Capitulo 51

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Hola, aquí estoy de nuevo, aquí tienen un nuevo capitulo, ya falta muy pocos capitulo, exactamente 8 capítulos para acabar la novela, ¡Que empiece la cuenta regresiva!  Voten mucho por favor. 💗







Nunca Soy Lo Suficientemente Bueno.



Tn.

Pip, pip, pip, pip.

Maldita alarma.
Abrí los ojos de mala gana y golpeé la pequeña bocina que me taladraba los oídos. Hacía tanto tiempo que no tenía que despertarme a estas horas, en realidad, tal vez no había tenido la obligación de despertarme a las seis de la mañana desde que Gavi y los chicos me habían secuestrado. Normalmente a estas horas empezaba a alistarme para otro día en el infierno, o la escuela como la llaman mis padres y maestros. Pero ahora todo era diferente, antes aquella alarma indicaba el comienzo de un nuevo día y a la misma tortura, ahora indicaba el momento de volver a el camino donde más errores cometí.


Pip, pip, pip, pip, pip, pip. Sonó la alarma más fuerte.


Gruñí enojada y me di la media vuelta escondiéndome en el pecho de Gavi mientras oía su perfecta y tranquila respiración. De un momento a otro la alarma paró y yo sonreí mentalmente, aunque solo fueron unos segundos de felicidad hasta que Cole entró gritando a la habitación golpeando una cazuela con una cuchara sopera junto con Balde que traía una trompeta en la boca y bailaba por toda la habitación.

Ese par me las va a pagar algún día.

--Buenos días soleci…¡Mierda! ¿Desde cuándo duermen juntos?—gritó Cole e inmediatamente se tapó los ojos con la cazuela--¡Aborta misión, Balde! ¡Aborta misión!

Y después de eso los dos salieron corriendo dando enormes carcajadas y al final azotando la puerta. Suspiré enojada y volví a cerrar los ojos a la misma vez que Gavi me abrazaba más contra él.

Escondí mi rostro en su cuello y me embriagué con su dulce y masculino olor. Su mano se metió bajo mi blusa en mí espalda y empezó a acariciarla lentamente tratando de hacerme conciliar el sueño, y puedo decir que empezaba a funcionar a la perfección, hasta que la alarma a lado mío volvió a sonar.

--¡Me lleva el tren!—gritó Gavi y antes de que pudiera reír, golpeó la alarma haciéndose añicos en el suelo.

Miré aquella alarma echa puré y me alegré internamente de ya no tener nada que nos privara del sueño a y a mí, o al menos eso pensé hasta que vi por la ventana como el sol ya empezaba a salir y los rayos se filtraban levemente por la cortina. Mierda, ¿Tan rápido se había hecho de día? ¿No podía volver el sol a ocultarse y dejarme en paz por al menos cuatro o seis horas más? Dejé escapar un suspiro de resignación y miré a Gavi antes de taparme con las mantas hasta la cabeza.

--Vamos, bebé, es hora de levantarnos—susurró Gavi adormilado. Me negué y escondí mi cara en el tumulto de sabanas y almohadas que se habían creado a mi alrededor—Oh, vamos, sabes que voy a estar aquí. Todos vamos a estar, ya hablamos de eso anoche. Ahora, saca tu precioso trasero de ahí y metete a la ducha.

Reí sin poder soportarlo y me destape mirando a Gavi irónicamente.

--¿Me has estado viendo el trasero?—pregunté divertida y con una ceja levantada.

Gavi elevó los hombros sin importancia y me regaló una de esas encantadoras y atractivas sonrisas que tanto me gustan. Sentí como me ponía colorada de tan solo pensar que en cualquier momento Gavi había podido estar vigilándome de pies a cabeza. Negué con la cabeza aun divertida y salí de la acogedora y caliente cama haciendo a un lado todas las almohadas y tratando de no pisar aquella alarma hecha añicos.

--Creo que, no has sido el único que se la pasa viendo todo el tiempo al otro—susurré en su oído y antes de que él pudiera agarrarme de la cintura para besarme, me escurrí corriendo hasta el baño.

Reí cuando azoté la puerta y escuché los bufidos enojados de Gavi por no haberme dejado besar al otro lado de la puerta. Negué con la cabeza y encendí la ducha templándola a una temperatura adecuada para aquel día.

Secuestrada. Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora