranquila'' me hizo sentir mejor, pero aun el miedo me recorría de pies a cabeza.


--Entrégame el arma, Tn__--dijo el tal Stalin--y te prometo que te regresare a tu hogar en cuanto acabe con estos

Una parte de mi decía ''hogar'' pero otra parte de mi también decía ''infierno''

--¡No Tn___!--dijo Tn___ alarmado--el solo miente, solo quiere hacerte daño.


¿Más daño que tú? No lo creo. Pensé.

--¿Daño? ¿Más de lo que tú le has hecho?--dijo Stalin adivinando mis pensamientos--¿Que no le has dicho lo que has provocado en su padre?

Fruncí el seño preocupada ¿A que se referían?

--¿De qué hablan?--pregunté aun apuntando con la pistola.

Stalin rió muy fuerte mostrando su perfecta hilera de dientes blancos. ¿Cómo alguien tan atractivo podía ser tan...malvado? Porque aunque él quisiera ''regresarme'' a casa teníamos que tener en cuenta sobe lo que había estado a punto de hacerme en la habitación de Gavi si no lo hubiera golpeado.

--¿Que no se lo has dicho Gavi? No, yo creo que no--dijo Stalin y Ansu agachó la cabeza--Veras, querida Tn____, aquí el señor presente Gavira y sus perros falderos han pedido un suma exagerada de dinero por tu rescate, una suma que podría dejarlos prácticamente en bancarrota. Tu padre al saber sobre esta horrible suma tuvo un paro cardíaco, pero los enfermeros lo lograron rescatar, aun así tu padre no se ha quedado de brazos cruzados al igual que tu madre, así que ayer mientras se encontraba hospitalizado en una clínica declaró ante la prensa que cualquiera que lograra rescatar a su preciada hijita le heredaría toda su fortuna y propiedades al príncipe que rescate a la gran Tn____. En pocas palabras, Gavira ha dejado en bancarrota a tu padre.

La lágrimas cayeron sobre mis mejillas. Mi padre estaba en una clínica...por culpa de Gavi. Todo había sido su miserable culpa, no solo me había hecho daño a mí, sino también a mi familia.

--Tn___, no es lo que parece--dijo Ferran obligándome a levantar la mirada--no debes creer en nada de lo que te dice.

¿Pero y ellos quienes eran para inspirarme confianza? Exacto, absolutamente nadie.

--¡Cállate!--grité y por mi furia interna saque la otra pistola que había guardado en mi ropa interior. Ahora me encontraba apuntando a todos los que se encontraban en la sala--todos ustedes son unos malditos bastardos.

Todos me miraban con terror. La propia Tn___ Smith apuntando con una pistola a miserables personas. ¿Donde había quedado esa Tn___ inocente? Por el momento, había desaparecido.

--Todo esto es tu maldita culpa, Gavira --lloré--desde que llegaste a mi vida has hecho hasta lo imposible por destruirme. Pero hoy lo pagaras.

Gavi me miró impactado y con los ojos bien abiertos. ¿Cómo iba a poder hacerle daño? ¿Cómo?

No eres una asesina. Dijo mi subconsciente.

--Tn__, recuerda lo que platicamos hace rato--dijo Pedri.

No todos son lo que aparentan.

Cerré mis ojos con fuerza y después, dispare solo una de las armas sabiendo quien era el que debía pagar aquí.





Holaaaaa chicas, buenas noches,espero les guste y voten.

Secuestrada. Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora