Capitulo 54

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Ve a Buscar Una Habitación.

Tn.

--Soy Yahatziel Ag—dijo el chico mientras extendía su mano hacia mí
Lo miré atentamente, dudando sobre si debía aceptar aquel dulce gesto o salir corriendo como casi siempre lo hacía.

Dejando fuera lo último, el chico no se veía desconfiable o peligroso como había podido escuchar en varias conversaciones dentro de los clubs a los que asistía casi todos los viernes y fines de semana por la noche, en realidad, se veía adorable y carismático. Casi podía jurar que en algún momento me invitaría a tomar un helado en vez de ofrecerme droga como casi todos los que rondaban por aquí. En pocas palabras, parecía alguien diferente casi igual como yo.

--Tn Smith—contesté estrechando su mano por varios segundos que parecieron eternos.

Lo observé disimuladamente; parecía agradable y tímido. O al menos lo parecía en mi presencia. Puedo decir que también era un chico bastante atractivo al que millones de chicas caerían a sus pies para besarlos.

Posiblemente yo lo haría si es que no tuviera un orgullo demasiado alto. Aun así, me permití contemplarlo al cien por ciento: cabello negro como la noche que caía en diferentes secciones y estaba rebeldemente despeinado, sus ojos eran azules como el mar de Cancún combinados con perfectos dientes igual de blancos como la arena de las playas. Si no fuera por el notable acento inglés, podría decir que era un extranjero o un sureño. Pero, en serio, lo que en serio era bastante atractivo, era toda su complexión de cuerpo. No era una maquina mortal de destrucción combinado con enormes músculos gracias a Dios, si no una espalda ancha con unas piernas que parecían querer estallar en esos jeans apretados al igual que su estomago bien fornido. Si, ahora sabía porque aquel chico era tan famoso en todos los callejones de Londres.

--¿Sabes? He venido aquí porque pensé que podría divertirme un rato—dijo Yahatziel señalando en club detrás de él después de un momento incomodo—Pero creo que pensé mal. Estaba pensando en ir a casa…y al parecer tú también ¿No querrías acompañarme?

Reí falsamente mientras ponía lo ojos en blanco. ¿En serio me consideraba alguien tan fácil como para caer en esa estúpida forma de coquetear? Tal vez, después de todo, los rumores sobre que él es un mujeriego y se acuesta con cualquiera sean ciertos. De hecho, he escuchado que ya ha engañado a más de la mitad de sus novias.

Pobres chicas.

--No creerás en serio que subiré a tu moto y luego me llevarás a tu apartamento donde seguramente tendremos sexo toda la noche y luego me echarás con un ''Fue bueno conocernos, nena''—respondí cruzando los brazos en modo acusatorio.

Aquella noche llevaba unos jeans ajustados hasta la cintura junto una playera blanca de lentejuelas mientras que una chaqueta negra me cubría los desnudos hombros del frío. De zapatos poseía unos tacones negros no tan altos y Cole había procurado en planchar mi cabello hasta la cintura y en ponerme solo un poco de maquillaje pues según ella yo no necesitaba tanto. Aquella fiesta no era tan ''elegante'' para usar un mini vestido combinado con un escote demasiado provocador, que por cierto ni en un millón de años usaría. Aun así, Yahatziel parecía querer arrancarme los jeans con la mirada y eso, me enojaba y helaba hasta los huesos.

--En realidad, pensaba que podríamos ir a mi departamento y comer tal vez pizza mientras nos conocemos mejor—respondió mientras subía a su espeluznante motocicleta que seguramente debió costarle una fortuna
—A menos que quieras quedarte aquí con alguien menos caballeroso e interesante que yo.

Volteé la cabeza hacia la entrada del club donde varios chicos se besaban como si el mundo dependiera de eso. El aroma a alcohol y drogas podía llegar hasta mis fosas nasales y eso de alguna forma me atraía demasiado, bueno, para ser sinceros, la idea de meterme en ese lugar y envenenar a mi cuerpo con cualquier sustancia toxica se me hacía mil veces más emocionante que largarme. Además, mi mejor amiga seguía ahí dentro seguramente buscándome en medio de cervezas y whiskys. No, parecía que todo votaba por que Yahatziel se fuera completamente solo a su departamento.

Secuestrada. Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora