Capitulo 40.

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Aquí ya vienen sus 3 capítulos, muchas gracias por ayudarme a los 50 votos.










Tonto, Tonto, Tonta En Realidad Nunca Te Amo.

Narrador Omnisciente

*cuatro días después*

Una lamida fue lo que despertó a Tn en ese momento. Lentamente abrió los ojos y se le formó una pequeña sonrisa al ver lo que tenía en frente.

--Dough, ¿Qué es lo que haces aquí? Sabes que nos irá muy mal a los dos si Balde te ve por aquí—dijo Tn acariciando tiernamente la cabeza del enorme canino.

Dough era el perro de Pablo Gavira. Lo había obtenido un día lluvioso en las afueras de Londres. El chico paseaba sin rumbo fijo por un callejón peligroso, no se sorprendió cuando escuchó gritos y disparos a lo lejos, pues él sabía que aquellos rumbos eran bastante peligrosos; lo que si le sorprendió fue escuchar ladridos. Ladridos de perros. Claro, Gavi jamás ah sido de las personas que se reservan sus curiosidades, así que aquella tarde se dirigió al lugar proveniente de los ladridos y gritos de emoción. Se sorprendió mucho al toparse con una pelea de perros. El callejón Aron era bastante raro y peligroso, pero Gavi nunca se imaginó una pelea de perros.

Eso era de 'novatos' decía Gavi. Aun así se dirigió adentrándose al salón donde se organizaban las pelas. El joven se sentó un rato y sacó uno de sus cigarrillos, inhaló con fuerza y luego lo soltó cerrando los ojos. Al cabo de un rato se aburrió de observar peleas estúpidas entre casi los mismos perros por lo que decidió apostar, sabiendo ya perfectamente cuál sería el ganador. Esa noche Gavi ganó 500 euros. La noche caía en Londres por lo que el joven sin nada más que decir se decidió a marcharse de aquel lugar, pero de repente una pequeña figurilla le llamó la atención. Era un cachorro Doberman de aproximadamente ocho meses, sin dudas el pobre moriría de tan solo pisar la arena. A Gavi se le partió el corazón y por un momento se vio reflejado en los ojos del cachorro: solo y sin ninguna esperanza.

<--¿Cuánto por el cachorro?—había dicho Gavi al dueño de ahí-->

El dueño había dejado salir una carcajada, lo que causó que Gavi tensara la mandíbula obviamente enojado.

<--Lo siento, chico, pero ese cachorro es como un alimento para mis perros—respondió el hombre y Gavi sintió un miedo dentro de él—tal vez en otra ocasión-->

<--Te haré un trato: te regreso los 500 euros más—Gavi se sacó una cadena del cuello—esto, es de oro puro y es cara-->

El hombro sonrió entusiasmado por la idea y después de examinar detenidamente la cadena por un buen tiempo volvió a sonreír. Gavi no podría creer lo que estaba haciendo, aquella cadena tenía cierto valor para él.

<--Trato—respondió el hombre-->

Tn se estremeció al recordar la historia. Gavi se había encargado de contársela a Balde y Balde a Tn. Todos sabía el propósito de aquella anécdota: Gavi tenía de vez en cuando un corazón débil contra la gente inocente.

Ahora, cinco años después de aquel suceso, Dough era un enorme perro entrenado por Gavi, quien se encargaba de cuidar aquella casa en Londres.

--¡Vamos, chico! No puedes estar aquí. Balde nos matará a los dos si sabe que te deje entrar a mí habitación. Por cierto ¿Cómo entraste?—dijo Tn  aun adormilada—Además es muy temprano, apenas son las…. ¡Mierda! ¿Las doce del día? ¡Se supone que tengo que ir a ver a Gavi y cambiar su medicina!

Dough ladró confundido, pues lo único que quería era que Tn lo acariciara un buen rato. Él perro la adoraba, pues a diferencia de Cassia, ella se había portado muy dulce con él; aparte de alimentarlo a escondidas de los demás comida que Mamá Rosalie preparaba y de dejarlo dormir con ella cuando las noches eran tenebrosas. Dough todos los días la seguía por toda la casa cuidando de ella, pues lo que tenía el perro es que cuidaba a aquellos que amaba.

Secuestrada. Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora