Capitulo 45

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HOLAAAAA, ya se que como aburro, pero por favor antes de leer voten por favor, se los agradecería mucho. Ahora si lean este capitulo. 💗







No Me Dejes Ir.





Tn
Entramos a un pequeño cuarto donde muy difícilmente podían apreciarse gracias a lo obscuro que estaba una mesa enorme color rojo viejo junto a una sala de té de los años ochentas lleno de telarañas. Me pregunté seriamente que hacíamos en aquel lugar.


--Pablo, ¿Qué es lo que hacemos aqu…?—

Pero nuevamente no terminé mi oración, porque Pablo me empujo contra la pared más cerca besando cada parte de mis labios. Una chispa se encendió en todo mí pecho haciéndome querer cada vez más. Hace algunos años, había probado diferentes tipos de drogas que me habían vuelto loca al grado de depender cada vez más de ellas. Pero esto, no, esto era totalmente diferente. Esto no tenía palabras para describir. Esto me volvía una co-dependiente a un grado inigualable que pensé que nunca volvería a vivir. Esta era como una nueva droga.

Lo único malo es que todas las drogas en el mundo son dañinas.

Gemí en su boca y enrede mis manos en su cabello atrayéndolo más a mí. Sentí como una de sus fuertes manos me apretaba cada vez más contra él mientras que la otra estaba pegada a mí cuello impidiéndome separarme de él. Daba igual, aun así no pensaba hacerlo. De un momento a otro salté y enrollé mis piernas en su cintura. Sus manos cambiaron de dirección y se posicionaron en mis muslos agarrándolos con fuerza. Volví a gemir y mordí su labio inferior provocando que él dijera mi nombre y haciéndome querer aun más. Me separé de él por falta de oxigeno, aunque él siguió con todo mí cuello: mordiéndolo, succionado, lamiendo.

--Tn—susurró Gavi en mí oído—Dios, no sabes por cuánto tiempo eh esperado esto.

De un momento a otro, aun con las piernas enredadas en la cintura de Gavi, caí en la mesa color roja con Gavi encima. Él se posicionó más cómodamente en sus codos para no aplastarme y volvió a besarme la boca. Esta vez el mordió mi labio inferior y cuando sentí su lengua con la mía creí que explotaría. Pude notar como el oxigeno cada vez le faltaba más, así que libere sus labios y bese su cuello haciéndole un gran chupetón.

Gavi rió.

--Sabes que, cuando los chicos vean esto, me preguntarán quien lo hizo—trató de decir entre gemidos mientras enterraba su cara en mi cuello dándome más acceso a su cuello.


Reí.
--Pues diles la verdad—respondí--¿O qué? ¿Tienes miedo, Gavira?

De repente sentí de nuevo sus labios en mi cuello succionando lo más fuerte posible.

--Amo que me digas así—trató de decir mientras succionaba aun más fuerte—esto es para demostrar que solo eres mía.

Reí nuevamente mientras terminaba con mí trabajo. Después de un buen rato vi mi esfuerzo: un gran círculo rojo marcado en su perfecta y aceitunada piel descansaba delicadamente. Aun así, era muy notorio. De un momento a otro quise ver como había quedado el mío, pues Gavi sí que se había esmerado en su trabajo. Gavi me miró a los ojos después de haber sacado su rostro de mí cuello. Sinceramente, jamás había visto unos ojos tan hermosos como aquella vez: felices, brillosos, llenos de vida. En todo el tiempo que había conocido a Gavi, jamás lo había visto tan radiante.

Tan vivo.

--Tienes unos ojos preciosos—susurré viéndolos directamente.

Él rió y yo me sentí desvanecer ¿Cómo es que podía existir alguien tan perfecto? Si, lo sabía: él era un asesino, secuestrador, un hombre lleno de pecados y errores. Pero para mí el era perfecto. No me importaba lo que la gente pensara de él y mucho menos lo que opinaran de mi relación con un hombre buscado por la ley. Yo lo amaba, aunque él perfectamente podría estar mintiéndome ahora mismo, no me arrepentiría de nada. ''A mí no me importa lo que fuiste, lo que me importa es lo que eres ahora porque sé que no te puedo cambiar. No te puedo adecuar a mis deseos. Eres quien eres. Me gusta quien eres, y no de la persona que muchas veces quise que fueras'' Había dicho Gavi. En este momento, no podía estar más de acuerdo con él.

--¿Sabes? Creo que empecé a amarte desde aquel momento en el parque que te vi por segunda vez con Cole. Lamentablemente, me di cuenta mucho después—susurró y me besó.

En ese momento, la puerta de la habitación se abrió dándole paso a Balde Ansu, Pedri y Ferran de ver aquella no tan inocente escena. Sentí como se subía toda la sangre a mí cabeza haciéndome lucir un poco más roja de lo normal.

--¡Mierda!—dijo Ansu tapándose los ojos--¡No vi nada! ¡Les juro que no vi nada! Les juro que no vi como Gavi estaba arriba de Tn en una posición no tan inocente casi a punto de hacer cosas que solo se deberían hacer en una habitación o en un motel.

Balde rió y abrazó a su amigo en un acto tierno mientras que Pedri solo trataba de no reír a carcajadas. Yo, por mí parte, quería desvanecerme en ese momento junto con Joa. Miré por un momento a Ferran: una leve sonrisa acariciaba su rostro.

--¿Qué no ven que nos interrumpen? ¡Largo de aquí!—dijo Gavi mientras que escondía su rostro en mí cuello haciéndome sentir más humillada.

Balde paró de reír.

--Bueno, es que…Galeoto nos busca. En realidad busca a Tn—

¿Qué es lo que tiene ese hombre que siempre arruina hermosos momentos?
Sentí mi cuerpo tensarse por un largo momento. Gavi me miró a los ojos y me dio un beso corto y breve antes de levantarse de mí cuerpo hecho polvo gracias a sus caricias y besos. ¡Dios mío! Yo aquí besuqueándome con Gavi  mientras que mi mejor amiga está afuera tratando de seguir con vida por lo menos hasta el amanecer. Mierda, ¿Qué clase de persona soy?

Me paré levemente y bajé de la mesa aun temblorosa. Encontré mis tacones tirados en un extremo de la habitación y pensé sinceramente en qué momento habían ido a parar allá. Acomodé mi cabello e inhale un poco con todas las vistas fijas en mí. Retoqué un poco mi maquillaje y traté de calmar un poco a mí cuerpo.

--Les juro que es demasiado incomodo que todos me estén mirando en este momento—susurré aun sumamente apenada.

Salí de la habitación e imploré que mis mejillas ya no estuvieran ruborizadas al ver a Galeoto. Caminé hasta llegar al gran salón donde algunos aun seguían bailando calmadamente mientras que otros bebían vino o champán. Al otro extremo del salón se encontraba Galeoto con una copa de vino tinto acompañado de algunos hombres y Cole. Sentí como mi corazón caía por un risco al ver a mi mejor amiga en aquella situación. Realmente había sido demasiado egoísta, pues en vez de andar besando a Gavi hubiera podido haber ideado un perfecto plan para sacarla de aquí.

¿A quién quieres engañar? La última media hora fue la mejor de tu vida. Pensé.

Caminé por en medio del gran salón con la mirada y barbilla en alto, tratando de parecer fuerte y sin miedo. Esta era una verdadera prueba de fuego, a la cual me había preparado toda mi vida. De alguna forma, desde que Meredith murió, supe que algún día aquel momento llegaría.

--Siempre juntos ¿Recuerdas?—dijo Gavi de repente.

Sentí su mano entrelazada con la mía. Sonreí y la apreté más.

--Siempre juntos—le recordé.

Mis pasos llegaron hasta quedar frente a Galeoto. Pude notar como sus ojos se iluminaban al verme al igual que los de Cole. Miré por varios segundo a mi mejor amiga y traté de decirle que todo iría bien. Ella pareció entenderlo porque pude ver como su cuerpo se relajaba lentamente.

--Al fin te encuentro—dijo Galeoto y su voz pareció quemarme los oídos.

Asentí amargamente y desvié mi mirada. A su lado se encontraba Yahatziel mirándome fijamente. Podría jurar que trataba de desvestirme con la mirada. Puse los ojos en blanco y opté por mirar nuevamente a Galeoto. Este bebió un poco de su vino tinto para luego entregársela a Cole diciéndole que fuera por más. Sentí rabia correr por todas mis venas pensando que mi mejor amiga no era ninguna clase de sirvienta.

Secuestrada. Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora